«Entonces Satanás comenzó a extraviar a Adán y a Eva. . . .»
1 PERO cuando Adán y Eva descendieron a la tierra de barro negro y se acercaron al trigo que Dios les había mostrado y lo vieron maduro y listo para segar, como no tenían hoz para segarlo, se ciñeron , y comenzó a arrancar el trigo, hasta que estuvo todo hecho.
2 Luego lo amontonaron; y, desmayados por el calor y la sed, se metieron bajo la sombra de un árbol, donde la brisa los avivó para dormir.
3 Pero Satanás vio lo que habían hecho Adán y Eva. Y llamó a sus ejércitos y les dijo: «Ya que Dios ha mostrado a Adán y a Eva todo acerca de este trigo para fortalecer sus cuerpos, y he aquí, han venido y lo han amontonado, y desfallecen por el el trabajo ya está dormido, venid, prendámosle fuego a este montón de maíz, y quemémoslo, y tomemos esa botella de agua que está junto a ellos, y vacíémosla, para que no encuentren nada que beber, y nosotros mátalos de hambre y de sed».
4 «Cuando despierten de su sueño y quieran volver a la cueva, iremos hacia ellos por el camino y los desviaremos; para que mueran de hambre y de sed; cuando tal vez puedan negar a Dios y Él los destruya. Entonces nos desharemos de ellos».
5 Entonces Satanás y sus ejércitos arrojaron fuego sobre el trigo y lo consumieron.
6 Pero Adán y Eva despertaron del sueño por el calor de la llama y vieron el trigo ardiendo y el balde de agua derramado junto a ellos.
7 Entonces ellos lloraron y regresaron a la cueva.
8 Pero mientras subían de debajo del monte donde se encontraban, les salió al encuentro Satanás y sus huestes en forma de ángeles, alabando a Dios.
9 Entonces Satanás dijo a Adán: «Oh Adán, ¿por qué te duele tanto el hambre y la sed? Me parece que Satanás ha quemado el trigo». Y Adán le dijo: «Sí».
10 De nuevo Satanás dijo a Adán: «Vuelve con nosotros; somos ángeles de Dios. Dios nos envió a ti, para mostrarte otro campo de maíz, mejor que ese; y más allá hay una fuente de buena agua, y muchos árboles, donde habitarás cerca de ella y trabajarás el campo de maíz con mejor propósito que el que Satanás ha consumido».
11 Adán pensó que era veraz y que eran ángeles los que hablaban con él; y volvió con ellos.
12 Entonces Satanás comenzó a extraviar a Adán y a Eva durante ocho días, hasta que ambos cayeron como muertos, de hambre, de sed y de desmayo. Luego huyó con sus huestes y los abandonó.