Isaac da instrucciones a sus hijos en cuanto a su sepultura: los exhorta a amarse unos a otros y les hace imprecar destrucción al que hiera a su hermano, 1-11. Divide sus posesiones, le da la porción mayor a Jacob y muere, 12-18. Muere Lea: los hijos de Jacob vienen a consolarlo, 21-4.
1 Y en el sexto año de esta semana [2162 AM] Isaac llamó a sus dos hijos Esaú y Jacob, y vinieron a él, y él les dijo: «Hijos míos, voy a seguir el camino de mis padres, para la casa eterna donde están mis padres.»
2 «Por tanto, entiérrame cerca de Abraham mi padre, en la doble cueva en el campo de Efrón el hitita, donde Abraham compró un sepulcro para sepultarlo; en el sepulcro que cavé para mí, entiérrame allí.»
3 «Y esto os mando, hijos míos, que practiquéis la justicia y la rectitud en la tierra, para que el Señor pueda traer sobre vosotros todo lo que el Señor dijo que haría con Abraham y con su descendencia».
4 «Y amaos unos a otros, hijos míos, vuestros hermanos como un hombre que ama su propia alma, y cada uno busque lo que pueda beneficiar a su hermano, y actúen juntos en la tierra; y que se amen unos a otros como a sus propias almas.»
5 «Y en cuanto a la cuestión de los ídolos, os mando y advierto que los rechacéis, los odiéis y no los améis, porque están llenos de engaño para quienes los adoran y para quienes se inclinan ante ellos.»
6 «Acordaos, hijos míos, del Señor Dios de Abraham vuestro padre, y de cómo yo también lo adoré y le serví con justicia y con alegría, para que él os multiplique y aumente vuestra descendencia como las estrellas del cielo en multitud, y establecerte sobre la tierra como planta de justicia que no será desarraigada por todas las generaciones para siempre.»
7 «Y ahora os haré hacer un gran juramento, porque no hay juramento mayor que el del nombre glorioso, honorable, grande, espléndido, maravilloso y poderoso, que creó los cielos y la tierra y todas las cosas juntas, para que le temáis y le adoréis.»
8 «Y que cada uno ame a su hermano con cariño y rectitud, y que no desee ningún mal contra su hermano desde ahora y para siempre todos los días de su vida, para que prosperen en todas sus obras y no sean destruidos».
9 «Y si alguno de vosotros trama el mal contra su hermano, sepan que desde ahora en adelante cualquiera que planee el mal contra su hermano caerá en sus manos y será desarraigado de la tierra de los vivientes, y su descendencia será destruida de debajo del cielo.»
10 «Pero el día de la turbulencia, de la execración, de la indignación y de la ira, con llama de fuego devorador, como quemó a Sodoma, así también quemará su tierra y su ciudad y todo lo que es suyo, y será borrado del libro de la disciplina de los hijos de los hombres, y no será registrado en el libro de la vida, sino en el que está destinado a destrucción, y pasará a la execración eterna; para que su condenación sea siempre renovada en odio y en execración y en ira y en tormento y en indignación y en plagas y en enfermedad para siempre.»
11 «Os digo y testifico, hijos míos, conforme al juicio que caerá sobre el que quiera hacer daño a su hermano».
12 «Y aquel día dividió todos sus bienes entre los dos y le dio la mayor parte al primogénito, y la torre y todo lo que la rodeaba, y todo lo que Abraham poseía junto al pozo de el juramento.»
13 Y él dijo: «Esta porción mayor se la daré al primogénito».
14 Y Esaú dijo: «He vendido a Jacob y le he dado mi primogenitura; a él se le dé, y no tengo ni una sola palabra que decir al respecto, porque es suyo.»
15 Y dijo Isaac: «Que hoy, hijos míos, la bendición caiga sobre vosotros, hijos míos, y sobre vuestra descendencia, porque me habéis dado descanso, y mi corazón no se aflige por la primogenitura, para que no cometáis maldad por causa de él.»
16 «Que el Dios Altísimo bendiga al hombre que hace justicia, a él y a su descendencia para siempre».
17 Y terminó de mandarles y bendecirlos, y comieron y bebieron juntos delante de él, y él se alegró porque había una sola mente entre ellos, y salieron de él y descansaron ese día y durmieron.
18 Y aquel día Isaac durmió gozoso en su cama; y durmió el sueño eterno, y murió de ciento ochenta años. Cumplió veinticinco semanas y cinco años; y sus dos hijos Esaú y Jacob lo sepultaron.
19 Y Esaú fue a la tierra de Edom, a las montañas de Seir, y habitó allí.
20 Y Jacob habitó en las montañas de Hebrón, en la torre de la tierra de las estancias de su padre Abraham, y adoró al Señor con todo su corazón y según los mandamientos visibles, tal como Él había dividido los días de su generaciones.
21 Y murió Lea su esposa en el año cuarto de la segunda semana del jubileo cuadragésimo quinto, y él la enterró en la doble cueva cerca de su madre Rebeca, a la izquierda de la tumba de Sara, la madre de su padre.
22 Y todos sus hijos y sus hijos vinieron con él a llorar por Lea su esposa y a consolarlo acerca de ella, porque él estaba llorando por ella porque la amaba mucho después de la muerte de su hermana Raquel.
23 porque ella era perfecta y recta en todos sus caminos y honraba a Jacob, y en todos los días que vivió con él él no escuchó de su boca palabra dura, porque ella era amable, pacífica, recta y honorable.
24 Y él se acordó de todos los hechos que ella había hecho durante su vida y se lamentó mucho; porque él la amaba con todo su corazón y con toda su alma.