© 2002 Chris Ragetly
© 2004 Olga López, traducción
© 2002 Association Francophone des Lecteurs du Livre d'Urantia
El Libro de Urantia nos aconseja insistentemente el trabajo en equipo y nos advierte que, en el futuro, tendremos pocas oportunidades de trabajar solos. «Una de las lecciones más importantes que debéis aprender durante vuestra carrera mortal consiste en trabajar en equipo. Las esferas de perfección tienen un personal que proviene de los que han dominado este arte de trabajar con otros seres. En el universo pocos son los deberes para el servidor solitario. Cuanto más alto ascendáis, más solitarios estaréis al encontraros temporalmente sin asociación con vuestros semejantes.» (LU 28:5.14)
Cuando un grupo de lectura y de estudio de El Libro de Urantia, como éste de Avignon al cual pertenezco, se reúne con más o menos los mismos miembros desde hace 15 ó 25 años, para la mayoría de ellos se forma una especie de hábito inconsciente de trabajo, no sólo con respecto a otros miembros como individuos, sino también con respecto al grupo en tanto que entidad corporativa, por darle un nombre de unidad.
Esta actitud, esta expresión inconsciente se manifiesta en cada una de nuestras reuniones a través del estado de ánimo de cada uno, el tema tratado, etc. La llegada al seno del grupo de nuevos miembros plantea siempre algunos problemas, que se traducen en las ideas nuevas que perturban un poco la marcha habitual en la que los miembros más antiguos tienen tendencia a acomodarse: estas nuevas personalidades son una ayuda preciosa para familiarizarnos con la aproximación de situaciones, de crisis, de nuevas costumbres sociales, con las cuales deberemos convivir y trabajar de modo inteligente.
Pensad de entrada en todas esas personalidades relativamente diferentes y procedentes de algunos de los 620 mundos evolucionarios de Satania, que tendrán también algo que decir sobre el modo de reaccionar, trabajar y pensar en un tema dado, y a los cuales será preciso que nos amoldemos y nos adaptemos.
También tendremos a todas esas personalidades que estarán ahí para guiarnos, para enseñarnos las diferentes formas de pensar, de adaptación a una vida nueva, de reacción a planes intelectuales, materiales o espirituales, de armonización entre estos diferentes planes, etc. Cuanto más nos encontremos con personas diferentes en nuestro entorno inmediato, más a gusto nos sentiremos en nuestra nueva vida.
¿Y qué decir de las personalidades totalmente extrañas que nos encontraremos en Edentia, Salvington, Uversa, Havona y la Isla Central del Paraíso? Aunque, desde aquí hasta allí, nuestros progresos de adaptación habrán sido prodigiosos si los consideramos desde el punto de vista terrestre.
Por ejemplo, en nuestro superuniverso actúan los Uniones de las Almas, seconafines que facilitan el trabajo de equipo en todo Orvonton; son ángeles que ayudan a los Perfeccionadores de la Sabiduría a suavizar las fricciones que puedan surgir entre personalidades ascendentes surgidas de horizontes diversos (LU 28:5.13 y LU 28:5.14)
El trabajo en equipo es por tanto una preparación que se hace escalonadamente: de entrada se reúnen varias personas y adquieren el hábito de trabajar juntos; puesto que se han acostumbrado a esta vida común de trabajo, están listas para recibir a otros miembros y así ampliar sus conocimientos y sus capacidades para trabajar con más personas todavía, y el ciclo continúa, aumentando cada vez la capacidad de cada uno para trabajar en el seno de un grupo cada vez más complejo. Creo que este tipo de actividad es la clave de toda progresión, ya sea en el ámbito material, intelectual o espiritual. La armonización de estas actividades sobre los tres ámbitos antes mencionados se facilita con el acercamiento de los puntos de vista de cada uno en el seno del grupo, pero esta cooperación social depende en gran parte de la calidad de sus jefes (LU 81:6.37); un grupo sólo se mantiene si tiene un buen jefe que le guíe.
A continuación, dado que tales grupos (ya sea en Urantia, Satania, Salvington, etc.) se unen para formar conjuntos de grupos, las capacidades de integración de todos los miembros deben ser una realización impresionante, sobre todo ya que pasan por niveles cada vez más elevados de la ascensión universal. En los mundos de las mansiones los Planificadores de la Mente, los serafines que se consagran a agrupar eficazmente a los seres morontiales y a organizar su trabajo de equipo, serán nuestros primeros tutores para este tipo de trabajo (LU 48:6.24)
Podemos consagrarnos por tanto con toda tranquilidad a trabajar en grupo, ya sea éste de trabajo o de lectura. Lo necesitaremos cada vez más.
Chris Ragetly