1 Entonces habló el Altísimo, el Santo y Grande, y envió a Uriel al hijo de Lamec, y le dijo:
2 «Ve a Noé y dile en mi nombre: «¡Escóndete!» y reveladle el fin que se acerca, que toda la tierra será destruida, y que un diluvio está a punto de venir sobre toda la tierra, y destruirá todo lo que hay en ella».
3 «Y ahora instrúyelo para que pueda escapar y su descendencia sea preservada para todas las generaciones del mundo».
4 Y nuevamente el Señor dijo a Rafael: «Ata a Azazel de pies y manos, y échalo en las tinieblas, y haz una abertura en el desierto que está en Dudael, y échalo allí».
5 «Y colocad sobre él piedras ásperas y dentadas, y cúbrelo de oscuridad, y que permanezca allí para siempre, y cúbrele el rostro para que 6,7 no vea la luz».
6 «Y el día del gran juicio será arrojado al fuego».
7 «Y sanad la tierra que los ángeles han corrompido, y proclamad la curación de la tierra, para que puedan curar la plaga, y para que todos los hijos de los hombres no perezcan a causa de todas las cosas secretas que los Vigilantes han revelado y han enseñado a sus hijos».
8 «Y toda la tierra se ha corrompido por las obras que fueron enseñadas por Azazel: a él atribuyan todo pecado».
9 Y a Gabriel le dijo el Señor: «Procede contra los bastardos y los reprobados, y contra los hijos de la fornicación, y destruye [a los hijos de la fornicación y] a los hijos de los Vigilantes de entre los hombres [y haz que salgan ], envíalos unos contra otros para que se destruyan unos a otros en la batalla, porque no tendrán días largos».
10 «Y ninguna petición que ellos (es decir, sus padres) te hagan, será concedida a sus padres en su nombre; porque esperan vivir vida eterna, y que cada uno de ellos vivirá quinientos años».
11 Y el Señor dijo a Miguel: «Ve, ata a Semjaza y a sus asociados que se han unido con mujeres para contaminarse con ellas en toda su impureza».
12 Y cuando sus hijos se hayan matado unos a otros y hayan visto la destrucción de sus amados, atadlos durante setenta generaciones en los valles de la tierra, hasta el día de su juicio y de su consumación, hasta el día de su muerte. El juicio que es por los siglos de los siglos está consumado».
13 «En aquellos días serán llevados al abismo del fuego, y al tormento y a la prisión en la que serán confinados para siempre».
14 «Y cualquiera que sea condenado y destruido, desde entonces quedará ligado con ellos hasta el fin de todas las generaciones».
15 «Y destruir todos los espíritus de los réprobos y de los hijos de los Vigilantes, porque han agraviado a la humanidad».
16 «Destruid todo mal de la faz de la tierra y deja que toda obra mala llegue a su fin, y que aparezca la planta de justicia y verdad, y resultará una bendición; las obras de justicia y de verdad serán plantadas en verdad y gozo para siempre».
17 Entonces todos los justos escaparán y vivirán hasta engendrar miles de hijos, y todos los días de su juventud y su vejez los completarán en paz.
18 Y entonces toda la tierra será labrada con justicia, y toda ella será plantada de árboles y será llena de bendiciones. [1]
19 Y se plantarán en él todos los árboles deseables, y plantarán vides en él, y la vid que planten en él producirá vino en abundancia, y en cuanto a toda la semilla que se siembre en él, cada medida (de ella) dará mil, y cada medida de aceitunas dará diez lagares de aceite.
20 Y limpia la tierra de toda opresión, de toda injusticia, de todo pecado, de toda impiedad, y de toda impureza que se hace sobre la tierra, destrúyela de sobre la tierra.
21 Y todos los hijos de los hombres serán justos, y todas las naciones me adorarán y me alabarán, y todos me adorarán.
22 Y la tierra será limpiada de toda contaminación, de todo pecado, de todo castigo y de todo tormento, y nunca más los enviaré sobre ella de generación en generación y para siempre.