© 2007 Dominique Ronfet
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Gracias dios | Le Lien Urantien — Número 40 — Otoño 2007 | Cumpleaños de Micaël el 21 de agosto de 2007. |
Hoy pienso en el alma, por fin, en mi alma.
¿Quién es ella?
¿Puedo “pensar” mi alma?
A veces quizás nos pueda invadir una gracia, un bienestar particular, y entonces hablaremos de alma.
¿Pero es eso realmente todo?
Hay una gran diferencia entre experimentar algo y pensar en ello.
Es como si tuviéramos que integrar, intentar unificar, información contradictoria proveniente de diversas fuentes. Unificación de los sentidos.
¿Síntesis imposible?
¿Construcción en ciernes?
Todavía :
«El espíritu interior del hombre tendrá que depender siempre, para poder expresarse y autorrealizarse, del mecanismo y la técnica de la mente. La experiencia exterior del hombre con la realidad material deberá basarse igualmente en la conciencia mental de la personalidad que experimenta. Por esta razón, las experiencias humanas espirituales y materiales —interiores y exteriores— están siempre correlacionadas con la función mental, y condicionadas, en cuanto a su comprensión consciente, por la actividad de la mente. El hombre experimenta la materia en su mente; experimenta la realidad espiritual en su alma, pero se hace consciente de esta experiencia en su mente. El intelecto es el armonizador siempre presente que condiciona y cualifica la suma total de la experiencia mortal. Tanto las cosas-energía como los valores espirituales están teñidos por la interpretación que realizan los medios mentales de la conciencia.» (LU 103:6.6)
Por lo tanto, no podría «pensar» mi alma, sino en el mejor de los casos ser consciente de que «algo» ha sucedido.
Grande, entonces como el eco, el eco de una respuesta??
Dominique Ronfet
Gracias dios | Le Lien Urantien — Número 40 — Otoño 2007 | Cumpleaños de Micaël el 21 de agosto de 2007. |