1 Entonces Mardoqueo dijo: Dios ha hecho estas cosas.
2 Porque recuerdo un sueño que tuve acerca de estas cosas, y nada de ello ha fallado.
3 Una pequeña fuente se convirtió en un río, y había luz, sol y mucha agua. Este río es Ester, con quien el rey se casó y nombró reina.
4 Y los dos dragones somos yo y Aman.
5 Y fueron las naciones las que se reunieron para destruir el nombre de los judíos.
6 Y mi nación es este Israel, que clamó a Dios y fue salvada; porque el Señor ha salvado a su pueblo, y el Señor nos ha librado de todos esos males, y Dios ha hecho señales y grandes prodigios, que no han ocurrido entre los gentiles.
7 Por eso echó dos suertes: una para el pueblo de Dios y otra para todos los gentiles.
8 Y estas dos suertes llegaron en la hora, el tiempo y el día del juicio delante de Dios entre todas las naciones.
9 Entonces Dios se acordó de su pueblo y justificó su herencia.
10 Por tanto, aquellos días serán para ellos en el mes de Adar, los días catorce y quince del mismo mes, de asamblea, alegría y alegría delante de Dios, según las generaciones para siempre entre su pueblo.