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Las verdades relativas | Luz y Vida — Núm. 32 — Marzo 2013 — Índice | Convergencias y divergencias: El entrelazamiento cuántico |
Hoy os quiero compartir
Un sueño que tuve ayer.
En mi sueño yo veía
Que las estrellas no brillaban
y el sol se oscurecía
que los ríos se secaban
y los peces se morían
por las aguas tan amargas.
En mi sueño yo veía
niños grandes y mayores
que de hambre y sed morían
niños grandes y mayores
ya ni lágrimas tenían
solo huesos les quedaban.
En mi sueño yo veía
a toda la humanidad
que implorando al cielo estaban
que viniera el Mesías;
¿por qué le decís que venga
si el ya estuvo aquí?
vino a traernos verdad,
vino a traernos amor
y a cambio le dimos muerte.
Por qué le decís que venga
si no hay amor.
Él no vendrá porque os digo
que el amor es la verdad.
Dos mil años los cristianos,
mil quinientos los de Alá,
los de Buda muchos más,
todos buscan la verdad.
pero yo os digo, hermanos
que no hay religión más grande
que el amor terrenal
y que no hay verdad más grande
que el amor universal.
La verdad está en las entrañas
y el amor en los corazones
Dejad que salga el amor
y dadlo a cambio de nada
y el padre y la verdad
en vosotros entrará.
El padre en vosotros ya está
pero os falta la verdad.
La verdad es muy simple
y a la vez muy complicada,
de donde está la verdad
un ejemplo quiero daros:
Es como si un recién nacido
de leyes quisiera saber,
primero tendrá que crecer
y luego hacer los deberes,
pasar por varias moradas
para poder comprender
y cambiar su vestimenta
para poder ver al juez
que el traje no sirve para entender
la verdad que esta junto a él.
La verdad está en las entrañas
y el amor en los corazones.
Dejad que salga el amor,
dejadlo que salga,
que el amor riegue la tierra
y florezca la verdad.
Este sueño que comparto
con toda la humanidad
no es historia, no es canción
porque música no tiene.
Que el que entienda se la ponga
y la convierta en canción,
en canción universal
que no tenga fronteras
y que no tenga banderas:
que sea el estandarte
de toda la humanidad.
Que se cante en todo el mundo
en todo el mundo a la vez.
Que se entere el universo
y todos cuanto lo habitan
que en la tierra ya hay amor,
que la oscuridad no existe,
que se enteren los que están
y comprendan los que vengan
que la única verdad
es el amor universal.
Ahí os dejo las palabras.
Las palabras no son mías.
Con mi boca yo las digo
y escritas os las dejo.
Son palabras de amor,
son palabras de verdad,
me las dicta el corazón
para la humanidad.
Como me las dan las doy,
a cambio de nada.
Que os sirvan de provecho,
pues el corazón me dice
que en la próxima morada
el amor no tiene precio.
Ahí os dejo las palabras,
no echadlas en olvido y
tened bien presente
que la tierra es un ser vivo
y herida está de muerte.
Que los ríos son sus venas,
que los bosques sus pulmones,
que el agua es su sangre
y que está contaminada
por la avaricia de los hombres.
Abrid los corazones
y a la tierra dadle amor.
Que se curen sus heridas
que en el viaje vamos todos,
pobres, ricos y mendigos,
todos en la misma esfera
en busca de la luz.
Abrid los corazones
y a la tierra dadle amor
y a los del corazón duro
un consejo quiero darles:
cuando tengas un momento
hombre de la gran ciudad,
cuando tengas un momento
ve al campo a comprobar.
Que el sueño no es sueño
que el sueño es realidad.
Que los ríos están secos,
que los bosques ya no están.
Prueba el agua del arroyo
que amarga es de verdad.
Cuando tengas un momento,
hombre de las grandes prisas,
guerrero del asfalto,
hombre de corazón duro,
duro como el pedernal,
cuando tengas un momento
ve al campo a observar.
Tú observa a la hormiga,
que ella cosecha en verano,
para el invierno descansar.
Observa a la mariposa
qué lento es su volar,
qué bello es su ropaje
de flor en flor va.
Luego siéntate en la verde hierba
escucha los pájaros cantar.
Coge en tu mano la fresca tierra
luego dime si es verdad,
que la tierra está viva,
hombre de la gran ciudad.
Si tú haces estas cosas
tu corazón se ablandará
el amor de ti saldrá.
Cuando ya dejes el campo
te incorpores al asfalto,
asfalto de la gran ciudad,
escuches decir a tu hermano
con los brazos abiertos
las rodillas en tierra, decirte de esta manera:
Échame una mano hermano.
Ya no apartes tu mirada
aunque sea, dale un poquito
del amor que has escuchado.
Ahí os dejo las palabras
os digo hasta luego,
porque vais a dar amor.
Por eso digo «hasta luego»,
porque con el padre y la verdad
allí nos encontraremos.
Porque las estrellas son hogueras encendidas
por el padre celestial
para que en el universo no haya oscuridad,
para dar luz a los hombres y a toda humanidad
para que ellos comprendan la verdad:
QUE ELLOS MISMOS FORMAN PARTE
DE LA ENERGÍA UNIVERSAL.
Las verdades relativas | Luz y Vida — Núm. 32 — Marzo 2013 — Índice | Convergencias y divergencias: El entrelazamiento cuántico |