© 2018 Derek Samaras
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El amor divino inspira la fe aplicada | Edición de otoño de 2018 — Índice | Carta de recaudación de fondos del UB |
por Derek Samaras
¡Oh Madre! ¡Ay tu pueblo! ¡Oh! Tu planeta que brilla azul de Lapislázuli. Brota este día: tu día. El día en que te reconozcamos por siempre a ti y a tu amor infinito que es el aire dulce que respiramos. Dulce espíritu de todo lo natural y bueno, gracias por tu paciencia, gracias por tu compasión, gracias por el soplo de vida que te dirige este himno de gratitud, gran madre del espíritu.
Bendice a tus hijos madre. Bendice tus campos que los nutren. Enséñanos tus formas de compasión y cooperación con todas las cosas naturales y que dan vida. Ayude a los niños a reconocer su firma espiritual. Ayúdalos a ver tu amable rostro que siempre brilla en el cielo arriba y en la tierra abajo. Bendita seas madre, porque tu cielo es nuestro templo y dentro de este gran templo somos una sola familia. Que el espíritu de la verdad os asista por siempre en vuestro servicio interminable a los hijos del tiempo, tanto cercanos como lejanos.
¡Oh espíritu de verdad! ¡Oh valiente hermano de misericordia y lealtad!
Enseña a tus hijos a ser curiosos en los caminos del autoconocimiento, y en esta lección revela la madre a sus hijos huérfanos. Enseña a sus hijos los caminos de sus obras. Presente su dulce voz que ha estado esperando pacientemente dentro de sus corazones rotos. ¡Oh Madre del Espíritu! Oh dulces manos sanadoras de misericordia y crecimiento.
Tus hijos te buscan y no te encuentran. Recorren tu planeta para escuchar tu voz. Giran cada piedra para encontrar tu toque. Sin saber que tú eres la piedra. Ayúdanos a convertir la piedra dentro de nosotros mismos. Ayúdanos a conocerte, ya que estás dentro del hogar de nuestra compañía omnipotente. Equilibranos madre. Sanar nuestro trauma. Enséñanos la tierna danza de la divinidad con el espíritu de la verdad. Conócenos ahora, deseamos conocerte tal y como eres.
¡Oh! ¡Gran Espíritu de todos!
Eres el primero y el último. Solo tú eres la fuente de todo lo que es verdadero, hermoso y bueno. Gracias en este día de la madre. Gracias por la madre. Que todos los seres de vuestra divina creación la ayuden en el sublime servicio que tan magistralmente ejecuta para sus hijos del espacio y del tiempo. Ayúdanos padre a ser valientes en nuestra honestidad y compasivos en nuestro carácter. Por favor padre, refresca nuestras mentes y renueva nuestros espíritus. Ayúdanos a ser conscientes de nosotros mismos y de los demás. Ayúdanos a reconectarnos con la eterna personalidad amorosa que es la madre de todos nosotros.
¡Oh Bendita Madre!
Mi dulce río de tolerancia, Mi montaña de misericordia, Mi campo sin fin de bondadosa comprensión. Tus vientos cantan inspiración. Tu belleza atraviesa la neblina de la indecisión como la paloma se eleva con gracia a través del cielo lleno del amanecer, recortada para siempre en los corazones de su afectuosa audiencia.
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