1 Después de estas cosas, Tobías se fue, alabando a Dios por haberle dado un viaje próspero, y bendijo a Ragüel y a Edna su esposa, y siguió su camino hasta llegar cerca de Nínive.
2 Entonces Rafael dijo a Tobías: Tú sabes, hermano, cómo dejaste a tu padre.
3 Apresurémonos delante de tu mujer y preparemos la casa.
4 Y toma en tu mano la hiel del pescado. Entonces ellos siguieron su camino y el perro los persiguió.
5 Ahora Anna estaba sentada mirando hacia el camino de su hijo.
6 Y cuando ella lo vio venir, dijo a su padre: He aquí, viene tu hijo y el hombre que iba con él.
7 Entonces dijo Rafael: Sé, Tobías, que tu padre abrirá los ojos.
8 Unge, pues, sus ojos con hiel y, pinchado con ella, se frotará y se desvanecerá su blancura, y te verá.
9 Entonces Ana salió corriendo, se echó sobre el cuello de su hijo y le dijo: «Ya que te he visto, hijo mío, desde ahora me contentaré con morir». Y ambos lloraron.
10 Tobit también salió hacia la puerta y tropezó; pero su hijo corrió hacia él,
11 Y agarró a su padre y le dio un golpe de hiel en los ojos, diciendo: Ten buena esperanza, padre mío.
12 Y cuando le empezaron a escocer los ojos, se los frotó;
13 Y la blancura desapareció de las comisuras de sus ojos; y cuando vio a su hijo, cayó sobre su cuello.
14 Y lloró y dijo: Bendito eres, oh Dios, y bendito es tu nombre por los siglos; y benditos sean todos tus santos ángeles:
15 Porque me azotaste y te apiadaste de mí; he aquí, veo a mi hijo Tobías. Y su hijo fue gozoso y contó a su padre las grandes cosas que le habían sucedido en Media.
16 Entonces Tobit salió al encuentro de su nuera a las puertas de Nínive, gozoso y alabando a Dios; y los que lo vieron irse se maravillaron, porque había recuperado la vista.
17 Pero Tobías dio gracias delante de ellos porque Dios tenía misericordia de él. Y acercándose a Sara su nuera, la bendijo, diciendo: Bienvenida, hija; bendito sea el Dios que te trajo a nosotros, y benditos sean tu padre y tu madre. Y hubo alegría entre todos sus hermanos que estaban en Nínive.
18 Y vinieron Aquiácaro y Nasbas, el hijo de su hermano.
19 Y las bodas de Tobías se celebraron con gran alegría durante siete días.