Los campamentos de ángeles en 'Araboth Raqia': ángeles realizando el Qedushsha
1 R. Ismael dijo: Metatrón, el Ángel, el Príncipe de la Presencia, me dijo: 506 mil miríadas de campamentos tiene el Santo, bendito sea, en la altura de 'Araboth Raqia. Y cada campamento está (compuesto por) 496 mil ángeles.
2 Y cada ángel, la altura de su estatura es como el gran mar; y el aspecto de su rostro como la apariencia de un relámpago, y sus ojos como lámparas de fuego, y sus brazos y sus pies como de color como el del bronce bruñido, y el rugido de sus palabras como la voz de una multitud.
3 Y todos están de pie delante del Trono de Gloria en cuatro filas. Y los príncipes del ejército están a la cabeza de cada fila.
4 Y algunos de ellos pronuncian el «Santo» y otros pronuncian el «Bendito», algunos de ellos corren como mensajeros, otros están presentes, tal como está escrito: «Mil miles le sirvieron, y diez mil veces diez mil se presentaron ante él: se fijó el juicio y se abrieron los libros».
5 Y en la hora, cuando se acerca el tiempo para decir el «Santo», (entonces) primero surge un torbellino delante del Santo, bendito sea, y estalla sobre el campamento de Shekina y se levanta gran conmoción entre ellos, como está escrito: «He aquí, el torbellino del Señor sale con furor, con conmoción continua».
6 En ese momento, miles de miles de ellos se transforman en chispas, miles de miles de ellos en tizones, miles de miles en destellos, miles de miles en llamas, miles de miles en machos, miles de miles en hembras, miles de miles en vientos, miles de miles en fuegos ardientes, miles de miles en llamas, miles de miles en chispas, miles de miles en jashmals de luz; hasta que tomen sobre sí el yugo del reino de los cielos, el alto y sublime, del Creador de todos ellos, con temor, pavor, temor y temblor, con conmoción, angustia, terror y trepidación. Luego son transformados nuevamente a su forma anterior para tener el temor de su Rey siempre delante de ellos, ya que han puesto sus corazones en decir la Canción continuamente, como está escrito: «Y uno clamaba a otro y decía (Santo, Santo, Santo, etc.)».