© 2023 Georges Michelson Dupont
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Reflectividad del historial de registros | Le Lien Urantien — Número 104 — Dieciembre 2023 | Correo de los lectores |
George Michelson Dupont
Cerrado en noviembre de 2023
El primer párrafo del Libro de Urantia comienza con malas noticias, señala el Divino Consejero y cito:
«EN LA MENTE de los mortales de Urantia —éste es el nombre de vuestro mundo— existe una gran confusión en cuanto al significado de palabras tales como Dios, divinidad y deidad. Los seres humanos se sienten aún más confundidos e inseguros con respecto a las relaciones entre las personalidades divinas designadas con estos numerosos apelativos. Debido a esta pobreza conceptual acompañada de tanta confusión de ideas, se me ha encargado formular esta exposición preliminar para explicar los significados que deberán atribuirse a ciertos símbolos verbales que se van a utilizar más adelante en estos documentos, que el cuerpo de reveladores de la verdad, de Orvonton, ha sido autorizado a traducir al idioma inglés de Urantia.» (LU 0:0.1)
A decir verdad, está claro que no se equivoca. La turbulenta historia de nuestro planeta explica en parte la situación, pero no sólo eso. Con esto quiero decir que “esta pobreza de conceptos asociada a tanta confusión en la ideación” nos pertenece. ¿Cómo es que teniendo 3 grandes religiones monoteístas, proclamando la existencia de un solo Dios, sus seguidores se han estado desgarrando durante tantos siglos sin admitir ni darse cuenta de que es el mismo Dios?
¿Qué podemos decir de los “pensantes correctos” en Occidente, que invocan el horror de las guerras religiosas fratricidas para rechazar la existencia misma de Dios, confundiendo la relación personal con la institución, tirando así al bebé con el agua del baño? Finalmente, ¿cómo mirar a la otra mitad de la humanidad politeísta o a aquellos, tan numerosos, que ni siquiera se plantean la pregunta existencial, la única que vale la pena?
Las autoridades celestiales de Urantia también hicieron esta amarga observación mucho antes del siglo XX. En la Edad Media, Tabamantia realizó una visita de inspección a Urantia en medio de la guerra religiosa. Fue entonces cuando los principales serafines y los intermedios unidos de Urantia, en consulta con él, enviaron una petición a los Ancianos de los Días de Uversa para exigir una nueva revelación de época, habiendo fracasado parcialmente la anterior. [LU 195:0.12]
Así, se estableció un Cuerpo de Juerguistas de la Verdad y se envió desde la capital, Uversa, a Urantia «para expandir la conciencia cósmica y mejorar la percepción espiritual». [LU 0:0.2] Ya no se trataba de enviar un Hijo Otorgador en una misión de revelación oral sino de traer la verdad en forma escrita, El Libro de Urantia. Así, el Verbo que antes se había hecho carne, se hizo libro. Precisemos aquí que el término Palabra debe entenderse como verdad divina, entregada ya sea de forma oral o escrita.
Es legítimo preguntarse ¿por qué un libro? Dejo a cada uno libre de pensarlo y proponer su propia respuesta.
La misión de los reveladores es, por tanto, la expansión de nuestra conciencia cósmica y la mejora de nuestra percepción espiritual. Confieso que en una primera lectura el significado de esta misión me pareció muy enigmático. ¿Qué es la “conciencia cósmica”? ¿Qué significa “mejorar nuestra percepción espiritual”? ¿No tengo ya una conciencia reflexiva y una percepción de la verdad? Debo admitir que me tomó un tiempo comprender que estas dos realidades se adquieren a través de una experiencia progresiva mientras busco hacer la voluntad de nuestro Padre Universal.
La conciencia cósmica y la percepción espiritual tienen un origen común: la fe en Dios y un proceso común de progresión: la experiencia de buena fe del ser que busca hacer la voluntad del Padre Universal. Ambos son duales en su manifestación.
Primero: la conciencia de estar habitado por un fragmento del Padre Universal, el Ajustador del Pensamiento. Nos trae 3 realizaciones experienciales progresivas:
1. La capacidad intelectual de conocer a Dios - conciencia de Dios.
El Ajustador del Pensamiento interno revela a la mente humana la presencia de Dios como nuestro creador, nuestro padre. Todo ser humano habitado por un Ajustador es, por tanto, consciente de la existencia de Dios, incluso si es agnóstico o se niega a creer en ella.
2. La necesidad espiritual de encontrar a Diosla búsqueda de Dios.
Una vez establecida así la conciencia de Dios, el Ajustador del Pensamiento conspira para crear el deseo de conocer a Dios y establecer la filiación con Él. Los pequeños, desde que nacen, buscan asombro y protección. Es el trabajo preparatorio del espíritu de adoración y sabiduría para la venida del Espíritu Interior.
3. El deseo de la personalidad de ser como Dios: el deseo sincero de hacer la voluntad del Padre. [LU 1:2.6]
Habiendo descubierto a Dios, su naturaleza infinita, sus atributos, su plan universal de progreso y servicio, surge entonces el deseo sincero de hacer su voluntad. Esta motivación suprema se afirmará a medida que nos elevemos en las esferas arquitectónicas del séptimo superuniverso, alcanzará la perfección de diseño al dejarlo para Havona. Para mí, la perfección de la motivación significará que en todo momento y para todas las actividades haré la voluntad del Padre.
El Ajustador del Pensamiento revela el amor incondicional que nuestro Padre Universal tiene por cada uno de nosotros; comparte nuestra vida interior en todas nuestras pruebas y también en nuestras alegrías. Comulgamos con lo divino en el acto de adoración y a cambio recibimos Su amor divino, la energía espiritual que nos impulsa a servir, el deseo de hacer el bien a los demás. Así, Dios y el hombre están espiritualmente unidos en verdad y hecho, y estamos destinados a ser UNO con su fragmento divino.
Luego vienen sucesivas revelaciones de época, de las cuales El Libro de Urantia es la más reciente. Su objetivo es:
1. La reducción de la confusión mediante la eliminación autorizada de errores.
Demasiada confusión, malas interpretaciones y pobreza de conceptos sobre Dios, la divinidad y las personalidades celestiales nos impiden comprender nuestra relación con lo divino. Los principales inhibidores del crecimiento son los prejuicios y la ignorancia.
2. La coordinación de hechos y observaciones conocidos o por conocerse.
Los autores también hacen predicciones.
3. La restauración de importantes elementos perdidos de conocimiento sobre acontecimientos históricos del pasado lejano.
Nos llaman la atención muchos hechos faltantes en nuestra historia, como las cuatro revelaciones anteriores, nuestro Príncipe planetario que traicionó su misión de elevar la raza humana hace 250.000 años, la trágica historia de Adán y Eva hace 40.000 años, la visita de emergencia de Melquisedec hace 4.000 años y la encarnación de nuestro Hijo Creador, Jesucristo, hace 2.000 años años.
4. El suministro de información que llena lagunas fundamentales en conocimientos adquiridos de otro modo.
En relación al principio del plan divino de evolución programada e intencional, desde la importación del plasma vital en Urantia hasta nosotros, seres humanos dotados de la prerrogativa del libre albedrío y la autodeterminación.
5. Presentar datos cósmicos de tal manera que iluminen las enseñanzas espirituales contenidas en la revelación adjunta. [LU 101:4.10]
Estos datos cósmicos cubren las realidades que precedieron a lo que nuestros científicos llaman el Big Bang, incluso antes de la aparición del tiempo y el espacio. Revelan el origen de toda la realidad hasta el desarrollo de los universos en los que vivimos y su finalidad. Esta es la primera vez en la historia de la humanidad que se revela una descripción completa y racional del origen, la historia y el destino.
«No es suficiente con que los mortales ascendentes conozcan algo sobre las relaciones de la Deidad con la génesis y las manifestaciones de la realidad cósmica; también deberían comprender algo acerca de las relaciones que existen entre ellos mismos y los numerosos niveles de realidades existenciales y experienciales, de realidades potenciales y actuales. La orientación del hombre en la Tierra, su perspicacia cósmica y la dirección de su conducta espiritual se vuelven más elevadas gracias a una mejor comprensión de las realidades del universo y de sus técnicas de interasociación, integración y unificación.» ([LU 106:0.1)
Esta cita revela una técnica, la de la integración del hombre en la ciudadanía universal, el descubrimiento de su lugar en el cosmos y su implicación como actor en el plan divino. Sí, no somos sólo hijos del Padre Universal, somos socios de Dios Supremo, tanto en el desarrollo de nosotros mismos como finalistas potenciales como en el logro de la supremacía, la síntesis del poder-personalidad que traerá, en su poder. tiempo, el surgimiento del Ser Supremo, la madre de todos nosotros.
El hombre mortal, como es una criatura, no es exactamente semejante al Ser Supremo, que es una deidad, pero la evolución del hombre se parece en algunos aspectos al crecimiento del Supremo. El hombre crece conscientemente desde lo material hacia lo espiritual mediante la fuerza, el poder y la perseverancia de sus propias decisiones; también crece a medida que su Ajustador del Pensamiento desarrolla nuevas técnicas para descender desde los niveles espirituales hasta los niveles morontiales del alma; y una vez que el alma ha nacido, empieza a crecer en sí misma y por sí misma. (LU 117:3.6)
La técnica de interasociación, integración y unificación se realiza tanto a nivel personal fusionándonos con nuestro Ajustador del Pensamiento como también a nivel social (o universal) convirtiéndonos en verdaderos ciudadanos cósmicos conscientes de nuestras responsabilidades.
Muy a menudo, durante nuestros grupos de estudio o discusiones sobre la revelación, escucho decir que el conocimiento de los hechos históricos, de la administración del universo o del origen presentado bajo el aspecto YO SOY y de sus personalizaciones no aporta nada a la vida cotidiana del lector. . Otros más afirman que es demasiado “intelectual” o “difícil” y que se contentan con abordar la revelación en términos de sus enseñanzas espirituales para nutrir su vida espiritual.
Yo diría que los dos enfoques, uno mental y otro llamado espiritual, son de hecho y en verdad complementarios; constituyen lo que los autores llaman “conciencia cósmica y percepción espiritual”.
El Mensajero Solitario de Orvontón nos recuerda que la personalidad «tiene un reino cósmico tridimensional de logros» [LU 112:1.5]
«1. La longitud representa la dirección y la naturaleza del progreso —el movimiento a través del espacio y de acuerdo con el tiempo— la evolución.» (LU 112:1.6)
Es la comprensión de significados universales y sus integraciones en la evolución progresiva de nuestra carrera; conciencia cósmica.
«2. La profundidad vertical abarca los impulsos y las actitudes del organismo, los niveles variables de autorrealización y el fenómeno general de reacción al entorno.» (LU 112:1.7)
Es la cooperación con el Ajustador del Pensamiento, la necesidad de construir un carácter fuerte mediante el ejercicio del amor, la misericordia y el servicio desinteresado.
«3. La anchura abarca el ámbito de la coordinación, la asociación y la organización de la individualidad.» (LU 112:1.8)
Es la interasociación, integración y unificación de los dos enfoques con miras a unificar toda la personalidad.
Por lo tanto, la personalidad es capaz de combinar estos dos componentes, la longitud (conciencia cósmica) y la profundidad (percepción espiritual) de la personalidad para lograr la integración en la economía cósmica y la unificación con el Ajustador del Pensamiento.
También podemos presentar esto de otra manera:
El Divino Consejero revela que el Primer Centro Fuente se personaliza [LU 0:1.1] como El Padre Universal. [LU 0:3.10] Ella es a la vez deificada, el Padre Universal, y no deificada, la Primera Fuente-Centro menos el Padre Universal. [LU 0:3.11]
El conocimiento del Padre Universal es de naturaleza espiritual; se hace por fe; es la relación personal que tenemos con él en la adoración: conocemos a Dios como nuestro Padre y esta relación es real porque es revelada por nuestro Ajustador del Pensamiento [LU 1:2.4] Existe desde la llegada de nuestro Ajustador y se cultiva en la vida interior a través del culto. Note que esta revelación primero se establece en nuestra mente; es la conciencia de Dios; la capacidad intelectual para conocer a Dios.
El enfoque del Primer Centro Fuente es de naturaleza mental, buscamos comprenderlo y esa es la diferencia entre conocer y comprender. Esto es lo que nos invita a hacer el Divino Consejero:
«Todos los mundos iluminados reconocen y adoran al Padre Universal, el autor eterno y el sostén infinito de toda la creación. Las criaturas volitivas de un universo tras otro han emprendido el larguísimo viaje hacia el Paraíso, la lucha fascinante de la aventura eterna para alcanzar a Dios Padre. La meta trascendente de los hijos del tiempo es encontrar al Dios eterno, comprender la naturaleza divina, reconocer al Padre Universal. Las criaturas que conocen a Dios sólo tienen una ambición suprema, un solo deseo ardiente, y es volverse, tal como ellas son en sus esferas, semejantes a como él es en su perfección paradisiaca de personalidad y en su esfera universal de justa supremacía. Del Padre Universal que habita la eternidad{2} ha salido el mandato supremo: «Sed perfectos como yo soy perfecto»{3}. Con amor y misericordia, los mensajeros del Paraíso han llevado esta exhortación divina a través de los tiempos y de los universos, incluso hasta las criaturas de origen animal tan humildes como las razas humanas de Urantia.» ([LU 1:0.3)
El conocimiento del Padre Universal es a través de la fe. El Ajustador revela el amor del Padre y crea en nosotros el deseo insaciable de ser como él pero no revela nada sobre el universo en el que vivimos y no puede porque es enteramente espiritual mientras que la Comprensión del plan universal y divino depende de revelaciones que debe ser proporcionado a nosotros en otro lugar.
El conocimiento de Dios (fe) y la comprensión de la Deidad (a través de revelaciones) tiene lugar en la mente humana y Melquisedec nos recuerda:
«La evolución material os ha proporcionado una máquina viviente, vuestro cuerpo; el Padre mismo os ha dotado de la realidad espiritual más pura que se conoce en el universo, vuestro Ajustador del Pensamiento. Pero la mente ha sido puesta en vuestras manos, sometida a vuestras propias decisiones, y es a través de la mente como vivís o morís. Con esta mente y dentro de esta mente es donde tomáis las decisiones morales que os permiten volveros semejantes al Ajustador, es decir semejantes a Dios.» ([LU 111:1.4)
Por lo tanto, necesitamos entender a la Deidad para amar mejor a Dios y hacer Su voluntad. La educación cósmica proporcionada por los reveladores elimina la confusión sobre nuestra relación con la Deidad, enriquece nuestro conocimiento del universo y su administración, revela el plan divino de manera práctica y da una perspectiva real y significativa a nuestra vida y todo esto para que podamos tomar la decisión. decisiones correctas para nuestra supervivencia.
«Si todos los habitantes del gran universo consiguieran relativamente alguna vez vivir plenamente la voluntad de Dios, entonces las creaciones del espacio-tiempo se establecerían en la luz y la vida, y el Todopoderoso, el potencial bajo la forma de deidad de la Supremacía, se volvería entonces un hecho mediante la aparición de la personalidad divina de Dios Supremo.» ([LU 117:0.2)
“LOS MORTALES DE URANTIA están atravesando una gran era de expansión de horizontes y ampliación de conceptos; la evolución de su filosofía cósmica debe acelerarse para seguir el ritmo de la expansión del campo intelectual del pensamiento humano. A medida que su conciencia cósmica se expande, los mortales perciben las interrelaciones de todo lo que encuentran en su ciencia material, su filosofía intelectual y su clarividencia espiritual. Sin embargo, al mismo tiempo que toda esta creencia en la unidad del cosmos, vuestros hombres perciben la diversidad de todas las existencias. A pesar de todos los conceptos relacionados con la invariancia de la Deidad, los hombres se dan cuenta de que viven en un universo de cambio constante y crecimiento experiencial. Independientemente de la realización de la supervivencia de los valores espirituales, los hombres siempre deben contar con las matemáticas y prematemáticas de la fuerza, la energía y el poder. » LU 104:3.2
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