© 2022 Anton Miroshnichenko
© 2022 Fundación Urantia
De Anton Miroshnichenko (Kiev, Ucrania)
Encontré El libro de Urantia en 2005 mientras trabajaba en el centro La Era de Acuario de Kiev, donde ayudé a organizar la formación en meditación y prácticas de desarrollo espiritual. Fue un tiempo de cambios intensos en mi vida. Me había graduado recientemente de la universidad y este trabajo me pareció interesante y útil. Hice muchos nuevos amigos y descubrimientos.
Un día vi un panfleto en el alféizar que mencionaba El libro de Urantia. Recordé el nombre y más adelante compré un ejemplar. Lo leí a solas durante dos años y decidí leer todo su contenido antes de hablarle a nadie de ello. Quería estar seguro al 100% de que confiaba en él.
Pasaron varios años y El libro de Urantia se convirtió en parte de mi vida. Una vez reconocí que era ciudadano del universo, gané una fuerza nueva e inusual para vivir pacientemente esta vida terrenal mientras esperaba con ilusión la vida más allá de este mundo. Quizá viene del poder de ese conocimiento riguroso, lógico y preciso sobre el futuro.
A menudo recuerdo a Einstein cuando planteó la importante pregunta: «¿es el universo un lugar amistoso?». Como si respondiera a esta pregunta, El libro de Urantia no solo afirma inequívocamente que el universo es amistoso, sino que aclara cómo y por qué. Acepto en mi alma esta descripción del universo, sin miedo a ser engañado y con plena confianza y conciencia.
Veinte años después, no observarían nada distinto y palpable en mi vida diaria. No realizo ningún ritual especial; no tengo ningún superpoder especial; no puedo ver los chakras ni a las ángeles, ni escucho voces celestiales. No; después de leer El libro de Urantia, sigo siendo la misma persona de antes. Y aun así, ¡hay una diferencia!
El libro de Urantia me enseñó a tener más confianza en el universo. En lugar del miedo a morir está la alegría de esperar un futuro definido aunque desconocido. Esta alegría se puede comparar a cuando esperábamos las vacaciones siendo niños. ¿Recuerdan cómo esperaban las celebraciones de Año Nuevo cuando eran pequeños? Experimento el mismo sentimiento cuando pienso en el momento en que abra los ojos en otro mundo. En lugar de vivir temiendo lo inevitable, lo desconocido, lo aterrador y la oscura nada, elijo vivir pensando con ilusión en las vacaciones.
El libro de Urantia me enseñó a apreciar la extraordinaria importancia de la vida terrenal. Superar los obstáculos de este mundo es una experiencia única e importante que jamás se repetirá en toda la carrera de ascensión.
El libro de Urantia me enseñó que todos somos hermanos y hermanas en espíritu y ante Dios.
El libro de Urantia me enseñó que el camino de ascensión en el universo está abierto a todos los que creen. ¿Por qué es tan importante la fe? Porque la fe es confianza, es la única respuesta humana posible a la oferta de unirse a un universo amistoso y gobernado con inteligencia. Solo aceptando esta oferta podemos «ver con otros ojos» en otro mundo, porque Dios no obliga al hombre a que elija. La soberanía absoluta del libre albedrío del mortal en lo que respecta a la supervivencia eterna ha sido decretada por el Creador, y ni siquiera él la viola.
Por lo tanto, nunca intento convencer de manera agresiva a nadie de la verdad de El libro de Urantia si veo que tiene verdadera fe. La fe lo salvará, y todos podrán descubrir por ellos mismos los detalles de la disposición del universo, si no en este mundo, en el siguiente.
El libro de Urantia me ha enseñado paciencia. Mi esposa no aprecia el libro, lo que a veces me molesta, pero lo acepto con comprensión. No lo impongo a mis hijos. Creo que por ahora solo necesitan ver que este libro es muy importante para mí. Ningún plato que aprecien los adultos debería darse a los niños. Creo que cuando comenzamos a conocer El libro de Urantia deberíamos tener algo de conocimiento sobre el mundo y haber empezado a desarrollar una concepción del mundo. Entonces El libro de Urantia podrá complementar esa concepción del mundo y pulirla como si fuera un diamante. Hasta que los jóvenes estén listos para recibir este conocimiento, el amor de los padres por sus hijos debería asegurar que llegarán a adoptar los valores expresados en la vida de los padres. Pero la elección final es de cada persona y de nadie más.
Y la revelación me enseñó algo más (o más bien enfocó mi atención en eso): la atención a la voz interior del Ajustador del Pensamiento, la parte de Dios que reside en todos nosotros y nos guía a través de la compleja vida terrenal. Es muy importante para mí escuchar la voz callada de este Tutor. Dios nunca obliga, solo guía. Y depende de nuestra voluntad escuchar o no su voz callada pero definida.
Suelo sentir su voz como un empujón, un impulso para hacer algo, acompañado de la sensación de que es lo correcto. Un resultado de dicha experiencia es la difusión de El libro de Urantia en Ucrania, que llevo haciendo con varios amigos como proyecto sin ánimo de lucro. Durante muchos años los que han querido comprar libros han venido a nosotros y los han recibido por correo. Me conmueve que los ucranianos tengan esta oportunidad, y espero que a su debido tiempo se complete la traducción del libro al ucraniano y se encuentre una mejor manera de distribuirla.
En última instancia, diré que El libro de Urantia me inspira a lo que yo llamaría una sed de vida tranquila e inmutable. Naturalmente, hay veces en las que me siento decepcionado. Puedo cansarme e incluso sufrir períodos de depresión, pero la sed constante de vida nunca me permite tomar los sentimientos negativos demasiado en serio. Los meros sentimientos no pueden sacudir mi fe y confianza en un universo amistoso. Nada en el mundo puede separarnos de Dios y de su amor.
Los meros sentimientos no pueden sacudir mi fe y mi confianza en un universo amigable. Nada en el mundo puede separarnos de Dios y su amor.