© 1993 David Glass
© 1993 ANZURA, Asociación Urantia de Australia y Nueva Zelanda
Nuestra vida es un regalo con la propia garantía de Dios.
Que todas sus muchas bendiciones no cesarán.
La vida que palpita en las formas humanas que vemos.
Irá con nosotros; nuestras formas aquí descansan en paz.
El alma es como una ligera esfera de ping-pong.
Uno muy sumergido bajo las profundidades del océano.
Pero una vez liberado, nada hasta estar cerca.
El brillo del cielo iluminado por el sol, para dormir.
No más, por sombras oscuras y a la deriva mantenidas
De encontrar el oro resplandeciente del cielo azul.
No hay necesidad de barrer las sombras,
Porque ningún alma permanecerá allí una vez dicho
De toda la libertad que vive en los cielos
Donde las almas encuentran lazos familiares universales.