Abram recibe la promesa de un hijo y de una descendencia innumerable, 1-7. Ofrece un sacrificio y se le dice que su descendencia está en Egipto, 8-17. El pacto de Dios con Abram, 18-20. Agar da a luz a Ismael, 21-4. (Cf. Gen. xv.; xvi.1-4, 11.)
1 Después de estas cosas, en el año cuarto de esta semana, en la luna nueva del tercer mes, vino palabra del Señor a Abram en sueños, diciendo: «No temas, Abram; Soy tu defensor y tu recompensa será sumamente grande.»
2 Y él dijo: «Señor, Señor, ¿qué me darás, ya que me voy de aquí sin hijos, y el hijo de Maseq, el hijo de mi sierva, es el damasek Eliezer? Él será mi heredero, y para mí no has dado semilla.»
3 Y él le dijo: «Éste no será tu heredero, sino uno que saldrá de tus propias entrañas; él será tu heredero.»
4 Y lo llevó afuera y le dijo: «Mira hacia el cielo y cuenta las estrellas, si puedes contarlas».
5 Y miró hacia el cielo y vio las estrellas. Y le dijo: «Así será tu descendencia».
6 Y creyó en el Señor, y le fue contado por justicia.
7 Y Él le dijo: «Yo soy el Señor que te saqué de Ur de los caldeos, para darte la tierra de los cananeos para que la poseas para siempre; y seré Dios para ti y para tu descendencia después de ti.»
8 Y él dijo: «Señor, Señor, ¿por qué sabré que lo heredaré?»
9 Y él le dijo: «Tómame una novilla de tres años, una cabra de tres años, una oveja de tres años, una tórtola y un palomo».
10 Y tomó todo esto a mediados de mes y habitó en el roble de Mamre, que está cerca de Hebrón.
11 Y edificó allí un altar y sacrificó todos estos; y derramó su sangre sobre el altar, y los partió por la mitad, y los puso uno frente al otro; pero las aves no las dividieron.
12 Y los pájaros cayeron sobre los pedazos, y Abram los ahuyentó, sin permitir que los pájaros los tocasen.
13 Y aconteció que cuando se puso el sol, un éxtasis cayó sobre Abram, y ¡he aquí! un horror de gran oscuridad cayó sobre él, y se dijo a Abram: «Sabe con certeza que tu descendencia será extranjera en una tierra (que) no es de ellos, y los traerán en servidumbre, y los afligirán cuatro cien años.»
14 «Y también juzgaré a la nación a la cual serán esclavos, y después de eso saldrán de allí con mucha riqueza».
15 «Y volverás en paz con tus padres y serás sepultado en una buena vejez».
16 «Pero en la cuarta generación volverán acá; porque la iniquidad de los amorreos aún no ha sido cumplida.»
17 Y despertó de su sueño, se levantó y el sol se había puesto; y había una llama, y ¡he aquí! Un horno humeaba y una llama de fuego pasaba entre los pedazos.
18 Y aquel día el Señor hizo un pacto con Abram, diciendo: 'A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Éufrates, a los ceneos, a los cenezeos, a los cadmoneos, los ferezeos, los refaítas, los facoreos, los heveos, los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos.
19 Y pasó el día, y Abram ofreció los pedazos, las aves, sus ofrendas de frutas y sus libaciones, y el fuego los devoró.
20 Ese día hicimos un pacto con Abram, como habíamos hecho con Noé en este mes; y Abram renovó para sí la fiesta y el rito para siempre.
21 Y Abram se regocijó y le contó todas estas cosas a Sarai su esposa; y él creyó que tendría descendencia, pero ella no dio a luz.
22 Y Sarai aconsejó a Abram su marido, y le dijo: «Entra con Agar, mi sierva egipcia; tal vez yo te edifique descendencia junto a ella».
23 Y Abram escuchó la voz de Sarai su esposa y le dijo: «Hazlo». Y Sarai tomó a Agar su sierva egipcia, y se la dio a Abram su marido por mujer.
24 Y él entró a ella, y ella concibió y le dio a luz un hijo, y él llamó su nombre Ismael, en el quinto año de esta semana [1965 AM]; y este fue el año ochenta y seis en la vida de Abram.