1 Y las brillantes cuartas aguas que habéis visto son el advenimiento de Moisés, Aarón, Miriam, Josué hijo de Nun, Caleb y todos los que son como ellos.
2 Porque en aquel tiempo la lámpara de la ley eterna brilló sobre todos los que estaban sentados en las tinieblas, la cual anunció a los que creen la promesa de su recompensa, y a los que niegan, el tormento del fuego que les está reservado.
3 Pero también en aquel momento los cielos se sacudieron de su lugar, y los que estaban bajo el trono del Poderoso se perturbaron cuando tomaba a Moisés consigo.
4 Porque le mostró muchas advertencias junto con los principios de la ley y la consumación de los tiempos, como también a ti, y también el modelo de Sión y sus medidas, según el modelo del cual está construido el santuario del tiempo presente debe hacerse.
5 Pero entonces también le mostró las medidas del fuego, las profundidades del abismo, el peso de los vientos y el número de las gotas de lluvia:
6 y la represión de la ira, la multitud de la paciencia y la verdad del juicio:
7 Y la raíz de la sabiduría, y las riquezas del entendimiento, y la fuente del conocimiento:
8 Y la altura del aire, la grandeza del Paraíso, el fin de los siglos y el comienzo del día del juicio:
9 Y el número de las ofrendas y las tierras que aún no han llegado:
10 Y la boca del Gehena, y el lugar de la venganza, y el lugar de la fe, y la región de la esperanza; y la semejanza del tormento futuro, y la multitud de innumerables ángeles, y las huestes ardientes, y el esplendor de los relámpagos, y la voz de los truenos, y las órdenes de los jefes de los ángeles, y los tesoros de la luz, y los cambios de los tiempos, y las investigaciones de la ley.
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12 Éstas son las cuartas aguas brillantes que habéis visto.