© 2018 Cesare Nicoletti
© 2018 Fundación Urantia
De Cesare Nicoletti (Viterbo, Italia)
Descubrir El libro de Urantia supuso un renacer para mí, un renacer espiritual que llevaba esperando toda mi vida. Descubrí a Dios y a Jesús cuando era niño a través de mi implicación en una comunidad religiosa católica, pero las creencias religiosas, que me dieron tanto en aquella época de mi vida, llegaron a su fin. El punto de ruptura llegó con la muerte de mi padre. Experimenté lo que los grandes místicos denominan la extática «muerte del alma» en unión con Dios. Este proceso, que suele llevar al creyente a un estado casi onírico y extático, supuso en mí el despertar de mi alma y el redescubrimiento del verdadero Dios.
Era evidente que estaba preparado para El libro de Urantia, que encontré por Internet aparentemente por casualidad. Un año después comencé mi primera lectura completa usando la versión electrónica del sitio web de la Fundación Urantia. Más tarde compré el libro impreso y seguí leyendo y profundizando en mi comprensión de las enseñanzas.
Cuando llevaba varios años con el libro, comencé a tomar cursos de la Escuela de El libro de Urantia en Internet, algunos en inglés y otros en francés y español, y acabé completando unos dieciocho en total. Entonces decidí hacer mía la misión de dar a conocer el libro en Italia.
Para empezar, comencé a hacer todo lo que podía por Internet. Creé varios grupos de Facebook en lengua italiana con la esperanza de atraer al mayor número posible de personas. Una vez hecho esto contacté con las bibliotecas virtuales italianas más importantes para ofrecerles la versión descargable y gratuita del sitio de la Fundación.
A continuación, para llevar la diseminación del libro más allá de Internet y colocar el libro físico en bibliotecas, contacté con Tamara Strumfeld de la Fundación Urantia, que me proporcionó quince libros. Mi siguiente paso fue contactar con bibliotecas para asegurarme de que aceptarían el libro. Seleccioné ciudades con más de 50.000 habitantes, que estaban relativamente cerca de casa con el fin de contactar personalmente con las bibliotecas.
Tras contactar con muchas bibliotecas y no recibir respuesta de ninguna de ellas, amplié mi lista a todo el territorio italiano y di prioridad a las grandes ciudades y a las bibliotecas prestigiosas. El resultado fue muy generalizado. Hasta ahora he colocado el libro en cinco bibliotecas cerca de casa y diez en bibliotecas del resto de Italia (Lucca, Palermo, Mentana, Foligno, Crotone, Narni, Génova, Marsciano, Cagliari y Biella).
Un resultado impresionante fue la correspondencia que mantuve con la Biblioteca Franciscana de Palermo. Me dijeron en su respuesta: «Leímos con gran placer y gratitud las palabras que usted nos escribió. Deseamos confirmar nuestro interés sobre el volumen referido». Jamás esperaba que una biblioteca franciscana reaccionara de esa manera tan hermosa.
Actualmente estoy intentando atraer a más personas a la comunidad Urantia a través de Facebook. Espero que los que visiten mi página se vean influidos positivamente por los artículos y decidan leer El libro de Urantia. Dentro de doce años me jubilaré y podré dedicarme con más entrega a la difusión del libro y de sus enseñanzas y a la organización de grupos de estudio. Rezo para que este trabajo dé fruto y tenga el honor de ayudar a mis hermanos italianos en este maravilloso viaje.
El futuro es incierto para todos y en el momento actual puede parecer muy difícil, pero aun así el futuro se construye con pequeños gestos, con pensamientos puros, con acciones que juzga nuestra alma y trascendiendo nuestro miedo a cometer errores. Lo que importa es la intención, incluso más que los resultados inmediatos. Hoy es el momento del que irradian todas las posibilidades futuras y a todos se les da la oportunidad de elegir entre ellas.
Llegará un día en el que la confusión de nuestro mundo irá retrocediendo poco a poco y la era de luz y vida se acercará cada vez más. Ese es nuestro futuro planetario y todos los lectores trabajan para que amanezca ese nuevo día. Lo importante para nosotros es comenzar a construirlo ahora, aunque no estemos aquí para verlo por nosotros mismos.