© 1976 Bernard Burton
© 1976 The Urantia Book Fellowship (anteriormente Urantia Brotherhood)
Para crecer y desarrollarse, las personalidades necesitan contacto con otras personalidades, de forma muy parecida a los fragmentos de roca con bordes afilados que se alisan frotándose unos contra otros. Tal paralelo sugiere la intención divina de que nuestro progreso hacia niveles espirituales esté estrechamente relacionado con la sociabilidad y el esfuerzo cooperativo. Nuestra mayor conciencia de la dependencia mutua, el valor personal y los objetivos de servicio altruistas necesita un vehículo de comportamiento para expresarnos con otros inspirados de manera similar… de ahí la motivación lógica para la formación de grupos de estudio. Esta reunión de creyentes bien podría denominarse la «eventualidad inevitable» de una amplia difusión del El Libro de URANTIA.
Todos nosotros para quienes el estudio en grupo se ha convertido en una parte habitual de la vida podemos intentar ocasionalmente explicar cómo surgió todo. Sin embargo, incluso teniendo en cuenta diferencias de origen específico, los grupos de estudio se forman porque es placentero reunirse con otros y compartir juntos estos artículos únicos. El punto de vista de otro contribuye a nuestra propia percepción y comprensión. Algunos pasajes con los que tenemos dificultades pueden aclararse al escuchar la explicación de otra persona.
Los artículos afirman que todos nos volvemos cada vez más parecidos a los Seres Divinos a quienes adoramos. Del mismo modo, podría deducirse que algunos rasgos de aquellos con quienes entramos en contacto puedan convertirse en parte de nuestra compleja estructura. Así, con muchos tipos de personalidad reunidos por el interés mutuo en los artículos de El Libro de URANTIA, cada uno se beneficia de alguna manera de la naturaleza muy heterogénea de las personalidades reunidas. De hecho, nuestros asociados nos influyen y nos cambian. Es simplemente otra forma en la que lo que somos hoy es producto de nuestro ayer. Asimismo, mediante el uso de esta influencia beneficiosa, podemos utilizar el hoy para enriquecer nuestro mañana.
La apreciación de la verdadera bondad en la actividad del grupo de estudio puede resultar una fuerza adhesiva cuando surgen problemas y desacuerdos que cuestionan y ponen a prueba a los miembros para superar el interés personal en beneficio y bienestar del grupo en su conjunto.
Como guijarros en la playa, arrastrados de un lado a otro por las olas rompientes, podemos lucir más agradablemente suaves y flexibles mediante el contacto personal recurrente.
—Bernard Burton