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Paternidad Divina — Mundos Mansión | Réflectivité — Número 372 — Octubre 2023 | ¡Tres temas importantes para mí! |
Claude Flibotte
Sainte-Julie
Dr. William S. Sadler, MD
La composición de este texto se basa en el libro «The Urantia Book Workbooks, Volume III» del Dr. William S. Sadler, MD. Aquí tenéis el resto del texto de Reflectividad del mes de septiembre de 2023
1- La ascensión durante la «era de luz y vida».
Cuando un mundo alcanza la cuarta etapa de luz y vida, más de la mitad de los mortales abandonan el planeta y emergen del mundo de los vivos.
Las almas trasladadas durante las épocas florecientes de las esferas establecidas no pasan por los mundos de las mansiones. Tampoco se detienen, como estudiantes, en los mundos morontiales del sistema o de la constelación. No pasan por ninguna de las fases iniciales de la vida morontial. Son los únicos mortales ascendentes que casi llegan a eludir la transición morontial entre la existencia material y el estado semiespiritual. La experiencia inicial en la carrera ascendente de estos mortales asidos por el Hijo tiene lugar en los servicios de los mundos de progresión de la sede del universo. Y desde estos mundos de estudio de Salvington, regresan como instructores a los mismos mundos que dejaron de lado, dirigiéndose posteriormente hacia el interior y el Paraíso por el camino establecido para la ascensión de los mortales. (LU 55:2.9)
2- Trabajo de los Ajustadores de los ascendientes.
Cuando despertamos en el mundo de las casas, a pesar de la continuidad de la individualidad personal, gran parte de nuestra vida mortal al principio nos parecerá un sueño vago y brumoso.
El Ajustador del Pensamiento sólo os recordará y enumerará aquellos recuerdos y experiencias que forman parte de, y son esenciales para, vuestra carrera universal. Si el Ajustador ha participado como asociado en la evolución de alguna cosa en la mente humana, estas experiencias valiosas sobrevivirán en la conciencia eterna del Ajustador. Pero una gran parte de vuestra vida pasada y de sus recuerdos, que no tienen un significado espiritual ni un valor morontial, perecerán con el cerebro material; muchas experiencias materiales desaparecerán como antiguos andamiajes que os sirvieron de puente para pasar al nivel morontial, pero que ya no tienen utilidad en el universo. Pero la personalidad y las relaciones entre personalidades nunca son andamiajes; la memoria mortal de las relaciones entre personalidades tiene un valor cósmico y sobrevivirá. En los mundos de las mansiones conoceréis y seréis conocidos, y aún más, recordaréis a, y seréis recordados por, vuestros antiguos asociados en la corta pero misteriosa vida en Urantia. (LU 112:5.22)
3- El camino al Paraíso de los ascendentes mortales.
De Urantia a Havona, el camino será largo, pero apasionante. Nos convertirá en seres totalmente diferentes a lo que somos ahora.
En Urantia pasáis por una prueba corta e intensa durante la vida inicial de vuestra existencia material. En los mundos de las mansiones y pasando por vuestro sistema, vuestra constelación y vuestro universo local, atravesáis las fases morontiales de la ascensión. En los mundos formativos del superuniverso pasáis por las verdaderas etapas espirituales de la progresión y os preparáis para el tránsito final hacia Havona. En los siete circuitos de Havona, vuestra consecución es intelectual, espiritual y experiencial. Y existe una tarea determinada a realizar en cada uno de los mundos de cada uno de estos circuitos. (LU 14:5.1)
4- El paraíso, el destino de todos los supervivientes.
El cielo es el centro de toda la creación, la fuente de todas las energías y el lugar primordial de origen de todas las personalidades.
Después de todo, la cosa más importante para los mortales, en lo que concierne al Paraíso eterno, es el hecho de que esta morada perfecta del Padre Universal es el destino real y lejano de las almas inmortales de los hijos mortales y materiales de Dios, las criaturas ascendentes de los mundos evolutivos del tiempo y del espacio. Cada mortal que conoce a Dios y que ha abrazado la carrera de hacer la voluntad del Padre, ya se ha embarcado en el larguísimo camino hacia el Paraíso a la búsqueda de la divinidad y del logro de la perfección. Y cuando un ser así de origen animal se halla ante los Dioses del Paraíso después de haber ascendido desde las esferas humildes del espacio, como actualmente lo hace un número incontable de sus semejantes, esa hazaña representa la realidad de una transformación espiritual que linda con los límites de la supremacía. (LU 11:9.8)
1- La vida de las criaturas en evolución está marcada por inevitabilidades.
La vida humana es difícil y está llena de trampas, especialmente en Urantia, pero debemos mantener la fe y la confianza en el amor y la bondad de nuestro Padre Celestial.
«Las incertidumbres de la vida y las vicisitudes de la existencia no contradicen de ninguna manera el concepto de la soberanía universal de Dios. La vida de cualquier criatura evolutiva está asaltada por ciertas inevitabilidades. Examinad las siguientes:
La valentía —la fuerza de carácter— ¿es deseable? Entonces el hombre debe educarse en un entorno donde sea necesario luchar contra las dificultades y reaccionar ante las decepciones.
El altruismo —el servicio a los semejantes— ¿es deseable? Entonces la experiencia de la vida debe proporcionar situaciones donde se encuentren desigualdades sociales.
La esperanza —la grandeza de la confianza— ¿es deseable? Entonces la existencia humana debe enfrentarse continuamente con inseguridades e incertidumbres recurrentes.
La fe —la afirmación suprema del pensamiento humano— ¿es deseable? Entonces la mente del hombre ha de encontrarse en esa situación incómoda en la que siempre sabe menos de lo que puede creer.
El amor a la verdad —y la buena disposición a seguirla dondequiera que conduzca— ¿es deseable? Entonces el hombre debe crecer en un mundo donde el error esté presente y la falsedad sea siempre posible.
El idealismo —el concepto que se acerca a lo divino— ¿es deseable? Entonces el hombre debe luchar en un entorno de bondad y de belleza relativas, en un ambiente que estimule la aspiración incontenible hacia cosas mejores.
La lealtad —la devoción al deber más elevado— ¿es deseable? Entonces el hombre debe caminar entre las posibilidades de traición y de deserción. El valor de la devoción al deber consiste en el peligro implícito de incumplirlo.
El desinterés —el espíritu del olvido de sí mismo— ¿es deseable? Entonces el hombre mortal debe vivir cara a cara con las reivindicaciones incesantes de un ego ineludible que pide reconocimiento y honores. El hombre no podría elegir dinámicamente la vida divina si no hubiera ninguna vida egoísta a la que renunciar. El hombre nunca podría aferrarse a la rectitud para salvarse si no existiera ningún mal potencial para exaltar y diferenciar el bien por contraste.
El placer —la satisfacción de la felicidad— ¿es deseable? Entonces el hombre debe vivir en un mundo donde la alternativa del dolor y la probabilidad del sufrimiento son posibilidades experienciales siempre presentes.» (LU 3:5.17)
Las criaturas de Havona son valientes por naturaleza, pero no son valerosas en el sentido humano. Son amables y consideradas de forma innata, pero difícilmente altruistas a la manera humana. Esperan un futuro agradable, pero no tienen esperanzas a la manera exquisita de los mortales confiados de las esferas evolutivas inciertas. Tienen fe en la estabilidad del universo, pero desconocen totalmente esa fe salvadora por la cual el hombre mortal se eleva desde el estado de animal hasta las puertas del Paraíso. Aman la verdad, pero no saben nada de sus cualidades que salvan el alma. Son idealistas, pero han nacido así; ignoran por completo el éxtasis de llegar a serlo mediante elecciones estimulantes. Son leales, pero nunca han experimentado la emoción que produce la devoción sincera e inteligente al deber frente a la tentación de no cumplirlo. Son desinteresadas, pero nunca han conseguido estos niveles experienciales mediante la magnífica victoria sobre un yo beligerante. Disfrutan del placer, pero no comprenden el dulzor de escapar por medio del placer al potencial del dolor. LU 3:5.17
2- Pero este hombre mortal es hijo de Dios.
Tan pronto como se produzca la fusión con el Ajustador, seremos contados entre los hijos ascendentes, pero, antes de la fusión final del alma humana superviviente con uno de los tipos espirituales eternos e inmortales, el estatus de los mortales de la época y el espacio es el de hijos de Dios por la fe.
Es un hecho solemne y celestial que unas criaturas tan humildes y materiales como los seres humanos de Urantia sean hijos de Dios, hijos del Altísimo por la fe. «Mirad la clase de amor que el Padre nos ha otorgado para que seamos llamados hijos de Dios». «A todos los que lo han recibido les ha dado el poder de conocer que son hijos de Dios». Aunque «todavía no es evidente lo que llegaréis a ser» incluso ahora «sois los hijos de Dios por la fe»; «pues no habéis recibido el espíritu de la esclavitud para temer de nuevo, sino que habéis recibido el espíritu de la filiación por medio del cual exclamáis «Padre nuestro»». El profeta de antaño dijo en nombre del Dios eterno: «Incluso a ellos les daré un lugar en mi casa y un nombre mejor que el de hijos; les daré un nombre perpetuo, un nombre que nunca perecerá». «Y puesto que sois hijos, Dios ha enviado el espíritu de su Hijo a vuestros corazones». (LU 40:6.2)
3- La elección de la supervivencia es indomable.
El conocimiento de Dios o la conciencia religiosa es una realidad universal, pero, por válida (real) que sea la experiencia religiosa, debe aceptar someterse a una crítica inteligente y a una interpretación filosófica razonable.
La supervivencia eterna de la personalidad depende enteramente de la elección de la mente mortal, cuyas decisiones determinan el potencial de supervivencia del alma inmortal. Cuando la mente cree en Dios y el alma conoce a Dios, cuando con el Ajustador que estimula todos desean a Dios, entonces la supervivencia está asegurada. Las limitaciones del intelecto, las restricciones de la educación, la privación de cultura, el empobrecimiento de la posición social e incluso unos criterios morales humanos inferiores ocasionados por la falta desafortunada de ventajas educativas, culturales y sociales, no pueden invalidar la presencia del espíritu divino en esos individuos desafortunados y humanamente perjudicados, pero creyentes. La presencia interior del Monitor de Misterio constituye el comienzo, y asegura la posibilidad, del potencial de crecimiento y de supervivencia del alma inmortal. (LU 5:5.13)
1- Propósito del derramamiento de Jesús.
El concepto erróneo de la venida de Jesús a la tierra ha prevalecido durante siglos, pero aquí finalmente está, de hecho, el verdadero propósito.
Un Hijo Creador no se encarnó en la similitud de la carne mortal ni se donó a la humanidad de Urantia para reconciliarla con un Dios enojado, sino más bien para conseguir que todos los hombres reconocieran el amor del Padre y fueran conscientes de su filiación con Dios. Después de todo, incluso el gran defensor de la doctrina de la expiación comprendió una parte de esta verdad, pues declaró que «Dios estaba, en Cristo, reconciliando el mundo consigo mismo». (LU 98:7.1)
2- El nuevo concepto del Mesías.
Este es el verdadero concepto del autootorgamiento de Miguel de Nebadon encarnado como Jesús de Nazaret.
La característica nueva y esencial de la confesión de Pedro fue el reconocimiento bien claro de que Jesús era el Hijo de Dios, de su divinidad incuestionable. Desde su bautismo y las bodas de Caná, estos apóstoles lo habían considerado de diversas maneras como el Mesías, pero que éste tuviera que ser divino no formaba parte del concepto judío del libertador nacional. Los judíos no habían enseñado que el Mesías tuviera que proceder de la divinidad; debía ser «el ungido», pero difícilmente habían contemplado que tuviera que ser «el Hijo de Dios». En la segunda confesión se puso más énfasis en la naturaleza combinada de Jesús, en el hecho excelso de que era el Hijo del Hombre y el Hijo de Dios. Y Jesús declaró que construiría el reino de los cielos sobre esta gran verdad de la unión de la naturaleza humana con la naturaleza divina. (LU 157:5.1)
Jesús había intentado vivir su vida en la Tierra y terminar su misión donadora como Hijo del Hombre. Sus seguidores estaban dispuestos a considerarlo como el Mesías esperado. Sabiendo que nunca podría colmar sus expectativas mesiánicas, se esforzó por modificar el concepto que tenían del Mesías de tal manera que le permitiera a él satisfacer parcialmente sus esperanzas. Pero ahora comprendió que este plan difícilmente podía llevarse a cabo con éxito. Por consiguiente, escogió audazmente revelar su tercer plan —anunciar abiertamente su divinidad, reconocer la veracidad de la confesión de Pedro, y proclamar directamente a los doce que él era un Hijo de Dios. (LU 157:5.2)
Durante tres años, Jesús había proclamado que era el «Hijo del Hombre», mientras que durante estos mismos tres años, los apóstoles habían insistido cada vez más en que era el Mesías judío esperado. Ahora reveló que era el Hijo de Dios, y decidió construir el reino de los cielos sobre el concepto de la naturaleza combinada del Hijo del Hombre y del Hijo de Dios. Había decidido abstenerse de hacer nuevos esfuerzos por convencerlos de que no era el Mesías. Ahora se propuso revelarles audazmente lo que él es, y no hacer caso de la determinación de ellos de continuar considerándolo como el Mesías. (LU 157:5.3)
1- El espíritu regresa a Dios que lo dio.
Nuestro cuerpo material es el templo, la morada donde reside una parte de la divinidad de Dios en la mente humana.
Cuando hayáis terminado aquí abajo, cuando hayáis finalizado vuestro recorrido en vuestra forma temporal en la Tierra, cuando concluya vuestro viaje de prueba en la carne, cuando el polvo que compone el tabernáculo mortal «regrese a la tierra de donde salió»; entonces, así se ha revelado, «el Espíritu» que vive en vosotros «regresará a Dios que lo concedió». Dentro de cada ser moral de este planeta reside un fragmento de Dios, una parte de la divinidad. Todavía no es vuestro por derecho de posesión, pero está intencionalmente destinado a ser una sola cosa con vosotros si sobrevivís a la existencia mortal. (LU 1:4.3)
2- Relación de los Ajustadores con la muerte.
Los Censores Universales son capaces de tomar posesión de un resumen de la vida humana. Esta información se utiliza para confirmar las órdenes superuniversales que hacen posible que ciertos ascendentes comiencen inmediatamente su carrera morontial, es decir, vayan a los mundos de estancia inmediatamente después de su desintegración física, en anticipación de la terminación oficial de una dispensación planetaria.
Después de la muerte física, y salvo para los individuos trasladados de entre los vivos, el Ajustador liberado se dirige inmediatamente a su esfera natal de Divinington. Los detalles de lo que sucede en ese mundo durante el período en que espera la reaparición efectiva del mortal sobreviviente depende principalmente de si el ser humano asciende a los mundos de las mansiones por su propio derecho individual, o aguarda el llamamiento dispensacional de los supervivientes dormidos de una era planetaria. (LU 112:4.3)
3- Sobrevive sin demora.
Si, en el momento en que la muerte te sorprende, has alcanzado el tercer círculo o un reino superior, y como resultado se te ha asignado un guardián personal del destino, y si la transcripción final de tu resumen de carácter de supervivencia presentada por el Ajustador es certificado incondicionalmente por el guardián del destino… si los Censores Universales y sus asociados reflexivos en Uversa confirman este dato sin equívocos ni reservas, entonces los Ancianos de los Días lanzan como un rayo, en los circuitos de comunicaciones que van en Salvington, la orden de elevar su estado. Así cubiertos, los tribunales del Gobernante de Nebadón decretarán el paso inmediato del alma superviviente a las salas de resurrección de los mundos mansión.
Se me ha informado que si el individuo humano sobrevive sin demora, el Ajustador se inscribe en Divinington, se dirige hacia la presencia paradisiaca del Padre Universal, regresa inmediatamente para ser abrazado por los Ajustadores Personalizados del superuniverso y del universo local donde está asignado, recibe el reconocimiento del jefe de los Monitores Personalizados de Divinington, y luego pasa inmediatamente a la «realización de la transición de la identidad»; desde allí es convocado para que al tercer período, y en el mundo de las mansiones, habite la forma real de la personalidad preparada para recibir el alma sobreviviente del mortal terrestre, tal como esta forma ha sido proyectada por el guardián del destino. (LU 112:4.13)
4- Las salas de resurrección del mundo de las casas.
¡Ésta es una buena descripción de dónde resucitaremos!
Desde el Templo de la Vida Nueva se extienden siete alas radiales, las salas de resurrección de las razas mortales. Cada una de estas estructuras está dedicada a ensamblar a una de las siete razas del tiempo. Cada una de estas siete alas contiene cien mil cámaras personales de resurrección, las cuales terminan en las salas circulares de ensamblaje por clases, que sirven como cámaras para despertar a no menos de un millón de individuos. Estas salas están rodeadas por las cámaras donde se ensambla la personalidad de las razas mezcladas de los mundos postadámicos normales. Cualquiera que sea la técnica que se pueda emplear en los mundos individuales del tiempo en los momentos de las resurrecciones especiales o dispensacionales, el verdadero reensamblaje consciente de una personalidad real y completa tiene lugar en las salas de resurrección de la mansonia número uno. Durante toda la eternidad recordaréis las profundas impresiones que habrá causado en vuestra memoria el haber presenciado por primera vez estas mañanas de resurrección. (LU 47:3.5)
5- La reconstrucción de los supervivientes.
El proceso de repersonalización se describe bien a continuación.
«Durante la transición de los mortales sobrevivientes entre su mundo de origen y los mundos de las mansiones, ya sea que experimenten el reensamblaje de su personalidad al tercer período o que asciendan en el momento de una resurrección colectiva, el registro de la constitución de la personalidad es conservado fielmente por los arcángeles en sus mundos de actividades especiales. Estos seres no son los custodios de la personalidad (como los serafines guardianes lo son del alma), pero no es menos cierto que cada factor identificable de la personalidad está salvaguardado eficazmente bajo la custodia de estos fiables depositarios de la supervivencia mortal. En cuanto al paradero exacto de la personalidad mortal durante el período intermedio entre la muerte y la supervivencia, no lo sabemos.
La situación que hace posible la repersonalización tiene lugar en las salas de resurrección de los planetas receptores morontiales de un universo local. Aquí, en estas cámaras de ensamblaje de la vida, las autoridades supervisoras proporcionan esa relación de energía universal —morontial, mental y espiritual — que permite devolver la conciencia al sobreviviente dormido. La reunión de las partes constituyentes de una personalidad en otro tiempo material implica:
La fabricación de una forma adecuada, de un modelo energético morontial, con el que el nuevo sobreviviente puede ponerse en contacto con la realidad no espiritual, y dentro del cual se puede poner en circuito la variante morontial de la mente cósmica.
El regreso del Ajustador a la criatura morontial en espera. El Ajustador es el conservador eterno de vuestra identidad ascendente; vuestro Monitor representa la seguridad absoluta de que seréis vosotros mismos, y no otra persona, los que ocuparéis la forma morontial creada para el despertar de vuestra personalidad. Y el Ajustador estará presente en el reensamblaje de vuestra personalidad para asumir de nuevo el papel de guía paradisíaco de vuestro yo sobreviviente.
Cuando estas condiciones previas para la repersonalización se han reunido, el conservador seráfico de las potencialidades del alma inmortal dormida, con la asistencia de numerosas personalidades cósmicas, confiere esta entidad morontial a la forma corporal y mental morontial que está esperando, mientras confía esta hija evolutiva del Supremo a la asociación eterna con el Ajustador que espera. Y esto completa la repersonalización, el reensamblaje de la memoria, de la perspicacia y de la conciencia —la identidad.» LU 112:5.15-19
1- El yo debe elegir sobrevivir como personalidad.
Es con la mente que elegimos sobrevivir o no.
La individualidad es una realidad cósmica, ya sea material, morontial o espiritual. La realidad del estado personal es un don del Padre Universal que actúa en Sí mismo y por Sí mismo o a través de sus múltiples agentes universales. Decir que un ser es personal es reconocer la individuación relativa de ese ser dentro del organismo cósmico. El cosmos viviente es un agregado casi infinitamente integrado de unidades reales, y todas ellas están relativamente sujetas al destino del conjunto. Pero las unidades personales han sido dotadas de la facultad real de elegir entre aceptar o rechazar su destino. (LU 112:5.1)
2- En el no superviviente, la personalidad se une al Supremo.
La personalidad proveniente del Padre es perfecta y alcanzará su destino como Deidad, pero es diferente para la identidad que debe hacer su elección.
Aquello que procede del Padre es eterno como el Padre, y esto es tan cierto en lo que concierne a la personalidad, que Dios concede por su propio libre albedrío, como en lo que se refiere al divino Ajustador del Pensamiento, un fragmento real de Dios. La personalidad del hombre es eterna, pero en cuanto a su identidad, es una realidad eterna condicionada. Después de aparecer en respuesta a la voluntad del Padre, la personalidad alcanzará su destino que es la Deidad, pero el hombre debe elegir si estará o no presente en el momento de alcanzar ese destino. En ausencia de esta elección, la personalidad alcanzará directamente la Deidad experiencial, volviéndose una parte del Ser Supremo. El ciclo está preordenado, pero la participación del hombre en dicho ciclo es opcional, personal y experiencial. (LU 112:5.2)
3- Experimenta la clave para la supervivencia.
El Dios existencial lo sabe todo. El Dios experiencial aprende por experiencia en la actualización de los potenciales de sus hijos.
En todo el universo no hay nada que pueda sustituir el hecho de la experiencia en los niveles no existenciales. El Dios infinito está, como siempre, repleto y completo, e incluye infinitamente a todas las cosas, excepto el mal y la experiencia de las criaturas. Dios no puede hacer el mal; es infalible. Dios no puede conocer experiencialmente lo que no ha experimentado nunca personalmente. El preconocimiento de Dios es existencial. Por eso el espíritu del Padre desciende del Paraíso para participar con los mortales finitos en cada experiencia de buena fe de la carrera ascendente; únicamente mediante este método es como el Dios existencial podía convertirse, en verdad y de hecho, en el Padre experiencial del hombre. La infinidad del Dios eterno abarca el potencial para la experiencia finita, el cual se vuelve real en verdad en el ministerio de los fragmentos Ajustadores, que comparten realmente las experiencias de las vicisitudes de la vida de los seres humanos. (LU 108:0.2)
4- La permanencia de la personalidad.
Dos regalos nos llegan del Padre, la personalidad que es invariante y el Ajustador divino que busca divinizarnos. ¡Esto es lo esencial para progresar!
LOS PLANETAS evolutivos son las esferas de origen de los hombres, los mundos iniciales de la carrera humana ascendente. Urantia es vuestro punto de partida; aquí es donde os juntáis con vuestro divino Ajustador del Pensamiento en una unión temporal. Habéis sido dotados de un guía perfecto; así pues, si queréis participar sinceramente en la carrera del tiempo y alcanzar la meta final de la fe, la recompensa de los siglos será vuestra; os uniréis eternamente con vuestro Ajustador interior. Entonces empezará vuestra vida real, la vida ascendente, de la cual vuestro presente estado mortal no es más que el preludio. Entonces comenzará vuestra misión sublime y progresiva como finalitarios en la eternidad que se despliega ante vosotros. Durante todas estas épocas y etapas sucesivas de crecimiento evolutivo, una parte de vosotros permanece absolutamente inalterable, y es la personalidad —la permanencia en presencia del cambio. (LU 112:0.1)
5- Guardianes de los valores de identidad y supervivencia.
Tan pronto como, en la mente humana, desaparece la luz piloto, la luminosidad espiritual que los serafines asocian con la presencia del Ajustador, el ángel acompañante informa personal y sucesivamente a los ángeles que dirigen su grupo, su compañía, su batallón. su unidad, su legión y su ejército… Después de que el comandante de esta unidad suprema organizada le haya dado la autorización, el guardián del destino se dirige al primer mundo de las casas a esperar que se recupere la conciencia de su antiguo pupilo en la carne.
«El serafín guardián es el fideicomisario que custodia los valores de supervivencia del alma dormida del hombre mortal, al igual que el Ajustador ausente es la identidad de ese ser inmortal del universo. Cuando los dos colaboran en las salas de resurrección de mansonia conjuntamente con la forma morontial recién fabricada, se produce la reunión de los factores constituyentes de la personalidad del ascendente mortal.
El Ajustador os identificará; el serafín guardián os repersonalizará y luego os presentará de nuevo al fiel Monitor de vuestros días terrestres.
Y así, cuando termina una época planetaria, cuando se reúne a aquellos que se encuentran en los círculos inferiores de realización humana, sus guardianes colectivos son los que los reensamblan en las salas de resurrección de las esferas de las mansiones, tal como lo dicen vuestras escrituras: «Y él enviará a sus ángeles con una voz poderosa y reunirá a sus escogidos desde un extremo al otro del reino».» LU 113:6.5-7
1- El ministerio de las carencias humanas del mundo de la primera casa.
Las primeras lecciones para aprender sobre el primer mundo de las casas.
Casi toda la experiencia en el mundo de las mansiones número uno está relacionada con la corrección de las deficiencias. Los supervivientes que llegan a esta primera esfera de detención presentan tantos y tan variados defectos en su carácter como criaturas y tantas deficiencias en su experiencia humana, que las actividades principales del reino consisten en corregir y curar estos múltiples legados de la vida en la carne en los mundos evolutivos materiales del tiempo y del espacio. (LU 47:3.8)
2- Continuación de la vida en los mundos domésticos.
Normalmente, la muerte es un fin sólo para el cuerpo material, pero no para el individuo.
En los mundos de las mansiones, los supervivientes mortales resucitados reanudan su vida exactamente donde la dejaron cuando la muerte les sorprendió. Cuando vayáis desde Urantia al primer mundo de las mansiones, notaréis un cambio considerable, pero si vinierais de una esfera del tiempo más normal y progresiva, apenas notaríais la diferencia salvo por el hecho de que poseéis un cuerpo diferente; el tabernáculo de carne y hueso ha sido dejado atrás en el mundo de nacimiento. (LU 47:3.1)
3- Debemos compensar nuestros fracasos en la tierra.
Nada se deja al azar, hay que dominar todas las lecciones de la vida.
Aquellas cosas que podríais haber aprendido en la Tierra, pero que no lograsteis aprender, deben ser adquiridas bajo la tutela de estos fieles y pacientes educadores. No existen caminos reales, ni atajos ni senderos fáciles para alcanzar el Paraíso. Independientemente de las variaciones individuales de itinerario, domináis las lecciones de una esfera antes de pasar a otra; al menos esto es así una vez que habéis dejado vuestro mundo de nacimiento. (LU 48:5.7)
4- Despertar cósmico en los mundos mansión.
En la quinta maisonnia conocerás a los primeros instructores que comenzarán a prepararte para la siguiente estancia en la constelación.
En la mansonia número cinco se produce un verdadero nacimiento de la conciencia cósmica. Estáis llegando a tener una mentalidad universal. Éste es en verdad un período de expansión de los horizontes. La mente en expansión de los mortales ascendentes empieza a darse cuenta de que un destino prodigioso y magnífico, un destino celestial y divino, espera a todos aquellos que terminan la ascensión progresiva al Paraíso, la cual ha empezado tan laboriosamente pero de una manera tan alegre y favorable. Aproximadamente en este punto, el ascendente mortal de tipo medio empieza a manifestar un auténtico entusiasmo experiencial por la ascensión a Havona. El estudio se vuelve voluntario, el servicio desinteresado, natural, y la adoración, espontánea. Está brotando un verdadero carácter morontial; se está desarrollando una verdadera criatura morontial. (LU 47:7.5)
5- Confirmación de la fusión con el Ajustador.
¡Finalmente llega el momento tan esperado y esperado!
El llamamiento seráfico del superángel supervisor encargado de los supervivientes resucitados y del arcángel autorizado encargado de aquellos que van a juicio al tercer día señala la unión del alma inmortal evolutiva con el Ajustador eterno y divino; luego, en presencia de los asociados morontiales de dicho superviviente, estos mensajeros confirmatorios dicen: «Éste es un hijo amado en quien me siento muy complacido». Esta sencilla ceremonia marca la entrada de un mortal ascendente en la carrera eterna del servicio paradisiaco.
Inmediatamente después de confirmarse la fusión con el Ajustador, el nuevo ser morontial es presentado por primera vez a sus compañeros con su nuevo nombre, y se le conceden cuarenta días de retiro espiritual de todas las actividades rutinarias para comulgar consigo mismo, escoger una de las rutas optativas para dirigirse a Havona, y elegir entre las técnicas diferenciales existentes para alcanzar el Paraíso. LU 47:8.4-5
6- ¿Existe un segundo período de prueba?
Si nuestras intenciones y deseos tienen valor de supervivencia, se emitirán decretos para extender nuestro período de prueba. Nos darán más tiempo para demostrar lo que valemos.
Si existen dudas en algún momento sobre la conveniencia de hacer avanzar una identidad humana a los mundos de las mansiones, los gobiernos del universo deciden invariablemente a favor de los intereses personales de ese individuo; elevan sin vacilar ese alma al estado de ser transicional, mientras continúan sus observaciones sobre sus intenciones morontiales y sus propósitos espirituales emergentes. Así, la justicia divina se cumple con certeza, y la misericordia divina tiene una nueva oportunidad para extender su ministerio.
Los gobiernos de Orvonton y de Nebadon no pretenden haber alcanzado una perfección absoluta en el funcionamiento detallado del plan universal de repersonalización de los mortales, pero sí pretenden manifestar paciencia, tolerancia, comprensión y una compasión misericordiosa, y lo hacen realmente. Preferimos asumir el riesgo de una rebelión en un sistema antes que correr el peligro de privar a un solo mortal, que lucha en cualquier mundo evolutivo, de la alegría eterna de continuar la carrera ascendente.
Esto no significa en absoluto que los seres humanos tengan que disfrutar de una segunda oportunidad después de haber rechazado la primera. Pero sí significa que todas las criaturas volitivas han de tener una verdadera oportunidad para efectuar una elección indudable, consciente y definitiva. Los Jueces soberanos de los universos no privarán del estado de personalidad a ningún ser que no haya hecho su elección eterna de manera plena y definitiva; el alma del hombre debe recibir, y recibirá, una plena y amplia oportunidad para revelar su verdadera intención y su propósito real.» LU 112:5.7-9
1- La resurrección nos lanza a una carrera morontial.
La muerte física es sólo una de las técnicas para progresar en el nivel morontial.
La muerte física es una técnica para escapar de la vida material en la carne; y la experiencia de la vida progresiva en las mansonias a través de siete mundos de formación correctora y de educación cultural representa la entrada de los supervivientes mortales en la carrera morontial, la vida de transición que media entre la existencia material evolutiva y los logros espirituales superiores de los ascendentes del tiempo que están destinados a alcanzar las puertas de la eternidad. (LU 47:10.7)
2- La vida Morontial realmente comienza en Jerusem
Antes de llegar a Jerusem, debemos unificar nuestra personalidad.
La personalidad mortal que dio comienzo en los mundos evolutivos metida en un tabernáculo de carne —habitada por un Monitor de Misterio e investida del Espíritu de la Verdad— no se moviliza, realiza y unifica plenamente hasta el día en que este ciudadano de Jerusem recibe permiso para ir a Edentia y es proclamado como un verdadero miembro del cuerpo morontial de Nebadon —un superviviente inmortal asociado con su Ajustador, un ascendente al Paraíso, una personalidad con categoría morontial y un verdadero hijo de los Altísimos. (LU 47:10.6)
3- Siete veces duermen los morontianos y resucita.
Después de siete cambios de cuerpo en los mundos morontiales habremos terminado de perder la conciencia.
Aquellos mortales que pasan por toda la carrera de las mansonias experimentan siete veces el sueño de ajuste y el despertar de la resurrección. Pero la última sala de resurrección, la cámara del despertar definitivo, fue dejada atrás en el séptimo mundo de las mansiones. Los cambios de forma ya no volverán a necesitar la pérdida de la conciencia o una interrupción en la continuidad de la memoria personal. (LU 47:10.5)
4- La supervivencia de los niños pequeños.
¡Por su amor y bondad, el Padre no se olvida de los niños que murieron siendo jóvenes!
Los niños que mueren demasiado jóvenes como para tener un Ajustador del Pensamiento son repersonalizados en el mundo finalitario de los sistemas locales en el momento de llegar uno de sus padres a los mundos de las mansiones. Un niño adquiere su identidad física en el momento de nacer como mortal, pero en materia de supervivencia, todos los niños sin Ajustador se considera que están vinculados todavía a sus padres.
Los Ajustadores del Pensamiento vienen a residir a su debido tiempo en estos pequeños, mientras que el ministerio seráfico para los dos grupos de órdenes de supervivencia que dependen de un período de prueba es similar en general al del progenitor más avanzado, o es equivalente al del progenitor en el caso de que uno solo de ellos sobreviva. A aquellos que alcanzan el tercer círculo se les conceden guardianes personales, independientemente del nivel de sus padres.
En las esferas finalitarias de la constelación y de la sede del universo se mantienen guarderías probatorias similares para los niños sin Ajustador de las órdenes primarias y secundarias modificadas de ascendentes.» LU 49:6.12-14
5- Se requiere experiencia de los padres para todos los que ascienden.
La experiencia de los padres es esencial en nuestro viaje hacia el Paraíso y el Padre.
En los siete mundos de las mansiones, a los mortales ascendentes se les proporcionan amplias oportunidades para compensar todas las privaciones experienciales sufridas en sus mundos de origen, ya sean debidas a la herencia, al entorno o a un desafortunado fin prematuro de su carrera en la carne. Esto es así en todos los sentidos, salvo en lo que se refiere a la vida sexual humana y a los ajustes que la acompañan. Miles de mortales llegan a los mundos de las mansiones sin haberse beneficiado particularmente de las disciplinas derivadas de unas relaciones sexuales comunes y corrientes en sus esferas nativas. La experiencia de los mundos de las mansiones puede proporcionar pocas oportunidades para compensar estas privaciones tan personales. La experiencia sexual, en el sentido físico, pertenece al pasado para estos ascendentes, pero en estrecha asociación con los Hijos y las Hijas Materiales, como individuos y como miembros de sus familias, estos mortales sexualmente deficientes pueden compensar los aspectos sociales, intelectuales, emocionales y espirituales de sus deficiencias. Así pues, a todos aquellos humanos a quienes las circunstancias o el juicio erróneo los privaron de los beneficios de una asociación sexual ventajosa en los mundos evolutivos, aquí en las capitales de los sistemas se les proporcionan todas las oportunidades para adquirir estas experiencias humanas esenciales en estrecha y afectuosa asociación con las criaturas sexuadas adámicas celestiales que residen de forma permanente en las capitales de los sistemas.
Ningún mortal sobreviviente, ningún intermedio o serafín puede ascender al Paraíso, alcanzar al Padre y ser enrolado en el Cuerpo de la Finalidad sin haber pasado por la sublime experiencia de establecer una relación parental con un hijo evolutivo de los mundos, o haber pasado por alguna otra experiencia análoga y equivalente. La relación entre padres e hijos es fundamental para comprender el concepto esencial del Padre Universal y sus hijos del universo. Por eso esta experiencia es indispensable en la formación experiencial de todos los ascendentes.
Las criaturas intermedias ascendentes y los serafines evolutivos deben pasar por esta experiencia parental en asociación con los Hijos y las Hijas Materiales de la sede del sistema. Estos ascendentes que no se reproducen adquieren así la experiencia parental ayudando a los Adanes y las Evas de Jerusem a criar y educar a su progenie.
Todos los supervivientes mortales que no han experimentado la paternidad en los mundos evolutivos también deben adquirir esta formación necesaria mientras residen en los hogares de los Hijos Materiales de Jerusem como asociados parentales de estos magníficos padres y madres. Esto es así, salvo en la medida en que dichos mortales hayan sido capaces de compensar sus deficiencias en la guardería infantil del sistema, situada en el primer mundo de cultura de transición de Jerusem.» LU 45:6.3-6
1- Todos los ascendentes continúan jugando.
El juego y el descanso son esenciales para todas las criaturas excepto los dioses.
Los principios de la vida recreativa urantiana son filosóficamente válidos y continúan aplicándose durante toda vuestra vida ascendente, a través de los circuitos de Havona hasta las orillas eternas del Paraíso. Como seres ascendentes, poseéis los recuerdos personales de todas vuestras existencias anteriores e inferiores, y sin estos recuerdos que vuestra identidad tiene del pasado no existiría ninguna base para el humor del presente, ya se trate de la risa de los mortales o de la alegría morontial. Este recuerdo de las experiencias pasadas es el que proporciona la base para la diversión y el regocijo del presente. Así pues, disfrutaréis de los equivalentes celestiales de vuestro humor terrestre durante todo el camino ascendente de vuestra carrera morontial, y luego de vuestra carrera cada vez más espiritual. Y esa parte de Dios (el Ajustador) que se convierte en una parte eterna de la personalidad de un mortal ascendente aporta las notas de la divinidad a las expresiones gozosas, e incluso a la risa espiritual, de las criaturas ascendentes del tiempo y del espacio. (LU 48:4.20)
2- Las múltiples funciones del humor.
Los múltiples usos del verdadero humor.
El humor debería funcionar como una válvula automática de seguridad para impedir la acumulación de las presiones excesivas debidas a la monotonía de la contemplación seria y continua de sí mismo, asociada a la intensa lucha por el progreso para desarrollarse y por alcanzar noblemente los objetivos. El humor también funciona para disminuir el choque del impacto inesperado de los hechos o de la verdad, de los hechos rígidos e inflexibles y de la verdad flexible y siempre viva. La personalidad mortal, que nunca está segura de lo próximo que se va a encontrar, capta rápidamente a través del humor —ve la cuestión y consigue perspicacia— la naturaleza inesperada de la situación, ya se trate de un hecho o de una verdad. (LU 48:4.18)
3- Los que más necesitan relajarse.
En los dos extremos opuestos de la vida, el humor no está presente. ¡Entre los dos, es imprescindible!
La necesidad de distraerse y de divertirse por medio del humor es mayor en aquellas órdenes de seres ascendentes que están sometidas a una tensión continua en sus luchas por elevarse. Los dos extremos de la vida tienen poca necesidad de diversiones humorísticas. Los hombres primitivos no tienen capacidad para ellas, y los seres perfectos del Paraíso no las necesitan. Las huestes de Havona son por naturaleza un conjunto alegre y animado de personalidades supremamente felices. En el Paraíso, la calidad de la adoración obvia la necesidad de las actividades de reversión. Pero para aquellos que empiezan su carrera muy por debajo de la meta de la perfección paradisiaca, hay mucho sitio para el ministerio de los directores de la reversión. (LU 48:4.16)
4- Aumentar la espiritualidad reduce la necesidad de diversión.
¿La necesidad de entretenimiento siempre será parte de nosotros?
Cuanto más elevada es la especie humana, mayor es la tensión y mayor es la capacidad para el humor, así como la necesidad de recurrir a él. En el mundo espiritual es cierto lo contrario: cuanto más ascendemos, menos necesitamos las diversiones de las experiencias de la reversión. Pero cuando se desciende la escala de la vida espiritual desde el Paraíso hasta las huestes seráficas, existe una necesidad creciente de la misión de la risa y del ministerio de la diversión. Los seres que más necesitan la acción refrescante de la reversión periódica al estado intelectual de sus experiencias anteriores son los tipos superiores de las especies humanas, los morontianos, los ángeles y los Hijos Materiales, junto con todos los tipos similares de personalidades. (LU 48:4.17)
¡Más en el próximo número!
Paternidad Divina — Mundos Mansión | Réflectivité — Número 372 — Octubre 2023 | ¡Tres temas importantes para mí! |