© 2014 Georges Michelson-Dupont
© 2014 Association Francophone des Lecteurs du Livre d'Urantia
ESTRATEGIA Y PRÁCTICA
Georges Michelson-Dupont
georges.michelson-dupont@wanadoo.fr
El objetivo de esta presentación es compartir contigo la experiencia acumulada a lo largo de los años para facilitar y hacer atractivos los grupos de estudio y seminarios. Se basa en gran medida en el estudio y la observación en profundidad de la pedagogía de los reveladores.
«No es suficiente con que los mortales ascendentes conozcan algo sobre las relaciones de la Deidad con la génesis y las manifestaciones de la realidad cósmica; también deberían comprender algo acerca de las relaciones que existen entre ellos mismos y los numerosos niveles de realidades existenciales y experienciales, de realidades potenciales y actuales. La orientación del hombre en la Tierra, su perspicacia cósmica y la dirección de su conducta espiritual se vuelven más elevadas gracias a una mejor comprensión de las realidades del universo y de sus técnicas de interasociación, integración y unificación.» (LU 106:0.1)
El mandato de revelar. Está claramente identificado y expresado en el segundo párrafo de la introducción del Divino Consejero en estos términos: “Expandir la conciencia cósmica y mejorar la percepción espiritual”
Esta frase introduce dos conceptos: “expandir la conciencia cósmica” y “mejorar la percepción espiritual”. Descifraremos un poco más el significado de cada uno pero ya un Melquisedec de Nebadón describe este proceso como una técnica de evolución-revelación (LU 196:3.15)
Detrás de este concepto se esconde una realidad de experiencia: cooperación con el Ajustador del Pensamiento; la mente que de todo corazón busca hacer la voluntad de Dios y el Ajustador del Pensamiento que revela la voluntad de Dios y así produce una dinámica de continua expansión mental y mejora espiritual.
La revelación enseña al hombre mortal que para emprender esta aventura tan magnífica y fascinante a través del espacio y por medio de la progresión del tiempo, debe empezar por organizar sus conocimientos en ideas-decisiones; luego debe ordenarle a la sabiduría que trabaje sin cesar en su noble tarea de transformar las ideas que posee en ideales cada vez más prácticos, pero no obstante celestiales, e incluso en aquellos conceptos que son tan razonables como ideas, y tan lógicos como ideales, que el Ajustador se atreva a combinarlos y espiritualizarlos de tal manera que se encuentren disponibles para esa asociación, en la mente finita, que los convertirá en el verdadero complemento humano ya preparado para la actividad del Espíritu de la Verdad de los Hijos, las manifestaciones espacio-temporales de la verdad del Paraíso —de la verdad universal. La coordinación de las ideas-decisiones, de los ideales lógicos y de la verdad divina constituye la posesión de un carácter justo, el requisito previo para que un mortal sea admitido en las realidades en constante expansión y cada vez más espirituales de los mundos morontiales. (LU 101:6.7)
Conciencia cósmica en expansión: es un proceso intelectual que se ubica en la esfera mental;
Mejorar la percepción espiritual: este es un dominio experiencial personal y sujeto al libre albedrío de la personalidad.
La conciencia de sí mismo consiste en darse cuenta intelectualmente de la realidad de la personalidad; incluye la aptitud para reconocer la realidad de otras personalidades. Indica la capacidad para llevar a cabo experiencias individualizadas en y con las realidades cósmicas, lo que equivale a alcanzar el estado de identidad en las relaciones entre personalidades en el universo. La conciencia de sí mismo conlleva el reconocimiento de la realidad del ministerio mental y el darse cuenta de la independencia relativa del libre albedrío creativo y determinante. (LU 16:8.6)
La autoconciencia es, por tanto, un fenómeno intelectual que permite experimentar realidades cósmicas que se proyectan como una imagen en el marco mental. También es capaz de establecer relaciones individualizadas con otras personalidades. Cuanto más informado por la verdad está el marco mental, el ámbito de elección, más significativas se vuelven las elecciones entre niveles de valores.
En la mansonia número cinco se produce un verdadero nacimiento de la conciencia cósmica. Estáis llegando a tener una mentalidad universal. Éste es en verdad un período de expansión de los horizontes. La mente en expansión de los mortales ascendentes empieza a darse cuenta de que un destino prodigioso y magnífico, un destino celestial y divino, espera a todos aquellos que terminan la ascensión progresiva al Paraíso, la cual ha empezado tan laboriosamente pero de una manera tan alegre y favorable. Aproximadamente en este punto, el ascendente mortal de tipo medio empieza a manifestar un auténtico entusiasmo experiencial por la ascensión a Havona. El estudio se vuelve voluntario, el servicio desinteresado, natural, y la adoración, espontánea. Está brotando un verdadero carácter morontial; se está desarrollando una verdadera criatura morontial. (LU 47:7.5)
En espíritu, la educación que los ascendentes mortales comienzan a emprender en Maisonnia No. 5 se asemeja a la que los reveladores brindan a los estudiantes del Libro de Urantia. Amplian nuestro horizonte ofreciéndonos la descripción de un destino estupendo y magnífico hasta el Cielo. Nos entusiasmamos con la posibilidad de progresar hacia Havona, realmente deseamos estudiar con gusto y servir a nuestros hermanos desinteresadamente.
Todo esto está sucediendo aquí en Urantia y no en Maisonnia #5. ¿Podemos legítimamente preguntarnos si iremos a Maisonnia nº 5 después de habernos repersonalizado en Maisonnia nº 1 y haber cruzado brevemente las otras 4? ¡Qué aventura!
La revelación enseña al hombre mortal que para emprender esta aventura tan magnífica y fascinante a través del espacio y por medio de la progresión del tiempo, debe empezar por organizar sus conocimientos en ideas-decisiones; luego debe ordenarle a la sabiduría que trabaje sin cesar en su noble tarea de transformar las ideas que posee en ideales cada vez más prácticos, pero no obstante celestiales, e incluso en aquellos conceptos que son tan razonables como ideas, y tan lógicos como ideales, que el Ajustador se atreva a combinarlos y espiritualizarlos de tal manera que se encuentren disponibles para esa asociación, en la mente finita, que los convertirá en el verdadero complemento humano ya preparado para la actividad del Espíritu de la Verdad de los Hijos, las manifestaciones espacio-temporales de la verdad del Paraíso —de la verdad universal. La coordinación de las ideas-decisiones, de los ideales lógicos y de la verdad divina constituye la posesión de un carácter justo, el requisito previo para que un mortal sea admitido en las realidades en constante expansión y cada vez más espirituales de los mundos morontiales. (LU 101:6.7)
Jesús enseñó el recurso a las emociones como técnica para detener y concentrar la atención intelectual. A esa mente así despierta y avivada la calificó de puerta de entrada al alma, donde reside esa naturaleza espiritual del hombre que debe reconocer la verdad y responder al llamamiento espiritual del evangelio, a fin de producir los resultados permanentes de las verdaderas transformaciones del carácter. (LU 152:6.4)
Y el Divino Consejero termina su introducción con: “Pero sabemos que un fragmento de Dios habita en la mente humana y que el Espíritu de la Verdad reside en el alma humana. Además, sabemos que estas fuerzas espirituales conspiran para hacer al hombre material capaz de captar la realidad de los valores espirituales y comprender la filosofía de los significados del universo. Pero, con aún mayor certeza, sabemos que estos espíritus de la Presencia Divina pueden ayudar al hombre a apropiarse espiritualmente de toda la verdad ayudando a mejorar la realidad en constante progreso de la experiencia religiosa personal: la conciencia de Dios” (0: Gracias)
El orden en que se ordenaron y presentaron los folletos no es resultado del azar sino de una profunda reflexión por parte de los reveladores. Aunque no nos dicen de manera formal por dónde empezar, podemos deducir indicaciones precisas de algunas de sus reflexiones.
Personalmente encuentro conmovedora y notable esta manera respetuosa con la que sugieren sin imponer nunca, apelando siempre a nuestro pensamiento y animándonos a mejorar nuestra calidad de pensamiento y a especular.
EN LA MENTE de los mortales de Urantia —éste es el nombre de vuestro mundo— existe una gran confusión en cuanto al significado de palabras tales como Dios, divinidad y deidad. Los seres humanos se sienten aún más confundidos e inseguros con respecto a las relaciones entre las personalidades divinas designadas con estos numerosos apelativos. Debido a esta pobreza conceptual acompañada de tanta confusión de ideas, se me ha encargado formular esta exposición preliminar para explicar los significados que deberán atribuirse a ciertos símbolos verbales que se van a utilizar más adelante en estos documentos, que el cuerpo de reveladores de la verdad, de Orvonton, ha sido autorizado a traducir al idioma inglés de Urantia. (LU 0:0.1)
De hecho, la observación demuestra que el aparente hermetismo del lenguaje del Libro de Urantia y la confusión de ideas que resulta de él desaniman a muchos lectores y se convierten en la causa más frecuente de abandono. Por lo tanto, es necesario comenzar con un estudio exhaustivo de la introducción asistido por un lector experimentado que pueda brindar apoyo amoroso y comprensivo al estudiante o nuevo lector. El estudio de los siguientes fascículos será mucho más interesante y adquirirá mucho más significado. Consciente de esto, el Divino Consejero nos advierte que “_Debido a esta pobreza de conceptos asociada con tanta confusión en la ideación, se me ha encargado formular esta declaración introductoria para explicar los significados que deben atribuirse a ciertos símbolos verbales tales como los que pueden ser utilizado en el resto de estos documentos que el cuerpo de narradores de la verdad de Orvonton ha sido autorizado a traducir al idioma inglés de Urantia. (LU 0:0.1)
En la Introducción, el Divino Consejero se compromete a:
Nunca se nos ocurriría escuchar una sinfonía empezando desde otro lugar que no sea el principio. El Libro de Urantia es una sinfonía y debe apreciarse desde el principio. Queremos como prueba de ello la siguiente aclaración proporcionada por el Divino Consejero.
«Por eso, a causa de éstas y de otras razones, la técnica que empleamos para acercarnos al hombre y a sus problemas planetarios es la de embarcarnos en el viaje por el tiempo y el espacio partiendo desde la infinita, eterna y divina Fuente y Centro Paradisiaca de toda realidad con personalidad y de toda existencia cósmica.» (LU 19:1.12)
Así es, pues, como los reveladores presentan los fascículos, comenzando por Dios, el universo central y los superuniversos (Fasc. 1 a 31), continuando a nivel del universo local (Fasc. 32 a 56), luego a nivel de nuestro planeta y su historia (Fasc. 57 a 114) y finalmente introduciendo nuestro destino (Fasc. 115 a 118).
Esta presentación es lógica, coherente y progresiva. Proporciona al estudiante una mayor comprensión intelectual, fortalece la fe e inspira los ideales más elevados.
Los reveladores nos proporcionan los elementos que permitirán “la expansión de nuestra conciencia cósmica y el aumento de nuestra percepción espiritual”. Nos queda emprender con entusiasmo y perseverancia el estudio en profundidad de los fascículos. La cuarta parte, la vida y las enseñanzas de Jesús, inspirará la mente y nutrirá el alma con una relectura del evangelio de Jesús y lo coronará todo.
Al asistir a un grupo de estudio, participas del festín espiritual preparado por personalidades divinas y lo compartes con personalidades humanas; Allí abunda la comida celestial, servida con amor y devoción por los diversos autores del Libro de Urantia. Tu Ajustador del Pensamiento y el Espíritu de la Verdad pueden entonces espiritualizar estos logros intelectuales para tu inspiración.
Un grupo de estudio del Libro de Urantia está formado por personas que desean estudiar en profundidad y compartir en un ambiente de hermandad espiritual las enseñanzas para poder practicarlas en su vida diaria. Normalmente ya han leído el libro completo y tienen una idea de su contenido.
El grupo de estudio debe tener lugar en un lugar propicio para el estudio y el intercambio, debe tener una frecuencia fija de reunión. Es deseable que el horario sea siempre constante para evitar retrasos.
La duración de la reunión varía pero la experiencia demuestra que un día completo de estudio es muy productivo, generalmente en un día de fin de semana. Sin embargo, son posibles otras duraciones, como medio día, o incluso dos o tres horas.
El grupo debe tener un moderador, generalmente el anfitrión o anfitriona, y un «maestro» o persona con un conocimiento sólido del libro cuyo papel sea ayudar a los participantes con un espíritu de amoroso servicio y animar el intercambio. Él o ella tendrá que asegurarse de que las discusiones no “vayan a la deriva”.
Es fundamental contar con un responsable (puede ser el profesor o una secretaria designada) encargado de administrar el grupo y auditar a los recién llegados para garantizar su motivación para participar en el grupo de estudio.
Por último, durante la sesión debe estar disponible una “carta de buena conducta” aceptada por todos. Es fundamental para el buen funcionamiento del grupo de estudio que todos sean autodisciplinados en sus intervenciones, en su comportamiento y en sus comentarios.
Aunque la religión es una experiencia personal, sus frutos son sociales.
La lectura solitaria de los folletos es necesaria pero insuficiente. Muy rápidamente surge el deseo de compartir “la perla de gran precio” y el grupo de estudio es el lugar ideal porque proporciona un espacio privado con un ambiente amigable y estudioso propicio para compartir. Por tanto, es fácil imaginar la función de los grupos de estudio y citaré al menos seis:
El término «maestro» en el contexto de esta presentación es una persona, «un hermano mayor» que tiene un conocimiento profundo del Libro de Urantia y que desea ayudar a los más jóvenes a apropiarse de su contenido sin imponer su punto de vista (veremos (en el próximo capítulo “La estrategia del grupo de estudio” cómo puede convertirse en una “partera” de ideas). En ningún caso es un “maestro”, un “gurú” o alguien que se declara con autoridad para enseñar o que busca gratificación personal. Su trabajo no es remunerado en modo alguno. Su motivación surge naturalmente del haber encontrado a Dios y de su ardiente deseo de servir por amor a sus compañeros.
«El deseo religioso es la búsqueda ávida de la realidad divina. La experiencia religiosa es tener conciencia de haber encontrado a Dios. Y cuando un ser humano encuentra a Dios, el alma de ese ser experimenta tal agitación indescriptible por el triunfo de su descubrimiento, que se ve impulsado a buscar un contacto de servicio afectuoso con sus semejantes menos iluminados, no para revelar que ha encontrado a Dios, sino más bien para permitir que el desbordamiento de bondad eterna que brota de su propia alma refresque y ennoblezca a sus semejantes. La auténtica religión conduce a un servicio social cada vez mayor.» (LU 102:3.4)
Durante el estudio, es muy natural que el maestro dé su interpretación según su entendimiento sobre tal o cual pasaje del Libro de Urantia. Pero este no es el método correcto porque, al hacerlo, el profesor interpreta el pensamiento del autor a riesgo de imponer un punto de vista parcial, subjetivo, inexacto o incluso erróneo. En verdad, todas las aclaraciones, ampliaciones de conceptos y respuestas a las legítimas preguntas de los participantes se encuentran en el propio libro y el método correcto es que el docente las busque y las utilice como «referencias cruzadas», es decir, como «referencias cruzadas». párrafos o pasajes que aclaran la terminología, presentan un punto de vista adicional, realzan un ideal o profundizan tal o cual concepto. Ésta es precisamente la técnica notablemente utilizada por los reveladores para ampliar nuestra comprensión. y ampliar nuestro marco mental.
Una referencia cruzada bien elegida en el contexto de un intercambio determinado puede verdaderamente aclarar, o incluso mejorar profundamente, la percepción espiritual de los participantes. Por ejemplo, en la frase: “Este mandato magnífico y universal de luchar por la perfección de la divinidad es el primer deber y debe ser la mayor ambición de todas las criaturas que se esfuerzan en la creación del Dios de la perfección .” (LU 1:0.4) el término “debe” sorprendió a algunos participantes y sabía de antemano que sería fuente de discusión. El Divino Consejero utiliza aquí el término deber para hacernos reflexionar sobre nuestra responsabilidad de obedecer este mandato. Al elegir hacer referencia al folleto 117, Sección 4, verdaderamente hemos recibido del Poderoso Mensajero una respuesta magistral, clara y significativa a nuestra responsabilidad no sólo como hijos del Padre Universal sino también hacia los miembros de Dios Séptuple.
Algunos participantes experimentaron una emoción espiritual muy grande y este “deber” que había permanecido en el nivel del intelecto realmente se elevó al nivel espiritual del deseo sincero y el reconocimiento de la responsabilidad personal.
Este es el trabajo de preparación que debe hacer un docente antes de la reunión. Recordemos siempre que son los autores del Libro de Urantia quienes «revelan» las verdades superiores aportando su punto de vista sobrehumano y que en consecuencia, son sus escritos a los que debemos estar expuestos y no escuchar la interpretación de un maestro. , por bueno y relevante que sea. El otro beneficio de las referencias cruzadas proviene de exponer a los participantes a enseñanzas de primera mano. Aprenden a “buscar” en el libro cuando están aislados o en casa.
Muchos lectores piensan que es necesario haber hecho grandes estudios para acercarse al estudio del Libro de Urantia. ¡Qué error! La experiencia demuestra que al utilizar un plan de estudio coherente, un método suave y progresivo, con la ayuda de un profesor experimentado y dedicado, dentro de un grupo de estudio amigable, el estudiante simplemente necesita mostrar motivación, determinación y apertura de mente. Naturalmente asumiremos que ya ha encontrado a Dios: ésta es la primera condición para cualquier participación en un grupo de estudio. Sin embargo, debemos reconocer que no todo el mundo está preparado para embarcarse con valentía y disciplina en una aventura tan estimulante y transformadora. Sin embargo, la ambición y el objetivo de cualquier grupo de estudio debería ser poder ofrecer esta oportunidad.
Recordemos simplemente que es Dios mismo, a través de su Fragmento divino, quien se revela a sus criaturas del tiempo en la medida que ellas desean de todo corazón conocerlo, amarlo y hacer su voluntad.
Un enfoque metódico y serio de las enseñanzas de El Libro de Urantia es esencial para el crecimiento de la conciencia cósmica y la mejora espiritual de los participantes. Sin embargo, incluso si los reveladores trabajan para corregir nociones erróneas, reunir y coordinar ideas conocidas y presentar nuevos conceptos, lo hacen en un lenguaje cuya extrema precisión lingüística y exactitud ideacional no siempre entendemos. Por lo tanto, muchas de las afirmaciones que se nos presentan siguen siendo oscuras porque tenemos dificultades para captar su contenido conceptual.
Por lo tanto, debemos emprender un verdadero trabajo intelectual de clarificación, comprensión e intercambio, y es principalmente en un grupo de estudio donde podemos realizar este trabajo con la ayuda de un profesor/lector experimentado.
El docente debe utilizar un método que transforme al lector en alumno, actor de sus descubrimientos y aplicar una estrategia que provoque atracción intelectual, cree una dinámica de progresión, estimule la reflexión y alimente el deseo de compartir. Ésta es la diferencia entre un grupo de lectura y un grupo de estudio. Este último tiene un método, una estrategia y un programa.
Para que sea eficaz, la reunión debe ser preparada con antelación por el profesor.
Por lo tanto, deberá leer e identificar antes de la reunión los términos a explicar, las ideas a explorar en el texto de los reveladores y hacer una lista. También deberá elegir sus referencias cruzadas que arrojarán luz de otra manera sobre los conceptos presentados por los autores.
La experiencia demuestra que este método se basa en los siguientes cuatro principios o taxonomía:
El propósito de las preguntas es estimular el pensamiento.
Nuevamente y con toda discreción, los reveladores llaman nuestra atención sobre preciosas indicaciones en las palabras de Melquisedec de Nebadón:
«La verdad puede ser sólo relativamente inspirada, aunque la revelación sea invariablemente un fenómeno espiritual. Las afirmaciones referentes a la cosmología nunca son inspiradas, pero estas revelaciones tienen un inmenso valor ya que al menos clarifican transitoriamente los conocimientos mediante:»
1. La reducción de la confusión, eliminando con autoridad los errores.
2. La coordinación de los hechos y de las observaciones conocidos o a punto de ser conocidos.
3. El restablecimiento de importantes fragmentos de conocimientos perdidos relacionados con acontecimientos históricos del pasado lejano.
4. El suministro de una información que colma las lagunas vitales existentes en los conocimientos adquiridos de otras maneras.
5. La presentación de unos datos cósmicos de tal forma que ilumine las enseñanzas espirituales contenidas en la revelación que las acompaña. (LU 101:4.5-10)
Así que aquí está la estrategia que han implementado para la expansión de nuestro
conciencia cósmica. Estos 5 puntos constituyen una taxonomía didáctica que constituirá una grilla en la que se basará nuestro cuestionamiento.
Al prepararse para la reunión, el maestro estará interesado en investigar las preguntas que los participantes se harán mientras leen.
«La asociación íntima con otras personas religiosas estimula mutuamente el crecimiento espiritual. El amor suministra el terreno para el crecimiento religioso —una atracción objetiva en lugar de una satisfacción subjetiva— y sin embargo proporciona la satisfacción subjetiva suprema. La religión ennoblece el pesado trabajo común de la vida diaria.» (LU 100:0.2)
La expansión de la conciencia cósmica (conceptos) es un proceso puramente intelectual, es la primera parte del «mandato» de los reveladores. Muy a menudo estos elevados conceptos intelectuales pierden su significado porque el participante no los relaciona con la realidad de su vida. Por lo tanto, durante las discusiones y el intercambio, el profesor estará interesado en llevar estos conceptos al nivel práctico de la vida diaria.
Para ilustrar el enfoque, tomemos el siguiente ejemplo: «espiritualización de la mente», un concepto un tanto vago para muchos participantes.
En primer lugar, el profesor, a través de preguntas juiciosas, llevará al alumno a darse cuenta de que se trata de un proceso de la vida diaria: la elección entre el egoísmo de las tendencias animales y el altruismo de su naturaleza espiritual, la resolución de una tensión entre valores de naturaleza. diferentes niveles. Éste es el secreto de la formación del carácter.
Una vez que el concepto se vincula a la vida cotidiana, se convierte en una realidad experiencial. Luego, el maestro se esforzará por expandir el concepto desde el nivel personal de experiencia al nivel universal de significado, discutiendo las repercusiones y la responsabilidad cósmica que ahora tiene ante su Ajustador del Pensamiento por el crecimiento de la soberanía de Jesús en su universo local, por la soberanía suprauniversal del Ser Supremo y por la Supremacía en general. Finalmente dándole un nombre a este proceso “Supremacía”.
Para ilustrar un concepto o arrojar luz sobre un concepto particular de otra manera, a veces es necesario hacer referencia a otros párrafos dispersos por todo el Libro de Urantia. Esto es lo que yo llamo el cruce de ideas. Los ingleses llaman a este concepto “cross-fertilizing” que es difícil de traducir al francés porque además de la idea de cruce, incorpora la noción de fertilización, es decir la posibilidad de producir una tercera idea mejorada respecto a la anterior. dos ideas relacionadas.
En la experiencia interior del hombre, la mente está unida a la materia. Estas mentes vinculadas a la materia no pueden sobrevivir a la muerte física. La técnica de la supervivencia está incluida en aquellos ajustes de la voluntad humana y en aquellas transformaciones en la mente mortal mediante los cuales ese intelecto consciente de Dios se deja enseñar gradualmente por el espíritu y se deja conducir finalmente por él. Esta evolución de la mente humana desde la asociación con la materia hasta la unión con el espíritu tiene como resultado la transmutación de las fases potencialmente espirituales de la mente mortal en las realidades morontiales del alma inmortal. La mente mortal subordinada a la materia está destinada a volverse cada vez más material y, en consecuencia, a sufrir la extinción final de la personalidad; la mente sometida al espíritu está destinada a volverse cada vez más espiritual y a alcanzar finalmente la unidad con el espíritu divino que sobrevive y la guía, consiguiendo de esta manera la supervivencia y la existencia eterna de la personalidad. (LU 1:3.7)
Después de leer el párrafo y escuchar los comentarios de los participantes, el profesor puede comprometerse a proporcionar información adicional sobre determinadas frases que requieren aclaraciones adicionales:
La frase «ajustes de la voluntad humana» se refiere a la capacidad innata del libre albedrío humano para elegir entre el bien y el mal relativos. Refiriéndose a LU 16:6.4. El participante encontrará una explicación adicional del mecanismo de la mente cósmica en la personalidad. Luego, yendo un poco más allá, en el apartado 8, párrafo 6 del mismo folleto, encontrará las situaciones en las que está comprometido el libre albedrío de la personalidad.
La expresión “Transformaciones en la mente mortal” se refiere a la aceptación incondicional de la mente de ser transformada por el Espíritu que vive en ella y la inspira. En LU 110:3.4 el Mensajero Solitario explica cómo cooperar mejor con el Ajustador y en LU 111:1.3 analiza minuciosamente el marco mental en el que se toman las decisiones de la personalidad.
La expresión «una transmutación de las fases potencialmente espirituales de la mente mortal en las realidades morontiales del alma inmortal». " se refiere de hecho al mecanismo de transposición del contenido espiritual de las acciones humanas por parte del Ajustador del Pensamiento. Una luminosa explicación del proceso se desarrolla en LU 108:5.5 y el maestro será libre de referirse a ella.
Por lo tanto, nos enfrentamos a nuestras responsabilidades y el estudio en profundidad del Libro de Urantia no es algo que deba tomarse a la ligera. Como ocurre con cualquier adquisición de conocimientos, es necesaria una cierta disciplina de estudio.
Como hemos visto, prepararse para la reunión es parte de la estrategia. El docente debe preparar el marco de estudio. Así, identifica y prepara:
Un estudio bien organizado y administrado se basa en una supuesta autodisciplina y en un conjunto de reglas aceptadas por todos, disponibles por escrito en cualquier momento. En algunos casos, y especialmente con los recién llegados, se recomienda leerlos con tacto antes de comenzar.
El principio del estudio en profundidad es la lectura sistemática, por turnos, de cada párrafo seguida de un período de preguntas, debates y puesta en común, dirigido por el profesor, durante el cual todos tienen la oportunidad de expresarse.
Luego, el profesor dirige la discusión utilizando las preguntas que ha preparado a partir del cuadro de 5 elementos así como los cruces que aclararán, o incluso amplificarán, la humanización de los conceptos. Las intervenciones no están limitadas en el tiempo pero el profesor se asegurará de que no se desvíen. Debe asegurarse de que cada participante tenga la oportunidad de expresarse sin monopolizar la palabra.
Con el apoyo del facilitador —profesor:
El grupo de estudio comienza con unos minutos de silencio y meditación durante los cuales cada participante puede pedir ayuda y apoyo a las fuerzas espirituales presentes para el estudio y el intercambio que seguirá.
Opcionalmente un participante puede decir unas palabras de agradecimiento y agradecimiento al Espíritu en nombre del grupo.
Luego el grupo nombra un moderador (normalmente el anfitrión) cuya misión es dar cronológicamente la palabra a quienes deseen hacer comentarios durante la lectura de los párrafos.
Luego, el maestro invita al primer participante a leer el primer párrafo y comentarlo (es decir, a compartir su sentimiento intuitivo en lugar de una interpretación mental). Después de leer, el maestro primero deja que la persona que lee explique su comprensión y haga comentarios. Esta fase del trabajo es fundamental porque nos permite comprender los problemas de los demás y compartir diferentes puntos de vista. Siempre que sea posible, el profesor invitará a todos a hablar, asegurándose de que no sean interrumpidos y de que la conversación no se desvíe de su curso.
Luego, hace preguntas para estimular el pensamiento, ir más allá de las palabras, comenzar el trabajo de estudio y estudio en profundidad. Las referencias cruzadas se leen, se discuten y luego se responden las preguntas.
En el orden en que se sientan los participantes, el profesor se turna para dar la palabra para la lectura y así sucesivamente. Está prevista una pausa de 15 minutos por la mañana y por la tarde.
Al final de la discusión, es bueno recordar cómo vivió cada participante la reunión y si quiere compartir sus intenciones de poner en práctica.
«La idea bárbara de apaciguar a un Dios enojado, de hacerse propicio a un Señor ofendido, de obtener los favores de la Deidad mediante sacrificios y penitencias e incluso por medio del derramamiento de sangre, representa una religión totalmente pueril y primitiva, una filosofía indigna de una época iluminada por la ciencia y la verdad. Estas creencias son completamente repulsivas para los seres celestiales y los gobernantes divinos que sirven y reinan en los universos. Es una afrenta a Dios creer, sostener o enseñar que hace falta derramar sangre inocente para ganar su favor o desviar una cólera divina ficticia.» (LU 4:5.4)
El Divino Consejero denuncia aquí el dogma cristiano de la muerte de Cristo en la cruz para la remisión de los pecados de los hombres.
Todas las miríadas de sistemas planetarios fueron hechos para ser finalmente habitados por numerosos tipos diferentes de criaturas inteligentes, de seres que pudieran conocer a Dios, recibir el afecto divino y amarle a cambio. El universo de universos es la obra de Dios y el lugar donde residen sus diversas criaturas. «Dios creó los cielos y formó la Tierra; estableció el universo y no creó este mundo en vano; lo formó para que fuera habitado»{1}. (LU 1:0.2)
El Divino Consejero revela el propósito trascendente del universo que la ciencia no puede formular para colocar al hombre en un contexto de hermandad cósmica que ilumine su relación personal y espiritual con Dios, su Padre y su amoroso creador.
Hemos llegado al final de esta presentación y tenía muchas ganas de compartir con ustedes algunos años de experiencia adquirida durante la preparación, participación y facilitación de grupos de estudio y seminarios.
Quería presentarles un enfoque educativo eficaz para hacer de los grupos de estudio un lugar donde venimos por placer a compartir, progresar, inspirarnos unos a otros y construir de ahora en adelante la fraternidad humana.
De acuerdo con sus obligaciones y las restricciones impuestas por las autoridades del universo, los autores han recopilado, clasificado, ensamblado y coordinado más de 1000 conceptos humanos que sirvieron de base a la presente revelación de época con el fin de preparar nuestras mentes para recibir nuevas conceptos y mejorar nuestra percepción espiritual. En forma de 197 fascículos, hicieron accesibles las enseñanzas de la revelación a toda persona de buena fe que busca a Dios.
La comisión de revelación entregó el Libro de Urantia antes de su tiempo con el objetivo de atraer a los buscadores de la verdad que debemos, no sólo para elevar su conciencia cósmica y mejorar su percepción espiritual, sino también para convertirnos en vectores vivientes de lecciones de propagación. ¿Somos apóstoles, discípulos, actores o espectadores de la quinta revelación? Depende de cada uno responder a esta extraordinaria aventura según su compromiso y según sus ideales.
Nosotros, que hemos recibido las enseñanzas de El libro de Urantia, participamos activamente en nuestras comunidades de lectura. Es nuestra responsabilidad promover la proliferación de grupos de estudio atractivos a nuestro alrededor, pero la pregunta sigue siendo cómo.
La imagen de las células humanas multiplicándose por división es inspiradora. Cuando un grupo de estudio supera los 12 participantes, puede que sea el momento de formar otro. Antes de que el grupo de estudio alcance la “masa crítica”, los docentes habrán tenido tiempo de capacitarse y podrán unirse al nuevo grupo en capacitación. Los grupos de estudio son como sacos de grano: hay que abrirlos para que proliferen.
En definitiva, el grupo de estudio es el verdadero crisol en el que la comunidad de creyentes crecerá y difundirá el evangelio de Jesús: la paternidad de Dios y la hermandad del hombre.
Gracias a todos.
Georges Michelson-Dupont