Los hombres huyen del Anticristo
1 Y aquel día se endurecerá el corazón de muchos y huirán de él, diciendo: «Éste no es el Cristo. El Cristo no mata a los justos. No persigue a los hombres para buscarlos, sino que los persuade con señales y prodigios».
La eliminación de los justos
2 Ese día el Cristo se compadecerá de sus propios hijos. Y enviará desde el cielo sus sesenta y cuatro mil ángeles, cada uno de los cuales tiene seis alas.
3 El sonido conmoverá el cielo y la tierra cuando alaben y glorifiquen.
4 Ahora bien, aquellos en cuya frente está escrito el nombre de Cristo y en cuya mano está el sello, tanto pequeños como grandes, serán alzados sobre sus alas y alzados ante su ira.
5 Entonces Gabriel y Uriel se convertirán en una columna de luz que los conducirá a la Tierra Santa.
6 Se les concederá comer del árbol de la vida. Llevarán vestiduras blancas... y ángeles velarán por ellos. No tendrán sed, ni el hijo de la maldad podrá prevalecer sobre ellos.
Desastres naturales que provocan la expulsión de los justos
7 Y en aquel día la tierra será perturbada, el sol se oscurecerá y la paz será eliminada de la tierra.
8 Los pájaros caerán muertos a la tierra.
9 La tierra estará seca. Las aguas del mar se secarán.
10 Los pecadores gemirán en la tierra diciendo: «¿Qué nos has hecho, hijo de la maldad, diciendo que yo soy el Cristo, cuando tú eres el diablo?
11 No puedes salvarte a ti mismo para poder salvarnos. Hiciste señales en nuestra presencia hasta que nos alejaste del Cristo que nos creó. ¡Ay de nosotros porque os escuchamos!
12 He aquí que ahora moriremos de hambre. ¿Dónde está ahora la huella de un justo y lo adoraremos, o dónde está realmente aquel que nos enseñará y a él apelaremos?
13 Ahora, ciertamente, seremos destruidos con ira por haber desobedecido a YHWH.
14 Fuimos a lo profundo del mar y no encontramos agua. Cavamos en los ríos y cañas de papiro, y no encontramos agua».
El lamento del Anticristo y la persecución de los justos
15 Ese día, el desvergonzado hablará y dirá: ¡Ay de mí, porque se me ha pasado el tiempo, mientras decía que mi tiempo no pasaría para mí!
16 Mis años se convirtieron en meses y mis días pasaron como pasa el polvo. Ahora, pues, pereceré junto con vosotros.
17 Ahora pues, corred hacia el desierto. Agarra a los ladrones y mátalos.
18 Criad a los santos. Porque gracias a ellos la tierra da fruto; porque por ellos el sol brilla sobre la tierra. Porque por causa de ellos caerá el rocío sobre la tierra».
19 Los pecadores llorarán diciendo: «Tú nos hiciste hostiles a YHWH. Si puedes, levántate y persíguelos».
20 Entonces tomará sus alas de fuego y volará tras los santos. Volverá a pelear con ellos.
21 Los ángeles oirán y descenderán. Pelearán con él una batalla de muchas espadas.
El fuego cósmico
22 Aquel día el Señor oirá y ordenará al cielo y a la tierra con gran ira. Y mandarán por fuego.
23 Y el fuego prevalecerá sobre la tierra setenta y dos codos. Consumirá a los pecadores y a los demonios como rastrojo.
24 Un juicio verdadero ocurrirá.
Palabra del juicio venidero
25 Aquel día las montañas y la tierra hablarán. Los de la calle hablarán unos con otros, diciendo: ¿Habéis oído hoy la voz de un hombre que camina y que no ha venido al juicio del Hijo de YHWH?
26 Los pecados de cada uno le recaerán en el lugar donde los cometió, ya sean los del día o los de la noche.
27 Los que pertenecen a los justos y... verán a los pecadores y a los que los persiguieron y a los que los entregaron a la muerte en sus tormentos.
28 Entonces los pecadores verán el lugar de los justos.
29 Y así se producirá la gracia. En aquellos días se les dará lo que los justos pedirán muchas veces.
El juicio y la ejecución del Anticristo
30 En aquel día YHWH juzgará los cielos y la tierra. Él juzgará a los que transgredieron en el cielo y a los que lo hicieron en la tierra.
31 Él juzgará a los pastores del pueblo. Preguntará por el rebaño de ovejas, y se las darán, sin que exista en ellas engaño mortal.
32 Después de esto, Elías y Enoc descenderán. Dejarán la carne del mundo y recibirán su carne espiritual. Perseguirán al hijo del pecado y lo matarán porque no puede hablar.
33 Ese día se disolverá en su presencia como el hielo disuelto por el fuego. Perecerá como una serpiente que no tiene aliento.
34 Le dirán: «Se te ha pasado el tiempo. Ahora, pues, quieres que los que creen en ti perezcan.
35 Serán arrojados al fondo del abismo y se les cerrará.
36 En aquel día, el Cristo, el Rey y todos sus santos descenderán del cielo.
La era milenaria
37 Él quemará la tierra. Pasará mil años en ello.
38 Porque los pecadores prevalecieron sobre ella, Él creará un cielo nuevo y una tierra nueva. En ellos no existirá ningún demonio mortal.
39 Él gobernará con sus santos, ascendiendo y descendiendo, mientras ellos estarán siempre con los ángeles y estarán con el Cristo durante mil años.