© 2009 Dominique Ronfet
© 2009 Association Francophone des Lecteurs du Livre d'Urantia
¿Deberíamos oponer “el hombre de deseo” al “hombre de voluntad”?
¿Deberíamos contrastar al hombre moderno, extrovertido y conquistador con un hombre meditativo en busca de su deseo, de ‘su sentido de vida’?
(¿En qué sentido vivir?)
- El anhelo de la personalidad por parecerse a Dios —el deseo sincero de hacer la voluntad del Padre{16}. (LU 1:2.6)
¿Entonces el deseo precede a la voluntad?
Quien se conoce a sí mismo, conoce su deseo.
Finalmente, sus deseos…
(pero ¿quién se conoce?)
¿Cómo lo navegamos ya que tenemos que hacer lo que queremos? Pero escuchemos un poco al muy lírico Louis Claude de St Martin y su Hombre de deseo *
“Que mi crecimiento inmortal y divino sea continuo como el de mi fuente eterna. Es penetrando en los seres como Dios les hace sentir su vida; están en la muerte tan pronto como ya no están en comunión con Él. Todos vosotros, habitantes de la tierra, alegraos, podéis contribuir a la comunión universal. Vosotros podéis, como tantas vírgenes vestales, mantener el fuego sagrado y hacerlo brillar en todas partes del universo. Página 4
* Ediciones del Rocher
Dominique Ronfet