«Tratado de Sem»
Traducido de «Los pseudoepígrafos del Antiguo Testamento, Vol. 1», James H. Charlesworth (1983)
James Charlesworth escribe (The Pseudepigrapha and Modern Research, págs. 182-184):
Este pseudoepígrafe sólo existe en un manuscrito siríaco no encuadernado del siglo XV en la Biblioteca de la Universidad John Rylands de Manchester (siríaco MS 44, ff. 81b-83b). Fue editado y traducido al inglés por A. Mingana (Some Early Judaeo-Christian Documents in the John Rylands Library: Syriac Texts. Manchester: Universidad de Manchester, 1917. Pp. 52-59 [texto], 24-29\ [trad.]; repr. de BJRL 4 [1917] 59-118).
Sólo Mingana ha publicado investigaciones sobre esta composición. Sugirió que el texto original podría haber sido escrito en el período romano, tal vez después de la devastación de Palestina por Vespasiano o Adriano, debido a la mención de la emigración de Palestina. La procedencia, según él, es probablemente egipcia o palestina.
A favor de una fecha temprana está la evidencia interna. El rey romano se moverá (cap. 1). Los romanos derrotarán a los [persas] en una guerra severa (cap. 2). A los romanos les resultará difícil someter a los piratas (lestane, palabra prestada del griego) de Palestina.
Los datos externos tienden a resistirse a la suposición de una fecha temprana. La obra no es citada por los Padres, el género (ver más abajo) es típico de escritos posteriores (cf. G. Furlani, «Astrologisches aus syrischen Handschriften», ZDMG 75 [1921] 122-28; A. Baumstark, Geschicte , págs. 230, 352 y sigs.; G. Graf, Geschichte, pág. 216), y la brontología, la selenodromia y la calendología están enumeradas por Nicéforo junto con escritos posteriores como el Apocalipsis de Ezra y el Apocalipsis de Zosimus (cf. MR James’ comentarios en The Fourth Book of Ezra de RL Bensly [T&S 3.2] Cambridge: CUP, 1895; págs. xxiv y siguientes).
En términos generales, la evidencia interna tiene prioridad sobre la externa; además, esto último en este caso no impresiona. En primer lugar, los Padres no citan numerosas obras tempranas, como las Odas de Salomón; otros, como los Jubileos, no se mencionan en las famosas listas de obras apócrifas. En segundo lugar, la kalandología medieval podría basarse en ejemplos anteriores: los horóscopos y documentos astrológicos judíos no siempre llegan tarde, ya que se han encontrado ejemplos de ellos en Qumran (4QCryptic; cf. JM Allegro, no. 129; 4Q186, cf. J. Carmignac, «Les horoscopes de Qumran», RQ 5 [1965] 199-217). El interés judío por el Zodíaco es claramente mucho anterior a lo que alguna vez imaginamos (cf. SibOr 5:512-31). En tercer lugar, el orden de Nicéforo al enumerar las obras no tiene importancia, ya que no hay evidencia de que siguiera un orden cronológico; Además, el Apocalipsis de Zósimo parece contener tradiciones tempranas (ver la entrada a continuación).
Indicativo de una procedencia egipcia, tal vez alejandrina, es la mención del Nilo (caps. 1, 2, 3, 4, 5, [6], 7, 8, 12), Egipto (caps. 1, 2, 7, 8, 9, 12) y Alejandría (caps. 4, 6). Los numerosos realia son típicos de Egipto, pero no se menciona la cerveza ni los cocodrilos. Probablemente refleja una procedencia egipcia, ya que sólo Egipto y Palestina (caps. [1], 11, 12) son probables, es la nota de piratas que vienen «de Palestina». El idioma original es semítico, con préstamos griegos, ya que abundan los semitismos y los nombres personales se definen en términos del alfabeto semítico (capítulos 2, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12). Investigaciones futuras podrían indicar que el Tratado de Sem fue compuesto por uno de los Therapeutae. Será interesante ver si existe alguna relación entre el Tratado de Shem y el Códice inédito de Nag Hammadi titulado La Paráfrasis de Shem (cf. JM Robinson, no. 541, especialmente pp. 378-80).
La obra es un calendologion judío, del que se atribuyen otros ejemplos a Esdras (cf. James, LAOT, págs. 80 y siguientes), que describe las características de un año cuando comienza en un signo particular del Zodíaco. La composición se puede dividir en doce capítulos, siguiendo los doce signos que van en sentido antihorario desde Aries a Capricornio, pero invirtiendo el orden de los dos últimos, de modo que Piscis precede a Acuario. El peor año aparentemente comienza en Aries, el primero, y el mejor en Piscis (la paz y armonía escatológica que se observa al final hace preguntarse si este apartado fue copiado sin querer, por paráblepsis y confusión entre rúbricas, antes del que es ahora último).
James Charlesworth escribe: «Es significativo que el Tratado de Sem se compuso aproximadamente en la época en que el equinoccio de primavera (el comienzo tradicional del año, el comienzo de la primavera) se trasladó de Aries a Piscis, donde ha estado desde entonces, aunque está a punto de entrar en Acuario. Este cambio, ha argumentado G. de Santillana, habría evocado una fuerte “emoción astrológica” ya que una época sucedía a otra. Sin embargo, no está claro que este fenómeno fuera percibido o comprendido en la antigüedad. Si así fuera, entonces el Tratado de Sem sería un registro incomparable de este cambio monumental, la Precesión de los Equinoccios». (El pseudoepígrafe del Antiguo Testamento, vol. 1, p. 480)