1 Y cuando se acercaba el día de su muerte, Cenez envió y llamó a todos los hombres (o a todos los ancianos), y a los dos profetas Jabis y Finees, y a Finees, hijo del sacerdote Eleazar, y les dijo : He aquí ahora, el Señor me ha mostrado todas sus maravillas que ha preparado para hacer por su pueblo en los últimos días.
2 Y ahora haré mi pacto con vosotros hoy, de que no abandonaréis al Señor vuestro Dios después de mi partida. Porque habéis visto todas las maravillas que sobrevinieron a los que pecaron, y todo lo que declararon, confesando sus pecados por su propia voluntad, y cómo el Señor nuestro Dios acabó con ellos por haber transgredido su pacto. Por tanto, ahora perdonad a los de vuestra casa y a vuestros hijos, y permaneced en los caminos del Señor vuestro Dios, para que el Señor no destruya su herencia.
3 Y Finees, hijo del sacerdote Eleazar, dijo: Si el gobernante Cenez, junto con los profetas, el pueblo y los ancianos, me lo ordenan, hablaré la palabra que oí de mi padre cuando agonizaba, y no callaré el mandamiento que me mandó cuando fue recibida su alma. Y dijo el gobernante Cenez y los profetas: Que siga hablando Finees. ¿Hablará algún otro delante del sacerdote que guarda los mandamientos de Jehová nuestro Dios, y que de su boca sale la verdad, y de su corazón sale una luz resplandeciente?
4 Entonces dijo Finees: Mi padre, cuando estaba agonizando, me mandó diciendo: Así dirás a los hijos de Israel cuando estén reunidos en asamblea: El Señor se me apareció el tercer día antes de este en sueños de noche, y me dijo: He aquí, tú has visto, y tu padre delante de ti, cuánto he trabajado por mi pueblo; y será después de tu muerte que este pueblo se levantará y corromperá sus caminos, apartándose de mis mandamientos, y me enojaré en gran manera contra ellos. Sin embargo, me acordaré del tiempo que fue antes de los siglos, incluso en el tiempo en que no había hombre, y en él no había iniquidad, cuando dije que el mundo sería, y los que vendrían me alabarían en él, y yo Plantaré una gran viña, y de ella escogeré una planta, la ordenaré y la llamaré por mi nombre, y será mía para siempre. Pero cuando haya hecho todo lo que he dicho, sin embargo mi planta, que lleva mi nombre, no me conocerá a mí, quien la plantó, sino que corromperá su fruto, y no me dará su fruto. Estas son las cosas que mi padre me mandó que hablara a este pueblo.
5 Entonces Cenez alzó la voz, los ancianos y todo el pueblo al unísono, y lloraron con gran lamentación hasta el anochecer, y dijeron: ¿Destruirá el pastor su rebaño en vano, a menos que continúe en pecado contra ¿a él? ¿Y no será él quien perdonará según la abundancia de su misericordia, ya que ha trabajado mucho en nosotros?
6 Mientras estaban sentados, el espíritu santo que habitaba en Cenez saltó sobre él y le quitó los sentidos corporales, y comenzó a profetizar, diciendo: He aquí, ahora veo lo que no esperaba y percibo que No lo sabía. Escuchad ahora, moradores de la tierra, como profetizaron antes de mí los que moraban en ella, cuando vieron esta hora, incluso antes de que la tierra fuera corrompida, para que sepáis las profecías establecidas desde antes, todos los que moráis en ella.
7 He aquí ahora veo llamas que no arden, y oigo manantiales de agua que despiertan del sueño, y no tienen fundamento, ni contemplo las cimas de las montañas, ni el dosel del firmamento, sino todas las cosas ocultas e invisibles, que no tienen lugar alguno, y aunque mis ojos no saben lo que ven, mi corazón descubrirá lo que pueda aprender (o decir).
8 Y de la llama que vi, y que no ardía, miré, y he aquí, surgió una chispa, y como si se construyera un piso debajo del cielo, y la semejanza de su piso era como una araña que hila. , a modo de escudo. Y cuando estaban puestos los cimientos, miré, y de aquel manantial se levantó como si fuera espuma hirviente, y he aquí, se transformó como si fuera otro cimiento; y entre los dos cimientos, el superior y el inferior, se acercaron desde la luz del lugar invisible como formas de hombres, y caminaban de un lado a otro; y he aquí, una voz que decía: Estos serán para un fundamento a los hombres y habitarán en él 7000 años.
9 Y el fundamento inferior era un pavimento y el superior era de espuma, y los que surgieron de la luz del lugar invisible, esos son los que habitarán allí, y el nombre de ese hombre es [Adán]. Y sucederá que cuando él (o ellos) hayan pecado contra mí y se cumpla el tiempo, la chispa se apagará y la primavera cesará, y así serán transformados.
10 Y aconteció que después que Cenez hubo dicho estas palabras, se despertó y recobró el sentido; pero no sabía lo que había dicho ni lo que había visto, sino que sólo dijo al pueblo: Si los demás justos sean tales después de muertos, más les vale morir al mundo corruptible, para que no vean el pecado. Y cuando Cenez hubo dicho esto, murió y durmió con sus padres, y el pueblo estuvo de luto por él durante treinta días.