1 Después de que estos tres terminaron de cantar himnos. ¿Me senté junto a él, Nacor (Neros), hermano de Job, mientras él se acostaba?
2 Y escuché las cosas maravillosas (grandes) de las tres hijas de mi hermano, una sucediéndose siempre a la otra en medio de un silencio terrible.
3 Y escribí este libro que contiene los himnos excepto los himnos y signos de la [santa] Palabra, porque estas eran las grandes cosas de Dios.
4 Y Job, enfermo, se acostó en su lecho, pero sin dolor ni sufrimiento, porque el dolor no se apoderaba de él con fuerza a causa del encanto del cinto que se había enrollado.
5 Pero después de tres días, Job vio que los santos ángeles venían por su alma, y al instante se levantó, tomó la cítara y se la dio a su hija Day (Yemima).
6 Y a Kassia le dio un incensario (con perfume = Kassia), y al cuerno de Amaltea (= música) le dio un pandero para que pudieran bendecir a los santos ángeles que vinieron por su alma.
7 Y tomándolos, cantaron, tocaron el salterio y alabaron y glorificaron a Dios en santo dialecto.
8 Después de esto vino el que estaba sentado en el gran carro y besó a Job, mientras sus tres hijas miraban, pero las demás no lo vieron.
9 Y tomó el alma de Job y se elevó hacia arriba, tomándola (el alma) por el brazo y llevándola en el carro, y se dirigió hacia el Este.
10 Pero su cuerpo fue llevado al sepulcro, mientras las tres hijas marchaban delante, vestidas con sus cinturones y cantando himnos de alabanza a Dios.
11 Entonces Nacor, su hermano Nereo, y sus siete hijos, con el resto del pueblo y los pobres, los huérfanos y los débiles, hicieron gran duelo sobre él, diciendo:
12 ¡Ay de nosotros! porque hoy nos ha sido quitada la fuerza de los débiles, la luz de los ciegos, el padre de los huérfanos;
13 Le ha sido quitado al líder de los extraviados el receptor de los extraños, la cobertura de los desnudos, el escudo de las viudas. ¿Quién no lloraría por el hombre de Dios?
14 Y como estaban de luto en tal o cual forma, no permitieron que lo enterraran.
15 Sin embargo, después de tres días, finalmente fue puesto en la tumba, como quien duerme dulcemente, y recibió el nombre del bueno (hermoso) que seguirá siendo famoso por todas las generaciones del mundo.
16 Dejó siete hijos y tres hijas, y no se encontraron hijas en la tierra tan hermosas como las hijas de Job.
17 El nombre de Job antes era Jobab, y el Señor lo llamó Job.
18 Había vivido antes de la plaga ochenta y cinco años, y después de la plaga recibió el doble de todo; de ahí que también duplicó su año, que es 170 años. Así vivió en total 255 años.
19 Y vio hijos de sus hijos hasta la cuarta generación. Está escrito que se levantará con aquellos a quienes el Señor despertará. A nuestro Señor por la gloria. Amén.