Esta Oda es importante por la alusión histórica con la que comienza. Esto puede referirse al cierre del templo en Leontópolis en Egipto, lo que fecharía este escrito alrededor del 73 d.C.
1 Nadie, oh Dios mío, cambia tu lugar santo;
2 Y no es posible que lo cambie y lo ponga en otro lugar, porque no tiene poder sobre él.
3 Para tu santuario has diseñado antes de hacer (otros) lugares:
4 Lo que es más viejo no será alterado por lo que es más joven que él.
5 Tú, Señor, has entregado tu corazón a tus creyentes; nunca fallarás ni quedarás sin frutos.
6 Porque una hora de tu fe es más preciosa que todos los días y años.
7 Porque ¿quién habrá que se vista de tu gracia y resulte herido?
8 Porque tu sello es conocido, y tus criaturas lo saben, y tus huestes (celestiales) lo poseen, y los arcángeles elegidos están vestidos con él.
9 Tú nos has dado tu comunión; no es que tú nos necesitaras, sino que nosotros te necesitamos a ti.
10 Destila sobre nosotros tu rocío y abre tus ricas fuentes que nos derraman leche y miel:
11 Porque en ti no hay arrepentimiento para que te arrepientas de cualquier cosa que hayas prometido.
12 Y el fin se reveló ante ti: porque lo que diste, lo diste gratuitamente.
13 Para que no puedas retirarlos y tomarlos de nuevo.
14 Porque todo fue revelado ante ti como Dios, y ordenado desde el principio delante de ti; y tú, oh Dios, hiciste todas las cosas. Aleluya.