1 Y subiendo a su aposento se acostó, y la Muerte vino y se puso delante de él.
2 Y Abraham le dijo: «Apártate de mí, porque deseo descansar, porque mi espíritu está indiferente».
3 La muerte dijo: «No me apartaré de ti hasta tomar tu alma».
4 Y Abraham, con semblante severo y mirada enojada, dijo a la Muerte: «¿Quién te ha ordenado que digas esto?
5 Dices estas palabras con jactancia y no iré contigo hasta que venga a verme el capitán en jefe Miguel, y yo iré con él. Pero esto también os digo, si queréis que os acompañe, explicadme todos vuestros cambios, las siete cabezas de serpientes de fuego y lo que es la cara del precipicio, y lo que es la espada aguda, y lo que es el gran río rugiente, y qué mar tempestuoso que brama con tanta fiereza.
6 Enséñame también los truenos insoportables, los relámpagos terribles y la copa maloliente mezclada con veneno. Enséñame acerca de todo esto».
7 Y la Muerte respondió: «Escucha, justo Abraham. Durante siete siglos destruyo el mundo y conduzco a todos al Hades, reyes y gobernantes, ricos y pobres, esclavos y libres, los convoyo al fondo del Hades, y para esto os mostré las siete cabezas de serpientes.
8 Os mostré el rostro del fuego, porque muchos mueren consumidos por el fuego, y contemplan la muerte a través del rostro del fuego.
9 Os mostré la cara del precipicio, porque muchos hombres mueren descendiendo de las copas de los árboles o de terribles precipicios y perdiendo la vida, y ven la muerte en forma de terrible precipicio.
10 Os mostré el rostro de la espada, porque muchos mueren a espada en las guerras y ven la muerte como una espada.
11 Os mostré la cara del gran río caudaloso, porque muchos se ahogan y perecen arrebatados por el paso de muchas aguas y arrastrados por grandes ríos, y ven la muerte antes de tiempo.
12 Os mostré el rostro del mar furioso y furioso, porque muchos en el mar, cayendo en grandes olas y naufragando, son tragados y contemplan la muerte como el mar.
13 Os mostré los truenos insoportables y los relámpagos terribles, porque muchos hombres, en el momento de la ira, se topan con truenos insoportables y relámpagos terribles que vienen a apoderarse de los hombres y ven así la muerte.
14 También te mostré las fieras venenosas, los áspides y los basiliscos, los leopardos, los leones, los cachorros de leones, los osos y las víboras, y en resumen, te mostré el rostro de todas las fieras, oh justo, porque muchos hombres son destruidos por las fieras,
15 y otros por serpientes venenosas, víboras, áspides, cerastes, basiliscos y víboras, exhalan su vida y mueren.
16 También os mostré las copas destructoras mezcladas con veneno, porque muchos hombres, a los que otros les dan a beber veneno, se marchan inmediatamente.