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Para poner en contexto este discurso, deberíamos considerar que el otorgamiento de Miguel de Nebadon en Urantia tenía tres objetivos:
1. Vivir la vida de un mortal de carne y hueso. Este objetivo se cumplió en agosto/septiembre del año 25 en el monte Hermón. Aunque no se hizo oficial hasta el bautismo algunos meses después (enero del año 26). Entonces supo sin lugar a dudas quién era (aunque había crecido la creencia desde casi niño), fue consciente de sus dos mentes y recobró los recuerdos de su vida anterior, incluso en el Paraíso y Havona.
El bautismo fue el equivalente de la fusión con el Ajustador y le siguió los 40 días que hacen todos los humanos tras la fusión (normalmente, en esta época histórica, en la moroncia). Durante el bautismo, el Ajustador de Jesús dejó su mente y fue personalizado.
En cada otorgamiento, Miguel de Nebadon vivió sometido a la voluntad de una de las 7 combinaciones de la Deidad. En el séptimo, fue la voluntad del Padre. En cada uno de los 7 otorgamientos reveló la voluntad correspondiente. Cada uno de ellos tenía pues una doble finalidad: vivir la vida de una de las personalidades de sus criaturas y revelar la voluntad de una de las combinaciones de la Deidad.
Después del bautismo, y para completar una vida humana, sólo le faltaba pasar por la muerte. La voluntad del Padre era que pasara por la muerte, pero no por la horrible muerte en la cruz. Eso fue cosa de los humanos. Ya sabéis que el Padre respeta por encima de todo el libre albedrío humano. Los sufrimientos del Maestro, las humillaciones, los latigazos y finalmente la muerte ignominiosa en la cruz fueron consecuencia no de la voluntad del Padre, sino de su respeto absoluto al libre albedrío humano.
2. Revelar la voluntad del Padre, lo que realizó en particular durante la llamada «vida pública».
3. Poner «fin técnicamente a la rebelión de Lucifer en el sistema de Satania, y que hagas todo esto como Hijo del Hombre» (LU 120:2.2).
No se nos dan muchos detalles de lo que esto significa, pero lo hizo en el monte Hermón en septiembre del año 25 cuando, sin la ayuda de su guardiana personal y como Hijo del Hombre, se enfrentó a los rebeldes (LU 134:8.9).
El trabajo público empezó realmente en enero del año 27. Durante todo el año 26, Jesús eligió a sus apóstoles y les estuvo formando.
En este trabajo público, Jesús se dedicó a transmitir su gran mensaje, a cumplir su segundo objetivo: revelar la voluntad del Padre. Y ese mensaje fue la paternidad de Dios y la hermandad de los hombres.
Era un mensaje dirigido a toda la humanidad y a todas las humanidades de su universo local, presentes y futuras. Y fue un mensaje ignorado por la mayoría, aceptado jubilosamente por algunos y combatido violentamente por los dirigentes de su propio pueblo, el pueblo judío.
Como se nos dice en el libro, Maquiventa se encarnó como ser adulto para una misión de emergencia en Urantia porque «la verdad revelada estaba amenazada de extinción». Las enseñanzas de Maquiventa se difundieron por una parte del mundo, pero se quedaron principalmente entre los hebreos a través de Abrahán y su descendencia. Durante 20 siglos, la idea del Padre que trajo Maquiventa cuajó y evolucionó entre los hebreos. Empezó en Abrahán, paso por Moisés y llegó hasta los tiempos de Jesús. Esto convirtió al pueblo judío en el pueblo elegido; elegido porque quedó encargado de transmitir esta idea de un Dios único.
Pero el pueblo judío fue deformando este mensaje hasta pensar que eran un pueblo superior a los demás, a los idólatras gentiles; les cegó espiritualmente. Y ahora, aquello que empezó con Abrahán iba a terminar porque su ceguera espiritual les iba a hacer rechazar la continuación del mensaje de Maquiventa.
Jesús se lamenta de eso en este discurso; le duele que su pueblo, que ha traído el mensaje del Padre desde Abrahán hasta este momento, va a dejar de transmitirlo y va a pasar a otros pueblos. La perversión de la clase dirigente había llegado a tal punto que les iba a llevar a rechazar esta continuación y renovación del mensaje, y a perder su condición de pueblo elegido; les iba a llevar a pasar al lado del mal.
En aquellos tiempos, los judíos tenían la idea de un mesías que encabezaría un gran cambio en el planeta. Alteraría el orden mundial estableciendo el reino de Dios. Ese reino estaría dirigido y gobernado por los judíos, aunque su naturaleza no estaba muy clara. ¿Sería divino y celestial o humano y terrenal?
Sin embargo esta idea del reino, más que una ventaja para entender el mensaje de Jesús, fue un verdadero inconveniente para los judíos. Recordad la crisis de Cafarnaúm de abril del año 29, el entusiasmo por la alimentación de los cinco mil y por otros milagros, y la intención de proclamarlo rey. Y la pérdida de apoyo popular que siguió. Recordad también las dificultades de los propios apóstoles, que vivieron tan cerca de él durante más de tres años, para entender el mensaje.
El discurso se produce el martes 4 de abril del año 30. Y recordad que la última cena y el arresto posterior del Jesús ocurren el jueves 6 de abril, y que su crucifixión y muerte son el viernes 7 de abril. Recordad también que fue el domingo 2 de abril cuando entró «triunfal» en Jerusalén a lomos de un pequeño burro. (El domingo no era fiesta para los judíos.)
Contrariamente al resto de enseñanzas de Jesús, este discurso, aunque dedicado también a todo su universo local, se dirige específicamente a los judíos, a su pueblo. Y lo hace en un tono poco común en él, en un tono de reproches y advertencias. Es especialmente duro con los dirigentes de los judíos, que no sólo «rehúsan ver la luz», sino que además «hacéis al mismo tiempo todo lo que podéis para impedir que entren todos los demás». La mitad aproximadamente del discurso se dedica a denunciar, con una dureza inusitada en los discursos de Jesús, la hipocresía y la falsedad de los escribas y fariseos. Pero no por ello deja de cerrarles la puerta del reino.
Aparte de analizar el contenido mismo del discurso, nos podemos plantear preguntas como: ¿Por qué ese discurso? ¿Por qué en ese tono? ¿Por qué dirigido específicamente a los judíos? ¿Por qué las duras denuncias contra los dirigentes?