© 2007 Dominique Ronfet
© 2007 Association Francophone des Lecteurs du Livre d'Urantia
Trinidad de supremacía | Le Lien Urantien — Número 41 — Invierno 2007 | Reflexiones de Georges y Marlène |
Buen día,
Hoy me gustaría hablarles sobre el pensamiento.
«¿Quieres decir mental?»
No, no… pensamiento. ¿Cómo podemos hablar de agua cuando hablamos de la cuenca que la contiene?
Para saber hay que probar, dijo –no recuerdo quién–, así que profundicemos.
Y tratemos de comprender este espacio en el que, en definitiva, nos encontramos. Finalmente solo estamos aquí, como dije… ya no sé qué.
Entonces, ¿cómo nadar bien? ¿Cómo pensar bien? ¿Cómo podemos desarrollarnos y convertirnos en verdaderos pensadores?
Pero en la gran mayoría de los urantianos, el Ajustador debe esperar pacientemente la llegada de la liberación por medio de la muerte; debe esperar que el alma emergente se libere de la dominación casi completa de los modelos energéticos y de las fuerzas químicas inherentes a vuestra orden material de existencia. La principal dificultad que experimentáis para poneros en contacto con vuestro Ajustador consiste en esta misma naturaleza material inherente. Hay tan pocos mortales que sean verdaderos pensadores; no desarrolláis ni disciplináis espiritualmente vuestra mente hasta el punto de establecer una conexión favorable con los Ajustadores divinos. La mente humana hace casi oídos sordos a las súplicas espirituales que el Ajustador traduce de los múltiples mensajes de las transmisiones universales de amor procedentes del Padre de las misericordias. Al Ajustador le resulta casi imposible registrar estas directrices espirituales inspiradoras en una mente animal tan completamente dominada por las fuerzas químicas y eléctricas inherentes a vuestra naturaleza física. (LU 110:7.6)
Sin llegar a hablar de un hipotético contacto con el Huésped divino (ese es otro tema), me interesa el desarrollo de nuestro pensamiento.
¿Por qué es tan difícil pensar libremente?
¿No es sorprendente que el único espacio que queda enteramente dejado a nuestra voluntad, nuestro pensamiento, esté tantas veces restringido por nosotros, aprisionado por ideas preconcebidas? Y parece que finalmente nos complace no explorar nuevos horizontes sino consolidar cada vez más fuertemente las barreras de las certezas que creamos.
Bueno, lo sé, necesitamos estos andamios momentáneos, pero ¿no sería el verdadero desafío atreverse a pensar diferente anticipando siempre un nuevo horizonte más adelante?
(fórmula pictórica, pero bonita, ¿no?)
Entonces, ¿no seríamos verdaderos pensadores combinando disciplina e imaginación creativa?
¿Queremos libertad a través de la integración progresiva o prisión a través de la repetición de lo conocido? Breve :
¿Qué queremos?
Dominique Ronfet
Trinidad de supremacía | Le Lien Urantien — Número 41 — Invierno 2007 | Reflexiones de Georges y Marlène |