1 Entonces mi hijo y los ancianos del pueblo respondieron y me dijeron:
«¿Nos ha humillado el Poderoso hasta tal punto?
¿Cómo alejarte de nosotros rápidamente?
2 Y verdaderamente estaremos en tinieblas,
Y no habrá luz para el pueblo que quede,
3 ¿Dónde buscaremos la ley?
¿O quién distinguirá por nosotros entre la muerte y la vida?
4 Y les dije: «No puedo resistir el trono del Poderoso;
Sin embargo, no le faltará a Israel un hombre sabio
Ni hijo de la ley para el linaje de Jacob.
5 Pero sólo preparad vuestros corazones para que obedezcan la ley,
Y estad sujetos a los que en el temor son sabios y entendidos;
Y preparad vuestras almas para no apartaros de ellas.
6 Porque si hacéis esto, os llegarán buenas nuevas.
[De lo que ya os hablé antes; ni caeréis en el tormento del que os he testificado antes.»
7 Pero en cuanto a la palabra de que me iban a llevar, no se la comuniqué ni a ellos ni a mi hijo.]