Dios revela a Abraham los poderes del cielo (Capítulo XIX.).
1 Y vino a mí una voz de en medio del fuego, que decía: «¡Abraham, Abraham!» Dije: «¡Aquí estoy!» Y dijo: «Considera las expansiones que hay bajo el firmamento en el que (ahora) estás colocado, y mira cómo en ninguna expansión hay otro que Aquel a quien has buscado o que te ha amado». Y mientras aún estaba hablando (y) ¡he aquí! se abrieron las expansiones, y debajo de mí los cielos. Y vi en el séptimo firmamento sobre el cual estaba un fuego extendido, y luz, y rocío, y multitud de ángeles, y un poder de gloria invisible sobre los seres vivientes que veía; pero no vi allí ningún otro ser.
2 Y miré desde la montaña en la que estaba parado hacia el sexto firmamento, y vi allí una multitud de ángeles, de espíritu (puro), sin cuerpo, que cumplían las órdenes de los ángeles de fuego que estaban sobre el octavo firmamento, mientras yo estaba suspendido sobre ellos. Y he aquí, sobre este firmamento no había otros poderes de (ninguna) otra forma, sino sólo ángeles de espíritu (puro), como el poder que vi en el séptimo firmamento. Y ordenó que el sexto firmamento fuera quitado. Y vi allí, en el quinto firmamento, los poderes de las estrellas que ejecutan los mandamientos que les han sido dados, y los elementos de la tierra los obedecieron.