© 2008 Daniel Courvoisier
© 2008 Association Francophone des Lecteurs du Livre d'Urantia
Tierra de ternura
y belleza,
Más cálido y tierno
que una carne,
La Tierra desde el cielo
Cielo de la tierra,
Eres el vestido de los niños brillantes.
Dios, en tu primera bondad
Arrojas tanta luz,
Cuanta gracia al azul del mar,
Tanta dulzura en los días de invierno.
Todo lo hiciste en color,
Has deleitado nuestros ojos
Y satisfizo nuestros corazones.
¡Oh! trigo pesado todos los días
Vivir con viento y luz
Viviendo de la muerte del invierno,
Trigo pesado de todos los días
Están radiantes con Tu amor.
Dios nuestro Padre
¡Qué hermosa has hecho la tierra,
Donde sólo vemos miseria.
Tú todos los días,
Sin enojarnos por nuestra ingratitud,
De nuestra iniquidad,
Sin cansarse jamás
De nuestras pobres oraciones,
Lo postergas, día tras día,
Espléndida y dulce,
El gran cielo, extendido sobre nosotros.
El hombre es ciego
En su carrera.
Daniel Courvoisier