© 2020 Brad Garner
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Segundo evento de 24 horas de la Asociación Urantia | Volumen 14, Número 2, Junio 2020 — Índice | Anuncios |
De Brad Garner (Arizona, Estados Unidos)
Soy un estudiante de segunda generación y de toda la vida de El libro de Urantia a través de mis padres. Mirando atrás puedo ver cómo han evolucionado para mí los significados del libro. He aquí mi visión de lo que he descubierto. He dividido mi vida en capítulos y cada uno presenta una breve cita de El libro de Urantia que ejemplifica esa época de mi vida y describe un poco de lo que estaba pasando por aquel entonces.
«Vuestro mundo, Urantia, es uno de los muchos planetas habitados similares que componen el universo local de Nebadon» LU 0:0.5 No puedo recordar ninguna vez en que haya creído que estamos solos en el universo. Cuando era niño no podía leer mucho de El libro de Urantia, pero estoy seguro de que al menos leí la página 1 a los ocho años. Seguro que mis padres intentaron explicarme Nebadón «con un amplio movimiento de su brazo» LU 93:2.3 bajo el cielo estrellado. Convertirse en fan de Star Trek era sin duda el siguiente paso.
«Las plantas y los animales sobreviven en el tiempo mediante la técnica de transmitir partículas idénticas de sí mismos de una generación a la siguiente. El alma humana del hombre (la personalidad) sobrevive a la muerte física asociando su identidad con esta chispa interior de divinidad, que es inmortal» LU 132:3.6 Aunque todavía no podía aplicar los principios filosóficos a la vida diaria, fui capaz de leer El libro de Urantia y al parecer de extraer reglas doctrinales sobre la salvación, la vida inmortal, la oración, etc. Esta cita en particular es conmovedora porque nuestro gato y mi abuela murieron cuando yo tenía 16 años. Estaba claro que no volvería a ver a nuestro gato, pero sí que volvería a ver a mi abuela. Durante años lloré amargamente por mi gato perdido; todavía no captaba ningún sentido lógico y holístico de por qué los animales no comparten el mismo destino que los humanos.
«La enseñanza de que el corazón paternal de Dios, en toda su frialdad y dureza austeras, era tan insensible a las desgracias y tristezas de sus criaturas que su tierna misericordia no podía manifestarse hasta que viera a su Hijo irreprochable sangrar y morir en la cruz del Calvario, ¡qué parodia del carácter infinito de Dios!» LU 4:5.6 Mi celo religioso surgió a los 20 años. Pasé horas discutiendo en el campus con proselitistas cristianos sobre la doctrina de la expiación. Ignoré la posibilidad de que la doctrina de la expiación fuera una de las concesiones de «negociadores perspicaces en materia teológica» LU 195:1.4 que se hicieron como guiño a los cultos a los fantasmas de la religión evolutiva, para ganar adeptos y establecer un concepto sólido de redención. ¡Oh! ¿Cuántos ejemplares de El libro de Urantia he puesto en manos de gente que no estaba interesada? ¿Qué seguro estoy de que no se ha leído ni uno solo? Todavía no entendía del todo cómo puede existir unidad entre las personas religiosas incluso en ausencia de doctrinas o textos compartidos.
Me alejé de El libro de Urantia durante años y deambulé por un desierto de mística y secularismo difuso de nueva era imaginado por mí. A mis treinta y tantos, este desierto había socavado la vitalidad de la vida. Sentí el «pesimismo manifiesto» LU 97:8.2 del rey Salomón cuando escribió en el Eclesiastés sobre la vida: «Simple humo. ¡Vanidad de vanidades! ¡Totalmente sin sentido!»
«Incluso el trabajo en este mundo, por muy importante que sea, no es ni mucho menos tan importante como la manera de hacerlo.» LU 39:4.13 El renacimiento de El libro de Urantia en mi vida coincidió con el ascenso en la carrera profesional. Incorporé sutilmente el libro en mis escritos y mi estilo de liderazgo en el trabajo, con aparente efecto y remuneración positivos. Parecía una forma decente de vivir, pero algo me estaba carcomiendo incluso mientras quemaba la vela por ambos extremos: en retrospectiva puedo ver que alguna parte egoísta de mí estaba intentando demostrarme que yo era mejor que mis compañeros y superiores. Ambición debería haber sido una palabra de precaución, no de impulso. «¡Cuán peligrosa puede ser la ambición cuando está enteramente unida al egoísmo y motivada de manera suprema por la venganza sombría tanto tiempo reprimida!» LU 177:4.10
«No os desaniméis por el descubrimiento de que sois humanos… Aligerad las cargas de vuestra alma mediante la rápida adquisición de una visión a largo plazo de vuestro destino, de una expansión de vuestra carrera en el universo» LU 156:5.8 Poco después de cumplir los 40, en la «la edad del juicio» LU 107:0.7, algo cambió. Era casi tangible en mi mente. Un día me desperté y descubrí que mis ambiciones profesionales se habían evaporado. Y entonces, a finales de ese año, mi padre murió, lo que me hijo comprender mejor mi propia mortalidad. Construí su panegírico alrededor de la cita «en todas las horas sombrías, en todas las encrucijadas de la lucha por el progreso, el Espíritu de la Verdad siempre hablará, diciendo: «Éste es el camino»» LU 34:7.8 Puede que menos para los asistentes al funeral, estas palabras en verdad tenían significado para mí. Mi vida estaba en una encrucijada.
Cuando cumplí 41 años me miré en el espejo con pesimismo: veía en mí la indolencia y el egoísmo que una vez creí ver en los compañeros de trabajo. A los 42 años había dejado ese trabajo demasiado cómodo. Ahora, a los 43, estoy entre los autónomos y busco aventuras y comunidad. Quizás algún día sabré mejor por qué un Mensajero Solitario usa no uno, sino dos exclamaciones para resumir nuestra carrera ascendente: «¡Qué aventura! ¡Qué gesta!» LU 112:7.18
Crecer con El libro de Urantia y (a veces) luchar con él ha marcado mi vida. Recomiendo encarecidamente a todos los estudiantes sinceros ese «esfuerzo, lucha, conflicto, fe, determinación, amor, lealtad y progreso» LU 155:5.11.
Segundo evento de 24 horas de la Asociación Urantia | Volumen 14, Número 2, Junio 2020 — Índice | Anuncios |