1 Por eso fueron castigados dignamente con semejantes animales y atormentados con multitud de bestias.
2 En lugar de este castigo, tratando con bondad a los tuyos, les preparas carne de sabor extraño, incluso codornices, para estimular su apetito.
3 Con el fin de que, deseando comida, a causa del feo espectáculo de las bestias enviadas entre ellos, aborrezcan incluso aquello que necesitan desear; pero éstos, al sufrir penuria durante un breve espacio de tiempo, podrían convertirse en partícipes de un gusto extraño.
4 Porque era necesario que a los que ejercían la tiranía les sobreviniera una miseria que no podían evitar; pero a éstos sólo se les debía mostrar cómo eran atormentados sus enemigos.
5 Porque cuando la terrible fiereza de las bestias cayó sobre ellos y perecieron bajo las picaduras de serpientes tortuosas, tu ira no duró para siempre.
6 Pero fueron perturbados por un corto tiempo, para ser amonestados, teniendo señal de salvación, para recordarles el mandamiento de tu ley.
7 Porque el que se volvió hacia ella no fue salvo por lo que vio, sino por ti, que eres el Salvador de todos.
8 Y con esto haces confesar a tus enemigos que eres tú quien libra de todo mal:
9 A ellos los mataron las picaduras de langostas y moscas, y no se encontró remedio para sus vidas, porque eran dignos de ser castigados por tales.
10 Pero a tus hijos ni siquiera los dientes de dragones venenosos vencieron: porque tu misericordia estuvo siempre sobre ellos y los sanó.
11 Porque fueron aguijoneados para recordar tus palabras; y fueron pronto salvos, para que, sin caer en profundo olvido, tuvieran siempre presente tu bondad.
12 Porque no fue ni la hierba ni el apósito suavizante lo que les devolvió la salud, sino tu palabra, oh Señor, que todo lo cura.
13 Porque tienes poder sobre la vida y la muerte: conduces a las puertas del infierno y las haces subir.
14 A la verdad el hombre mata con su malicia, pero el espíritu, cuando sale, no regresa; Ni el alma recibida vuelve a subir.
15 Pero no es posible escapar de tu mano.
16 Porque los impíos que negaban conocerte, fueron azotados con la fuerza de tu brazo; con lluvias extrañas, granizos y aguaceros fueron perseguidos, que no pudieron evitar, y en el fuego fueron consumidos.
17 Porque, lo que es más sorprendente, es que el fuego tenía más fuerza que el agua, que lo apaga todo: porque el mundo lucha por los justos.
18 Durante algún tiempo la llama se atenuó para que no quemara a las bestias enviadas contra los impíos; pero ellos mismos podían ver y percibir que eran perseguidos por el juicio de Dios.
19 Y en otra ocasión arde incluso en medio del agua por encima del poder del fuego, para destruir los frutos de una tierra injusta.
20 En lugar de eso, alimentaste a tu pueblo con comida de ángeles y les enviaste desde el cielo pan preparado sin su trabajo, capaz de satisfacer el deleite de todos y del gusto de todos.
21 Porque tu sustento declaraba tu dulzura a tus hijos, y sirviendo al apetito del que come, se templaba al gusto de cada uno.
22 Pero la nieve y el hielo resistieron el fuego y no se derritieron, para que supieran que el fuego, ardiendo en el granizo y brillando en la lluvia, destruía los frutos de los enemigos.
23 Pero éste también olvidó incluso sus propias fuerzas, para que los justos pudieran ser alimentados.
24 Porque la criatura que te sirve, que eres el Hacedor, aumenta sus fuerzas contra los injustos para su castigo, y las disminuye en beneficio de los que confían en ti.
25 Por eso ya entonces se transformó en todas las formas y obedeció a tu gracia, que todo lo sustenta, según el deseo de los que tenían necesidad.
26 Para que tus hijos, oh Señor, a quienes amas, sepan que no es el crecimiento de los frutos lo que nutre al hombre, sino que es tu palabra la que preserva a los que en ti confían.
27 Porque lo que no fue destruido por el fuego, calentado por un pequeño rayo de sol, pronto se derritió.
28 Para que se sepa que debemos impedir que el sol te dé gracias y orar a ti en la aurora.
29 Porque la esperanza de los ingratos se derretirá como la escarcha del invierno, y se escurrirá como agua inútil.