© 2012 Chris Ragetly
© 2012 Association Francophone des Lecteurs du Livre d'Urantia
En cualquier controversia universal entre los niveles manifestados de la realidad, la personalidad del nivel superior terminará por triunfar sobre la personalidad del nivel inferior. Este resultado inevitable de las controversias en el universo es inherente al hecho de que la calidad divina es igual al grado de realidad o de manifestación de cualquier criatura volitiva. El mal no diluido, el error completo, el pecado deliberado y la iniquidad rematada son inherente y automáticamente autodestructivos. Tales actitudes de irrealidad cósmica sólo pueden sobrevivir en el universo debido a una tolerancia misericordiosa transitoria, en espera de la acción de los mecanismos de los tribunales universales de juicio en rectitud, los cuales determinan la justicia y descubren lo que es equitativo. (LU 2:3.5)
Tenga en cuenta que hay 4 condiciones que conducen al suicidio. En este estudio es el suicidio el que conduce a la aniquilación definitiva de la personalidad en cuestión.
Estos serafines enseñan lo fructífera que es la paciencia; que el estancamiento es la muerte segura, pero que el crecimiento excesivamente rápido es igualmente suicida; que al igual que una gota de agua cae desde un nivel más alto hasta uno más bajo, y corriendo hacia adelante desciende continuamente a través de una sucesión de pequeñas caídas, así es siempre el progreso hacia arriba en los mundos morontiales y espirituales —igual de lento y mediante las mismas etapas graduales. (LU 39:4.12)
En otras palabras, un progreso sostenido y fluido en el que la paciencia es esencial es la garantía más segura de un buen desarrollo. Desafortunadamente, este no es siempre el caso para nosotros, los mortales urantianos, pero es probable que a medida que avancemos en los mundos morontiales y más tarde en los mundos espirituales, los tirones sean cada vez más raros.
- La sabiduría política. La madurez emocional es esencial para el dominio de sí mismo. Sólo la madurez emocional puede asegurar que las técnicas internacionales del juicio civilizado sustituirán al arbitraje bárbaro de la guerra. Los estadistas sabios trabajarán algún día por el bienestar de la humanidad aunque sigan esforzándose por promover el interés de sus grupos nacionales o raciales. La sagacidad política egoísta es finalmente suicida —perjudicial para todas aquellas cualidades duraderas que aseguran la supervivencia colectiva planetaria. (LU 52:6.6)
Se trata de un suicidio individual que conduce al suicidio grupal… Sólo la madurez emocional garantiza que las técnicas internacionales de juicio civilizado sustituirán el arbitraje bárbaro de la guerra. Siempre volvemos a la madurez que es sinónimo de autocontrol. Este autocontrol es la mayor victoria que podemos lograr sobre nosotros mismos y requiere una vigilancia constante.
La libertad es suicida cuando está divorciada de la justicia material, de la equidad intelectual, de la paciencia social, del deber moral y de los valores espirituales. La libertad no existe fuera de la realidad cósmica, y toda realidad de una personalidad es proporcional a sus relaciones con la divinidad. (LU 54:1.4)
Si cada uno es libre de hacer lo que quiera, entonces nadie podrá disfrutar de la libertad. La sociedad debe instaurar la justicia, promover la rectitud intelectual, demostrar paciencia, indulgencia y clemencia y, finalmente, el deber moral y los valores espirituales deben ser el credo de toda sociedad tanto a nivel individual como grupal. Una personalidad es real, es decir representa un valor a los ojos de las Deidades, en la medida en que esta personalidad mantiene relaciones con esas mismas Deidades. La libertad de esta personalidad será entonces integrada a la realidad cósmica.
A lo largo de todos los tiempos, los niveles de vida han determinado la calidad de una población sobreviviente en contraste con la simple cantidad. Los niveles de vida de una clase local dan nacimiento a nuevas castas sociales, a nuevas costumbres. Cuando los niveles de vida se vuelven demasiado complicados o excesivamente lujosos, tienden rápidamente al suicidio. Las castas son el resultado directo de la intensa presión social de una fuerte competencia producida por la densidad de la población. (LU 68:6.7)
El suicidio era una forma corriente de represalia. Si un hombre era incapaz de vengarse durante su vida, moría con la creencia de que podría volver como fantasma y descargar su ira sobre su enemigo. Puesto que esta creencia estaba generalizada, la amenaza de suicidarse en el umbral de un enemigo era habitualmente suficiente para hacerlo ceder. El hombre primitivo no apreciaba mucho la vida; el suicidio por nimiedades era corriente, pero las enseñanzas de los dalamatianos redujeron mucho esta costumbre, mientras que en los tiempos más recientes, el ocio, las comodidades, la religión y la filosofía se han unido para hacer la vida más agradable y más deseable. Sin embargo, las huelgas de hambre suponen la analogía moderna de estos métodos antiguos de represalias. (LU 70:10.10)
Pero observo que en nuestro mundo occidental el número de jóvenes que se suicidan aumenta constantemente. Desesperan por su futuro material. Carecen de un ideal, sólo una introducción al nivel espiritual coordinado con el nivel intelectual y material podrá ayudarles en esta búsqueda.
4. Los recursos humanos. Un gran número de hombres es indispensable para la diseminación de la civilización. En igualdad de condiciones en todos los aspectos, un pueblo numeroso dominará la civilización de una raza más reducida. En consecuencia, si una nación no logra aumentar el número de sus habitantes hasta cierto punto, eso le impedirá realizar plenamente su destino nacional, pero llega un momento en que un crecimiento adicional de la densidad de la población se vuelve suicida. La multiplicación de los habitantes más allá de la proporción óptima normal entre los hombres y las tierras disponibles significa o bien una disminución del nivel de vida, o una expansión inmediata de las fronteras territoriales mediante la penetración pacífica o la conquista militar —la ocupación por la fuerza. (LU 81:6.11)
Aquí encontramos la búsqueda del punto medio, el equilibrio ideal entre una población demasiado pequeña y una población demasiado grande. Es todo el arte del control y el autodominio que debe extenderse a todos los individuos de una población determinada. Algunos gobiernos de Urantia están afrontando esta complicada tarea.
Con el progreso científico, las guerras se van a volver cada vez más devastadoras, hasta que se conviertan prácticamente en un suicidio racial. ¿Cuántas guerras mundiales tendrán que producirse y cuántas ligas de naciones tendrán que fracasar antes de que los hombres estén dispuestos a establecer el gobierno de la humanidad y empiecen a disfrutar de las bendiciones de una paz permanente y a desarrollarse con la tranquilidad de la buena voluntad —de la buena voluntad mundial— entre los hombres? (LU 134:5.17)
Varias veces estuvo a punto de estallar una guerra nuclear y esta espada de Damocles todavía pende sobre nuestras cabezas.
Los animales reaccionan noblemente al impulso de la vida, pero sólo el hombre puede alcanzar el arte de vivir, aunque la mayoría de la humanidad sólo experimenta el impulso animal de vivir. Los animales no conocen más que este impulso ciego e instintivo; el hombre es capaz de trascender este impulso que le incita al funcionamiento natural. El hombre puede decidir vivir en el plano elevado del arte inteligente, e incluso en el plano de la alegría celestial y del éxtasis espiritual. Los animales no se preguntan por el propósito de la vida; por eso nunca se preocupan ni tampoco se suicidan. Entre los hombres, el suicidio demuestra que estos seres han sobrepasado el estado puramente animal de la existencia, y el hecho adicional de que los esfuerzos exploratorios de tales seres humanos no han logrado alcanzar los niveles en que la experiencia mortal se vuelve un arte. Los animales no conocen el significado de la vida; el hombre no sólo posee la capacidad de reconocer los valores y de comprender los significados, sino que también tiene conciencia del significado de los significados —es consciente de su propia perspicacia. (LU 160:1.5)
Chris Ragetly