Con este salmo terminan los bélicos Cantares de Salomón.
1 Señor, tu misericordia está sobre las obras de tus manos para siempre;
Tu bondad está sobre Israel con un rico regalo.
2 Tus ojos los miran, y ninguno de ellos sufre necesidad;
Tus oídos escuchan la oración esperanzada de los pobres.
3 Tus juicios se ejecutan en toda la tierra con misericordia;
Y tu amor es para con la descendencia de Abraham, los hijos de Israel.
4 Tu castigo cae sobre nosotros como sobre un hijo primogénito y unigénito,
Para hacer retroceder al alma obediente de la locura cometida por la ignorancia.
5 Que Dios limpie a Israel para el día de la misericordia y de la bendición,
Contra el día de elección cuando
6 Bienaventurados los que habrá en aquellos días,
Él traerá de vuelta a su ungido.
7 Para que vean la bondad del Señor que realizará para la generación venidera,
8 Bajo la vara de castigo de los ungidos del Señor en el temor de su Dios,
Con espíritu de sabiduría, justicia y fuerza;
9 para dirigir a todo hombre en las obras de justicia mediante el temor de Dios,
para establecerlos a todos delante del Señor,
Una buena generación que viva en el temor de Dios en los días de la misericordia. Sela.
10 Grande es nuestro Dios y glorioso, que habita en las alturas.
11 Él es Quien ha establecido en sus cursos las luces del cielo para determinar las estaciones de año en año,
Y no se han desviado del camino que él les había señalado.
12 En el temor de Dios siguen su camino cada día,
Desde el día en que Dios los creó y para siempre.
13 Y no se han equivocado desde el día en que Él los creó.
Desde las generaciones antiguas no se han apartado de su camino,
A menos que Dios les ordenara hacerlo por orden de sus siervos.