El castigo de los paganos y la recolección de Israel (Capítulos XXX.-XXXI.).
1 Pero mientras él aún hablaba, me encontré en la tierra. Y dije: «Oh Eterno, [Poderoso], ya no estoy en la gloria en la que estaba (mientras) estaba en lo alto, y lo que mi alma anhelaba entender en mi corazón no lo entiendo».
2 Y Él me dijo: «Te diré lo que deseas en tu corazón, porque has buscado ver las diez plagas que he preparado para las naciones, y que he preparado de antemano para el paso de la hora duodécima de la tierra. Oye lo que te divulgo, así sucederá: el primero (es) dolor de gran angustia; el segundo, incendio de muchas ciudades; el tercero, destrucción y pestilencia de los animales; el cuarto, hambre del mundo entero y de su pueblo; el quinto, destrucción de sus gobernantes, destrucción por terremoto y espada; el sexto, multiplicación del granizo y de la nieve; el séptimo, las fieras serán su sepulcro; el octavo, el hambre y la pestilencia se alternarán con su destrucción; el noveno, castigo con espada y huida en apuros; el décimo, truenos y voces y terremoto destructivo».