© 2017 Erika Webster
© 2017 Fundación Urantia
Misión cumplida: conferencia Urantia en Ghana | Volumen 11, Número 1, Marzo 2017 — Índice | La niña de la camiseta rosa |
De Erika Webster, Oklahoma (Estados Unidos)
Mi experiencia como profesora/facilitadora a través de la plataforma de la UBIS, al igual que mi participación como alumna ha sido muy enriquecedora y gratificante. Ha sido un privilegio y honor el tener la oportunidad de servir en la difusión y estudio de El libro de Urantia con la comunidad habla hispana a nivel mundial. Estoy muy contenta ver como en tan pocos años el número de lectores de El libro de Urantia ha aumentado.
También estoy muy contenta de que la UBIS se haya esforzado constantemente para cubrir la creciente demanda de profesores reclutando a lectores como yo para desempeñar el papel de facilitadores. Los líderes y los facilitadores de la UBIS me han guiado e instruido desde el principio, con excelencia y entusiasmo, acerca de cómo facilitar los cursos.
No se necesita ser un experto con título para desempeñar este papel, pero sí se requiere cooperación, compromiso, sensibilidad y sinceridad. Como facilitadores, trabajamos juntos para revisar, corregir y aprobar los cursos antes de ser impartidos, y a la vez se apoyan unos a otros a dar lo mejor de sí mismos.
Tomar esta oportunidad de servir implica mucha responsabilidad y disciplina, porque no solo dedica uno semanas de tiempo personal, investigando en profundidad materiales de referencia y apoyo para una mejor visualización y comprensión del estudio, que sea apropiado para los diferentes niveles intelectuales. Un curso de éxito es aquel en el que todos los alumnos participan plenamente planteando preguntas, compartiendo experiencias, intercambiando puntos de vista y trabajando juntos durante los periodos de participación.
Una vez que uno acepta este rol, se compromete a ser moderador entre los participantes, a crear una atmósfera donde los participantes puedan sentirse con la libertad de expresión e interacción entre ellos. Debemos animar a todos los alumnos a interactuar, y debemos fomentar su respeto mutuo, de modo que todos se sientan libres para expresar sus pensamientos sin miedo a ser juzgados.
De este modo, todos nos convertimos en alumnos, cuando los participantes aprendemos unos de otros al presentar nuestras preguntas, compartir experiencias y razonamientos, intercambiar puntos de vista y colaborar conjuntamente durante los periodos de participación.
No es tan fácil enfocar una clase a una audiencia por internet, sin poder visualizar las caras o voces, la comunicación es básicamente la escrita, donde es más fría e impersonal y la expresión o intención se pierden un poco, pero al menos existe la gran ventaja de participar en los tiempos que tenemos disponibles, sin tener que estar todos presentes a la vez.
Nosotros los facilitadores a veces nos enfrentamos a retos individuales al hacerlo lo mejor posible, pero el equipo nos apoya mucho. Nos ayudamos mutuamente a preparar y cumplir la responsabilidad que asumimos y continuar ofreciendo este servicio. Por encima de todo, nos ayudamos mutuamente para ver que en este trabajo no buscamos meramente un beneficio personal sino esforzarnos en una noble causa.
Misión cumplida: conferencia Urantia en Ghana | Volumen 11, Número 1, Marzo 2017 — Índice | La niña de la camiseta rosa |