Conclusión (Capítulo XXXII.)
1 «Por tanto, oh Abraham, oye y mira; ¡Mira! tu séptima generación (irá) contigo, y saldrán a tierra extraña, y los esclavizarán, y el mal les suplicará como si fuera una hora de la Era de la impiedad, pero la nación a quien servirán, la haré juez.»