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Presentación de la serie «En el foco» de la UBIS, 6 de mayo de 2023
La esperanza es un proceso de fe y ánimo optimista basado en la expectativa de resultados favorables relacionados con eventos o circunstancias de la propia vida o el mundo en su conjunto. Es una virtud que nos mueve, que nos motiva y que nos marca una dirección a seguir en la vida.
No hace mucho, conversaba con una amistad, conocedora de la existencia de El libro de Urantia, y me hizo la siguiente pregunta:
—¿Todo lo que está escrito en ese libro es verdad? ¿Acaso tú te lo crees?
Yo le conteste:
—Si no es verdad, por lo menos es un libro de esperanza.
Y le contesté diciendo eso porque hoy por hoy, después de muchos años leyéndolo, estudiándolo y contrastándolo con otros lectores, estoy convencido de que hay supervivencia después de la muerte. Que la muerte es el inicio de una carrera que me va a tener eternamente entretenido. Que voy a ser inmortal, pues ya no volveré a morirme. Ya lo dijo Víctor Hugo: «Si el hombre no es inmortal, Dios no es honrado». Dios sí es honrado y muchas cosas más. Ese libro nos permite conocerle realmente.
Personalmente yo creo en este libro porque es un libro de esperanza, independientemente de que la existencia de Dios sea para unos un hecho demostrable y para otros sea un hecho indemostrable. Son tantas las cosas que me aseguran que existe una Realidad totalmente desconocida para la mayoría de los mortales que no tengo por menos que, como poco, depositar confianza y sobre todo esperanza en todas y en cada una de las enseñanzas de su contenido.
Si somos meridianamente observadores, en sus inicios, el libro nos habla de la Realidad y dice entre otras cosas en el Prólogo…
La REALIDAD tal como la comprenden los seres finitos es parcial, relativa e imprecisa… LU 0:3.20
Y sobre la verdad, un Consejero Divino dice en:
Todo conocimiento finito y toda comprensión por parte de las criaturas son relativos. La información y los datos, incluso los procedentes de fuentes elevadas, solo son relativamente completos, localmente exactos y personalmente verdaderos. LU 2:7.1
Añadiendo a continuación:
Los hechos físicos son bastante uniformes, pero la verdad es un factor vivo y flexible en la filosofía del universo. Las comunicaciones de las personalidades en evolución solo son parcialmente sabias y relativamente verídicas, ya que su certeza solo puede llegar hasta los límites de la experiencia personal de dichas personalidades. Lo que puede parecer totalmente cierto en un lugar puede ser solo relativamente cierto en otro segmento de la creación. LU 2:7.2
Hace muchos años, cuando yo era más joven, leí en un libro de Félix Gracia, algo que ya he compartido en más de una ocasión, en el que decía:
«El Universo emite una permanente vibración, una nota musical que llama al afiliamiento de todos, una señal no audible, pero sensible al alma, es como una clave, como una silenciosa llamada que alerta a quienes aun sin ser conscientes de ello, la están esperando»
A partir de ahí me dediqué a comprobar si eso podía ser posible, hasta que, un buen día ¡Eureka! atrapé la nota musical, descubrí El libro de Urantia y comprobé que aquello que en su día leí se cumplió conmigo, era cierto.
Cuando me introduje por primera vez en la lectura de dicho libro y más tarde en el estudio en profundidad de su texto, me fui dando cuenta que me estaba convenciendo de que para poder cumplir con muchas de sus enseñanzas tenía que cambiar muchas cosas en mi cerebro. Debía modificar mi modo de pensar, mi modo de hablar y mi modo de actuar.
Los propios reveladores depositan esperanza en nosotros, humildes pero ignorantes mortales, para que podamos llegar a comprender y practicar el contenido de ese «manual». El libro, en su texto, contiene bastantes secciones y párrafos en los que nos alienta a la esperanza por la descripción que hace de los diferentes escenarios que reserva la vida para nosotros.
Seguro que hay muchas frases o muchos párrafos dignos de exponer sobre la esperanza, pero a mí personalmente me gustan estos dos que expone…
Un Consejero divino en:
El concepto de verdad podría quizás contemplarse separado de la personalidad, el concepto de belleza puede que exista sin la personalidad, pero el concepto de bondad divina solo es comprensible en relación con la personalidad. Solo una persona puede amar y ser amada. Incluso la belleza y la verdad estarían excluidas de la esperanza de supervivencia si no fueran atributos de un Dios personal, de un Padre amoroso. LU 1:7.3
Y a renglón seguido, dice esto:
No podemos comprender plenamente cómo Dios puede ser primordial, inmutable, todopoderoso y perfecto, y estar rodeado al mismo tiempo de un universo en cambio constante y aparentemente limitado por leyes, un universo en evolución de imperfecciones relativas. Pero podemos conocer esa verdad en nuestra propia experiencia personal, puesto que todos mantenemos la identidad de nuestra personalidad y la unidad de nuestra voluntad a pesar del cambio constante tanto de nosotros mismos como de nuestro entorno. LU 1:7.4
Desde las primeras páginas de este libro, se da una información tan interesante para los neófitos que, de entrada, ya nos pone, si ese es nuestro deseo, en el camino de poder vivir una aventura interminable, y lo bueno de esa aventura es que nos anuncia el trazado, la ruta y los parajes o escenarios por los que vamos a transitar. Estoy convencido de que El libro de Urantia es un libro transformador.
Al principio de su lectura, que no es algo baladí, si comenzamos por el Prólogo, primera parte, etc., las dificultades se hacen evidentes, y dejando de momento aparcada la personalidad y la morontia es necesario tener en cuenta cuatro aspectos del ser humano muy importantes para la evolución espiritual, como son el cuerpo, la mente, el espíritu y el alma. Es muy interesante y reflexivo detenerse de un modo consciente en estas cuatro partes de las que nos habla el libro.
Metafóricamente hablando y teniendo en cuenta estos cuatro aspectos, y a la vez, considerando que dentro de la cabeza se encuentra el cerebro, si reflexionamos sobre ello en la medida que vamos siendo meridianamente conscientes de la lectura que vamos comprendiendo, algunos nos vamos dando cuenta de que en el habitáculo de nuestro cerebro apenas se apreciaba luz. Se puede llegar a percibir que esa «habitación» está prácticamente a oscuras ante esa nueva Realidad por la que el texto del libro te va llevando. Ante esa observación, puedes llegar a comprender, si se examina con detenimiento, que por una zona de esa estancia asoma un fino y tenue halo de luz, y llegas a percibir y a darte cuenta de que esa estancia dispone de una pequeña ventana con una persiana e incluso una puerta.
Cada día es conveniente e importante comprender nuevos aspectos del libro. Ellos, los nuevos descubrimientos, te van a ayudar para que, de una vez por todas, con una combinación de paciencia, sinceridad y valor, y de manera efectiva, puedas levantar la persiana de esa ventana, permitir que entre la luz y apreciar el desaguisado en el que se encuentra dicho «habitáculo», el desorden en el contenido de nuestro cerebro cuando piensa, habla o actúa.
Ante tal escenario hay que comenzar a detenerse y pararse a pensar. Hay que retirarse y reflexionar ante el posible error y desorden en el que uno puede llegar a vivir. Claro, en honor a la verdad, hay que decir que a eso se llega, si uno lo quiere y lo desea, y en este caso así, hay que llegar a convencerse uno mismo utilizando el libre albedrío, sin coacción por parte de nada ni de nadie; eso es necesario para poder usar el botón de las decisiones desde un nivel consciente.
Esto es algo muy importante y necesario en la vida de una persona. Es momento de diseñar una nueva decoración para ese amplio cerebro. Cada uno verá como lo hace, porque eso ya se encuentra bajo una nueva responsabilidad que a su vez considero aporta valor, fuerza y mucha esperanza.
Estaremos todos de acuerdo en que no es lo mismo pensar que reaccionar ante esos pensamientos, en palabra y obra. Porque claro, ¿cómo se llega a modificar algo sin organizar grandes estropicios? ¿Cómo se hace bien sin que las situaciones afecten a conceptos de la psique? ¿Cómo se inicia una nueva decoración? ¿Me sirve de algo el mismo mobiliario? ¿Cómo desarrollo algo armónico dentro de ese espacio? ¿Cómo se aprende a reparar todo el desorden? etc., etc. Porque claro, un árbol joven se puede enderezar fácilmente, pero un árbol inclinado y ya bastante maduro, ¿cómo lo ponemos lo más recto posible?
Un Perfeccionador de la Sabiduría de Uversa dice en:
Este es pues el curso primario o elemental al que se enfrentan los peregrinos del espacio, largos viajeros de fe probada. Pero mucho antes de alcanzar Havona, estos hijos ascendentes del tiempo han aprendido a festejar la incertidumbre, a alimentarse de decepciones, a entusiasmarse ante el fracaso aparente, a crecerse en las dificultades, a mostrar un valor indomable frente a la inmensidad y a ejercer una fe invencible cuando se enfrentan al desafío de lo inexplicable. Desde hace mucho, el grito de guerra de estos peregrinos es: «En unión con Dios, nada - absolutamente nada- es imposible». LU 26:5.3
En ocasiones pasamos por alto ciertas secciones o párrafos del libro a los que en realidad debiéramos darles una cierta importancia sobre las incertidumbres de la vida y las vicisitudes de la existencia, porque es ahí, según mi punto de vista, donde el ser humano puede llegar a ser un poco más consciente de la diferencia que puede hallar, entre embellecer o ensombrecer nuestro cerebro.
En el tiempo, y no sin vivir errores, decepciones, esfuerzos, etc., vamos consiguiendo con buena aptitud, fuerza de voluntad y libre albedrío las experiencias que ayudan a evolucionar. Se entiende que a partir de ciertos momentos se debe ser más consciente a la hora de tener que enfrentarte a ciertas dificultades y saber elegir ante las desilusiones. Que no hay nada mejor que vivir y experimentar lo que se va comprendiendo de ese libro y ponerlo en práctica, mediante el acercamiento fraternal a nuestro semejante, tratando de comprenderle y empatizar con él, sabiendo discernir el amplio campo de desigualdad social y religiosa.
Poco a poco vamos logrando poner cierto orden en esa maraña de pensamientos, en ese desorden cerebral donde, con paciencia, vas observando que algo bonito está resultando en el entorno de tu mente. Vamos entendiendo que merece la pena el esfuerzo y la fuerza de voluntad, dado que de un modo constante debemos afrontar inseguridades e incertidumbres para poder darnos cuenta conscientemente de que es necesario albergar en ese cerebro confianza y esperanza, amén de otro tipo de situaciones en las que hay que poner a prueba nuestra mente cuando nos enfrentamos a ese dilema de que sabemos menos de lo que podemos llegar a creer. A eso se le denomina nacimiento de la fe.
También debemos pararnos a pensar que, en ocasiones, es deseable reconocer que vivimos en un mundo donde el error está siempre presente debido mayoritariamente a nuestra imperfección y que es posible la hipocresía y la falsedad. Tampoco puede faltar en el desarrollo de las experiencias de la vida intentar inspirarte en alcanzar ciertos ideales divinos, frente a escenarios donde la bondad y la belleza son relativos.
No debemos olvidarnos de ser leales a nuestros principios, teniendo en cuenta que existen posibilidades de traición y abandono, ya que siempre se corre el riesgo de abandonar la nobleza. También es considerable la participación del ego. Ese «bicho» que trata de hacernos egoístas ante nuestros semejantes, mediante ese clamor al autoreconcimiento y del falso honor. Por ello siempre nos vemos «saltando» entre el mal y el bien. Y ya, por último, resaltar si la felicidad es deseable entre nosotros, mortales ascendentes. Personalmente me atrevería a decir que sí, siempre que sepamos comprender que dolor y sufrimiento nos acompañan como procesos de vida siempre presentes.
Un Consejero Divino dice en:
La apreciación plena de la verdad, la belleza y la bondad es inherente a la perfección del universo divino… El hombre mortal gana incluso su estatus de candidato a la ascensión mediante su propia fe y su propia esperanza. Todo lo divino que la mente humana capta y que el alma humana adquiere es un logro experiencial, una realidad de la experiencia personal, y es por lo tanto una posesión única en contraste con la bondad y la rectitud inherentes a las personalidades sin error de Havona. LU 3:5.16
Nuestra mente, según el libro y yo interpreto, parece ser que contiene tres niveles y varios canales o circuitos. En el nivel subconsciente, se encuentran alojados cinco adjutores, algo así como cinco ayudantes de ese nivel de la mente. Los patrocina la Ministra Divina y se encargan de hacernos capaces, a nivel intelectual, de disponer de intuición, entendimiento, valentía, conocimiento y asesoramiento o consejo. Es en ese nivel en el que, con libre albedrío, la mayoría de los seres humanos intentamos desarrollar nuestra vida. Es la monotonía habitual en la que una gran parte de la humanidad vive desde hace muchísimos años.
Luego se encuentra el nivel consciente. En ese nivel, en honor a la verdad, nos encontramos muy pocas veces. Apenas nos posicionamos en ese tipo de situación. Tampoco es fácil, no es una cosa habitual. Entiendo que para poder vivir algunos momentos con ese horizonte como perspectiva es para tomar decisiones. Decisiones sobre nuevas ideas que sean renovadoras, sin necesidad de entretenernos en pasarlas por el tamiz de la duda o la incertidumbre. Ideas basadas mayoritariamente sobre ideales a conseguir con buena praxis, con buena intención, con aptitud honesta. Pensemos que la aptitud es una cualidad que se encuentra en esa área de la mente y que disponemos de ella para saber enfrentarnos a situaciones de trascendencia.
Y, por último, el nivel superconsciente que, tratando de exponerlo a modo de metáfora, yo me atrevería a decir de ese nivel que no es fácil disfrutar de él. Es donde se encuentra «la emisora espiritual» que, según con el canal u onda que sintonices, recibirás una información u otra en tu consciencia. Se llega a ese entorno espiritual cuando las tribulaciones materiales del nivel subconsciente perturban nuestra vida diaria. A partir de ahí, en ocasiones se nos enciende la luz de lo consciente. Son momentos de reflexión, recogimiento y oración. Son estados que te hacen vivir consciente ante la realidad, ya que dentro de esa «emisora» se encuentra el Ajustador del Pensamiento, el Espíritu de la Verdad, el Espíritu Santo y dos ayudantes más, el de la adoración y el de la sabiduría.
La fe, la fuerza de voluntad, el convencimiento y el dialogo sincero y confiado son las herramientas que se deben utilizar para poder llegar a obtener un mínimo de certidumbre espiritual y sabiduría verdadera dentro de ese escenario divino como es el nivel superconsciente. Desde ahí conseguimos hacer la voluntad del Padre Universal.
Un Mensajero Poderoso destinado temporalmente a servir en Urantia dice en:
Habiendo emprendido el camino de la vida sempiterna, habiendo aceptado vuestra misión y recibido vuestras órdenes de avanzar, no temáis los peligros del olvido humano y la inconstancia del mortal, no os dejéis perturbar por el miedo al fracaso ni el desconcierto de la confusión, no titubeéis ni pongáis en duda vuestro estatus ni vuestra posición, pues en todas las horas oscuras, en todas las encrucijadas de la lucha hacia adelante, el Espíritu de la Verdad hablará siempre y os dirá: «Este es el camino». LU 34:7.8
El libro nos informa de que existen una serie de circuitos de espíritu dentro de los muchos que existen dentro de la gravedad. Algo parecido a los circuitos neuronales de nuestro cuerpo. Expone que las sensaciones o efectos van dirigidos a diferentes partes de nuestro cuerpo y, así como unos se alojan en zonas no muy importantes de nuestro organismo, otros se trasladan hasta diferentes franjas de la consciencia humana.
Haciendo memoria, reconocemos que, en el tiempo, el hábil ejercicio y puesta en escena de las enseñanzas del libro están originando en nuestro cerebro un mejor aprovechamiento de sus cualidades biológicas. Vamos adquiriendo pensamientos más coherentes. Utilizamos palabras que ayudan al acercamiento con nuestros semejantes y desarrollamos acciones más comprensivas, empáticas y sinceras. En una palabra, lo estamos decorando con un nuevo mobiliario. Estamos consiguiendo una mayor y más amplía perspectiva de nuestro horizonte espiritual.
En la práctica, estamos consiguiendo una mayor percepción del entorno en el que nos movemos. Estamos consiguiendo ser, cada día, un poco más conscientes de esa realidad de la que nos habla el libro. Y es que, cada día y en mayor medida, disponemos de mayores cualidades para poder sintonizar con ese emisor, con ese universo que diariamente va trasmitiendo permanentes vibraciones, señales, claves, llamadas, ideas, etc., que se van quedando depositadas en lo más profundo de nuestra consciencia.
Y aunque parezca mentira, personalmente me atrevería a comentar que es posible que ciertos aspectos de nuestra biología se vayan modificando debido a que a la vez también vamos cambiando nuestros hábitos alimenticios y el modo de contemplarnos a nosotros mismos. Es un dato importante a tener en cuenta, pues la salud y el vigor son necesarios para la evolución espiritual.
Un Melquisedec de la Escuela de Administración Planetaria de Jerusem dice en:
- Clasificación según la recepción del espíritu. Hay tres grupos de modelos de mente en lo relativo al contacto con los asuntos del espíritu. Esta clasificación no hace referencia a los órdenes de mortales con uno, dos o tres cerebros; se refiere principalmente a la química de las glándulas, y más en concreto a la organización de ciertas glándulas comparables a los cuerpos pituitarios. En algunos mundos las razas tienen una glándula, en otros, dos, como ocurre con los urantianos, mientras que en otras esferas las razas tienen tres de estos cuerpos singulares. Esta dotación química diferencial influye de forma clara en la imaginación inherente y en la receptividad espiritual. LU 49:5.19
Hay una serie de documentos que nos dicen en qué orden se desarrolla la evolución espiritual en el ser humano, desde que se confiesa que ha estado dormido en el tiempo o viviendo en el desorden habitual de la vida hasta que, reconociendo dicha situación, despierta ante las puertas de entrada a una nueva realidad.
El hombre debe elegir y expresar su destino. El ciclo está predeterminado, pero la participación del hombre en dicho ciclo es opcional y experiencial. Las decisiones se toman dentro de los escenarios éticos, sociales y morales. Son progresivas y ascendentes.
La suma total de la realización de la personalidad en un mundo material está contenida en la conquista sucesiva de los siete círculos psíquicos de potencialidad de los mortales LU 110:6.1
Despertar a una nueva realidad en tomar conciencia y responsabilidad para ejercer con voluntad resistente esa habilidad inherente al ser humano a través de la cual es capaz de discernir de manera auténtica entre el bien y el mal en base a una fe inquebrantable y unos verdaderos valores humanos, los cuales forman parte de su esencia, más allá de culturas y tradiciones, frente a una nueva religión, que va a tomar nacimiento intentando, en la medida de lo posible, abandonar el máximo de tiempo, vivir en el nivel subconsciente
Cuando reconocemos que se puede vivir en el nivel consciente o superconsciente, entendemos que nuestro Monitor puede ayudarnos a mejorar nuestros comportamientos y de ese modo, tratar de mejor manera hacer la voluntad de nuestro Padre Universal.
Es conveniente no caer en el error de pensar que el Ajustador influye en nuestra conciencia. Él actúa más allá, en la medida que nosotros sepamos posicionarnos con nuestra aptitud. La antesala a poder vivir esos momentos y ese tipo de influencias es saber pasar del nivel consciente al nivel superconsciente. Son decisiones que se toman de una manera consciente en momentos en los que se desea equidad humana, armonía emocional y paz mental, frente a situaciones de difícil resolución humana.
Con ello nos vamos situando en los diferentes peldaños de esa escalera que nos va a llevar a obtener una posición totalmente proporcionada a nuestra escala de valores espirituales.
Un Mensajero Poderoso de servicio en Nebadon dice en:
En un mundo material pensáis que un cuerpo tiene un espíritu, pero nosotros consideramos que es el espíritu quien tiene un cuerpo. Los ojos materiales son en verdad las ventanas del alma nacida del espíritu. El espíritu es el arquitecto, la mente es el constructor, el cuerpo es el edificio material. LU 42:12.12
Un Mensajero Solitario de Orvonton dice en:
A medida que ascendéis por los círculos psíquicos os vais comunicando cada vez más con vuestro Ajustador en grados variables, unas veces de forma directa y muchas más indirectamente. Pero es peligroso contemplar la idea de que cada nuevo concepto que se origina en la mente humana es dictado del Ajustador. Entre los seres de vuestro orden lo que aceptáis como la voz del Ajustador suelen ser emanaciones de vuestro propio intelecto. Es un terreno peligroso, y cada ser humano debe resolver estos problemas por sí mismo según su sabiduría humana natural y su visión interior sobrehumana. LU 110:5.6
Aunque en ocasiones las comparaciones no son la mejor manera de poner un ejemplo, se me ocurre pensar que ascender como hace el salmón por el río de la vida hasta llegar a cumplir su plan de sembrar el río de semillas embrionarias, el ser humano debe ascender también ante las vicisitudes de la existencia de la vida, reconociendo lo que significa evolucionar espiritualmente para poder alcanzar el objetivo máximo, que es obtener de sus semillas los frutos del espíritu.
No es una faena sencilla para una persona que se inicia en las tareas de adquirir esos frutos. Hay que reconocer previamente la presencia de una conciencia alimentada por las actividades de existencias divinas como son los Ajustadores del Pensamiento y el espíritu de la Verdad. Reconocer también que la existencia del alma, esa creación conjunta de la mente y el Monitor, cada día va evolucionando obteniendo una conciencia capaz de apreciar la presencia y permitir la conducción espiritual y otro tipo de acciones supermateriales del Ajustador.
Alcanzar los frutos del espíritu es una idea, un ideal, un anhelo, un deseo intrínseco, teniendo como premisa hacer la voluntad del Padre. Pero antes hay que ser consciente de la transformación que se va desarrollando dentro de uno mismo y en esas zonas no visibles y solo detectables ante experiencias nobles, sensibles y caritativas. «Por sus frutos los conoceréis».
Solo y de esa manera podremos llegar a obtener esas dádivas tan significativas que nos permitirán obtener una vida proporcional y coherente ante nuestros hermanos. Por fin lograremos de una vez por todas concluir el trabajo de renovar nuestro mobiliario cerebral, esa decoración que, en ocasiones, nos puede tener tan confundidos.
Creer religiosamente es eficaz para la espiritualización de esa persona. Las experiencias encaminadas a ser vividas en la vida social religiosa producen inevitablemente los «frutos del espíritu» en la vida diaria del mortal guiado por el espíritu. Nacer del espíritu es liberarte de las trabas de la vida en el nivel subconsciente. Esos frutos son el atributo del tipo más elevado de autocontrol ennoblecedor y regocijante. Es el máximo logro al que podemos llegar y que el Padre desea y espera de nosotros, aquí en la tierra: El verdadero autodominio.
Un Mensajero Solitario de Orvonton dice en:
La mente es vuestro buque, el Ajustador es vuestro piloto, la voluntad humana es el capitán. El dueño del navío mortal debería tener la sabiduría de confiar en el piloto divino para guiar al alma ascendente hasta los puertos de la supervivencia eterna de la morontia. Solo por egoísmo, pereza y pecado puede la voluntad del hombre rechazar la guía de un piloto tan amoroso y hacer que la carrera del mortal termine naufragando en los funestos bajíos de la misericordia rechazada y contra las rocas del pecado abrazado. Con vuestro consentimiento este piloto fiel os conducirá de manera segura a través de las barreras del tiempo y los obstáculos del espacio hasta la fuente misma de la mente divina, y después incluso más allá, hasta el Padre del Paraíso de los Ajustadores. LU 111:1.9
Un Mensajero Poderoso dice en:
La consciencia del dominio del espíritu en una vida humana se acompaña enseguida de una manifestación cada vez mayor de las características del Espíritu en el comportamiento del mortal guiado por el espíritu, «pues los frutos del espíritu son el amor, la alegría, la paz, la paciencia, la dulzura, la bondad, la fe, la mansedumbre y la templanza» LU 34:6.13
Para más detalles sobre los frutos del Espíritu, LU 193:2.2
Grandfanda es el primer mortal ascenderte que llego a Havona y posteriormente al Paraíso. Es una prueba inequívoca de que existe la supervivencia, la inmortalidad, la vida eterna. Él trasmite esperanza para todos nosotros. Él da luz verde a nuestra carrera al saber de su existencia. A lo largo de su andadura y de experiencias vividas, sabemos que tenemos posibilidades de llegar junto al Padre Universal, allá en su residencia permanente.
Este peregrino descubrió Havona allá en la eternidad del tiempo pasado. Él provenía del planeta 341 del sistema 84 de la constelación 62 del universo local 1131 situado en el superuniverso número uno. Que él llegara significó establecer transmisiones del universo de universos, dado que hasta ese momento la operatividad se centraba en los superuniversos y los universos locales. Con ello se originaron los «informes de gloria para el espacio», notificando la recepción del primer mortal evolutivo que había conseguido llegar a la antesala de la existencia ascendente; la meta era el Paraíso.
Grandfanda es actualmente el jefe de los siete Cuerpos de la Finalización que constituyen a su vez el Consejo Supremo del Destino, los cuales desarrollan misiones en el universo para los hijos de destino último.
Un Perfeccionador de la Sabiduría de Uversa dice en:
Después de lograr la suprema satisfacción de la adoración plena, estáis cualificados para ser admitidos en el Cuerpo de la Finalización. La carrera ascendente casi ha terminado y se prepara la celebración del séptimo jubileo. El primer jubileo marcó el acuerdo del mortal con el Ajustador del Pensamiento cuando se selló el propósito de sobrevivir; el segundo fue el despertar en la vida de la morontia; el tercero fue la fusión con el Ajustador del Pensamiento; el cuarto fue el despertar en Havona; el quinto celebró el descubrimiento del Padre Universal; y el sexto aconteció al despertar en el Paraíso tras el adormecimiento final de tránsito del tiempo. El séptimo jubileo marca la entrada en el cuerpo de los finalitarios mortales y el inicio del servicio en la eternidad. El logro por un finalitario de la séptima etapa de realización en el espíritu señalará probablemente la celebración del primero de los jubileos de la eternidad. LU 27:7.8
¡QUÉ GLORIOSO DESTINO PARA LOS HIJOS DEL TIEMPO DE ORIGEN ANIMAL, LOS HIJOS MATERIALES DEL ESPACIO!
«La vida es una obra de teatro que no permite ensayos… Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida… antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos.» Charlie Chaplin