1 Cuando Isaac dijo esto, el Señor sacó su alma de su cuerpo y quedó blanca como la nieve; tomó posesión de él y lo llevó consigo en su santo carro y ascendió con él a los cielos, mientras los querubines cantaban alabanzas delante de él, y también sus santos ángeles.
2 El Señor le concedió el reino de los cielos; y todo lo que nuestro padre deseaba de la abundancia de bendiciones de Dios que tenía, incluso el cumplimiento de su pacto para siempre.