© 2012 Halbert Katzen, JD
Identificar temas sobre los que es necesario escribir informes lleva mucho menos tiempo que redactarlos. En consecuencia, cada vez tenemos más informes pendientes de redactar. Aunque esto es un poco frustrante, ¡por supuesto es mucho mejor que la alternativa! A continuación se muestran algunas citas de El Libro de Urantia y enlaces a la información que utilizamos para identificar el tema. Póngase en contacto con nosotros si tiene información adicional que sea relevante para la preparación de uno de nuestros próximos informes.
- El consejo de la domesticación y utilización de los animales. Este consejo estaba dedicado a la tarea de seleccionar y criar a aquellos animales que estaban mejor adaptados para ayudar a los seres humanos a llevar las cargas y trasportarlos a ellos mismos, para servir de alimento, y más adelante para utilizarlos en el cultivo de la tierra. Este cuerpo competente estaba dirigido por Bon.
Se domesticaron diversos tipos de animales útiles ya extintos, así como otros que han continuado siendo animales domésticos hasta nuestros días. El hombre llevaba mucho tiempo viviendo en compañía del perro, y el hombre azul ya había logrado domar al elefante. La vaca había mejorado tanto gracias a una cría esmerada que se convirtió en una valiosa fuente de alimentación; la mantequilla y el queso se volvieron artículos corrientes en el régimen alimenticio humano. Los hombres aprendieron a emplear los bueyes para llevar las cargas, pero el caballo no fue domesticado hasta una fecha posterior. Los miembros de este cuerpo fueron los primeros que enseñaron a los hombres a utilizar la rueda para facilitar la tracción.
Fue en esta época cuando se utilizaron por primera vez las palomas mensajeras; se llevaban en los viajes largos para enviar mensajes o pedir ayuda. El grupo de Bon consiguió amaestrar a los grandes fándores como aves de pasajeros, pero éstos se extinguieron hace más de treinta mil años.LU 66:5.4-6
- La utilización de los animales
Al principio, todo el reino animal era enemigo del hombre; los seres humanos tuvieron que aprender a protegerse de las bestias. El hombre empezó primero a comerse a los animales, pero más tarde aprendió a domesticarlos y a ponerlos a su servicio.
La domesticación de los animales se produjo por casualidad. El salvaje cazaba las manadas poco más o menos como los indios norteamericanos cazaban el bisonte. Rodeaban la manada y podían mantener así el control de los animales, pudiendo matarlos entonces a medida que necesitaban comida. Más tarde construyeron corrales y capturaron manadas enteras.
Fue fácil domar a algunos animales, pero muchos de ellos, al igual que el elefante, no se reproducían en cautividad. Posteriormente se descubrió además que algunas especies de animales se sometían a la presencia del hombre y se reproducían en cautividad. La domesticación de los animales se desarrolló así mediante la cría selectiva, un arte que ha hecho grandes progresos desde los tiempos de Dalamatia.
El perro fue el primer animal que se domesticó, y la difícil experiencia de domarlo empezó cuando cierto perro, después de seguir a un cazador durante todo el día, lo acompañó efectivamente hasta su casa. Durante miles de años, los perros se utilizaron como alimento, para la caza y el transporte, y como animales de compañía. Al principio los perros se limitaban a aullar, pero más tarde aprendieron a ladrar. El agudo sentido del olfato del perro condujo a la idea de que podía ver los espíritus, y así es como surgieron los cultos de los perros fetiches. El empleo de perros guardianes permitió por primera vez que todo el clan pudiera dormir por la noche. Entonces se estableció la costumbre de emplear los perros guardianes para proteger el hogar contra los espíritus, así como contra los enemigos materiales. Cuando el perro ladraba, algún hombre o alguna bestia se acercaba, pero cuando aullaba, los espíritus andaban cerca. Incluso hoy en día, mucha gente cree todavía que el aullido de un perro por la noche es un presagio de muerte.
Cuando el hombre era cazador, era bastante amable con la mujer, pero después de la domesticación de los animales, unido a la confusión ocasionada por Caligastia, muchas tribus trataron a sus mujeres de manera vergonzosa. Las trataron en conjunto de manera muy similar a como trataban a sus animales. El tratamiento brutal que los hombres han infligido a las mujeres constituye uno de los capítulos más sombríos de la historia humana.\footnote
La caravana de Adán había transportado con ella las semillas y los bulbos de cientos de plantas y cereales del primer jardín hasta la tierra situada entre los dos ríos; también habían llevado consigo grandes rebaños y algunos ejemplares de todos los animales domesticados. Esto les proporcionaba grandes ventajas sobre las tribus que los rodeaban. Disfrutaban de muchos beneficios de la cultura anterior del Jardín original.\footnote
1. Los Adamitas entran en Europa (Adamitas = 35.000 a. C. a 15.000 a. C.)
Antes de que los últimos anditas fueran expulsados del valle del Éufrates, muchos hermanos suyos habían penetrado en Europa como aventureros, educadores, comerciantes y guerreros. Durante los primeros tiempos de la raza violeta, la depresión mediterránea estaba protegida por el istmo de Gibraltar y el puente terrestre de Sicilia. Una parte del comercio marítimo inicial del hombre se estableció en estos lagos interiores, donde los hombres azules del norte y los saharianos del sur se encontraron con los noditas y los adamitas del este.
Los noditas habían establecido uno de sus centros culturales más extensos en la depresión oriental del Mediterráneo, y desde allí habían penetrado un poco en el sur de Europa pero principalmente en el norte de África. Los sirios nodito-andonitas de cabeza ancha introdujeron muy pronto la alfarería y la agricultura en sus colonias del delta del Nilo, el cual se elevaba lentamente. Importaron también ovejas, cabras, ganado y otros animales domésticos, e introdujeron métodos muy perfeccionados para trabajar los metales, ya que Siria era entonces el centro de esta industria.
Egipto recibió durante más de treinta mil años una oleada continua de mesopotámicos que trajeron su arte y su cultura para enriquecer la del valle del Nilo. Pero la entrada de una gran cantidad de pueblos del Sahara deterioró enormemente la antigua civilización que existía a lo largo del Nilo, de manera que Egipto alcanzó su nivel cultural más bajo hace unos quince mil años.
Pero en tiempos anteriores, los adamitas habían encontrado pocos obstáculos que impidieran su emigración hacia el oeste. El Sahara era un pastizal abierto sembrado de pastores y agricultores. Estos saharianos nunca se dedicaron a la manufactura, ni tampoco fueron constructores de ciudades. Formaban un grupo índigo-negro que poseía abundantes linajes de las razas verde y anaranjada ya extintas. Pero recibieron una cantidad muy limitada de la herencia violeta antes de que el levantamiento de las tierras y el cambio de los vientos cargados de humedad dispersaran los restos de esta civilización próspera y pacífica.LU 80:1.1-4
Desarrollo de la civilización moderna
2. Los instrumentos de la civilizaciónEl crecimiento de la cultura está basado en el desarrollo de los instrumentos de la civilización. Y los instrumentos que el hombre utilizó para salir del estado salvaje fueron eficaces en la medida exacta en que liberaron las capacidades del hombre para poder realizar otras tareas más elevadas.
Vosotros que vivís ahora en un ambiente moderno de cultura en ciernes y de progreso incipiente en asuntos sociales, vosotros que disponéis realmente de algunos ratos libres para pensar acerca de la sociedad y la civilización, no debéis pasar por alto el hecho de que vuestros antepasados primitivos tenían poco o ningún tiempo libre para poder dedicarlo a la reflexión cuidadosa y a la meditación social.
Los cuatro primeros grandes progresos de la civilización humana fueron:
- El dominio del fuego.
- La domesticación de los animales.
- La esclavización de los cautivos.
- La propiedad privada.
Aunque el fuego, el primer gran descubrimiento, abrió finalmente las puertas del mundo científico, en ese sentido tenía poco valor para el hombre primitivo. Éste se negaba a reconocer que las causas naturales explican los fenómenos vulgares.
Cuando se le preguntaba de dónde venía el fuego, la simple historia de Andón y el pedernal fue rápidamente sustituida por la leyenda de cómo cierto Prometeo lo había robado del cielo. Los antiguos buscaban una explicación sobrenatural para todos los fenómenos naturales que no se encontraban al alcance de su comprensión personal, y muchos modernos continúan haciendo lo mismo. La despersonalización de los fenómenos llamados naturales ha necesitado miles de años, y aún no ha finalizado. Pero la búsqueda sincera, honrada y audaz de las causas verdaderas dio origen a la ciencia moderna: convirtió la astrología en astronomía, la alquimia en química y la magia en medicina.
Durante la era anterior a las máquinas, la única manera que tenía el hombre de realizar un trabajo sin hacerlo él mismo consistía en utilizar un animal. La domesticación de los animales puso en sus manos unas herramientas vivientes cuya utilización inteligente preparó el camino para la agricultura y el transporte. Sin estos animales, el hombre no podría haberse elevado desde su estado primitivo hasta los niveles de la civilización posterior.
La mayoría de los animales que convenían mejor para la domesticación se encontraban en Asia, especialmente en las regiones centrales y del suroeste. Ésta fue una de las razones por las cuales la civilización progresó más rápidamente en esta zona que en otras partes del mundo. Muchos de estos animales habían sido domesticados anteriormente dos veces, y en la época de los anditas fueron domesticados una vez más. Pero el perro había permanecido con los cazadores desde que había sido adoptado por el hombre azul muchísimo tiempo antes.
Los anditas del Turquestán fueron los primeros pueblos que domesticaron una gran cantidad de caballos, y ésta es otra razón por la que su cultura predominó durante tanto tiempo. Hacia el año 5000 a. de J.C., los campesinos de Mesopotamia, el Turquestán y China habían empezado a criar ovejas, cabras, vacas, camellos, caballos, aves de corral y elefantes. Empleaban como bestias de carga el buey, el camello, el caballo y el yak. El hombre mismo fue en cierto momento la bestia de carga. Un jefe de la raza azul tuvo en cierta ocasión una colonia de porteadores de cargas de cien mil hombres.LU 81:2.1-7
Este es un video fascinante sobre los zorros y la genética de la sociabilidad. Se centra en los zorros, pero tiene implicaciones que van mucho más allá de esto, que se abordan directamente en el video. ¡Muy revelador sobre la diferencia entre naturaleza y crianza! Considere los siguientes pasajes en relación con este video:
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Al igual que otros muchos rituales de adoración, el sacrificio, como parte de las devociones religiosas, no tuvo un origen simple y único. La tendencia a doblegarse ante el poder y a postrarse en devota adoración en presencia del misterio se encuentra prefigurada en el servilismo del perro ante su amo. Entre el impulso a adorar y el acto del sacrificio no hay más que un paso. El hombre primitivo medía el valor de su sacrificio por el dolor que padecía. Cuando la idea de sacrificio se vinculó por primera vez al ceremonial religioso, no se concebía ninguna ofrenda que no produjera dolor. Los primeros sacrificios consistieron en actos tales como arrancarse los cabellos, cortarse, mutilarse, partirse los dientes y amputarse los dedos. A medida que avanzó la civilización, estos conceptos rudimentarios del sacrificio fueron elevados al nivel de los rituales de la abnegación, el ascetismo, el ayuno, las privaciones y la doctrina cristiana posterior de la santificación a través de la tristeza, el sufrimiento y la mortificación de la carne. (LU 89:4.1)
Luego se adelantó Simón Celotes para amonestar a Norana. Simón dijo: «Mujer, eres una gentil que habla griego. No es justo que esperes que el Maestro coja el pan destinado a los hijos de la casa favorecida y se lo eche a los perros». Pero Norana rehusó ofenderse por el ataque de Simón. Se limitó a replicar: «Sí, maestro, comprendo tus palabras. No soy más que un perro a los ojos de los judíos, pero en lo que respecta a tu Maestro, soy un perro creyente. Estoy decidida a que él vea a mi hija, porque estoy persuadida de que, con que sólo la mire, la curará. Y ni siquiera tú, buen hombre, te atreverías a privar a los perros del privilegio de conseguir las migajas que puedan caer de la mesa de los hijos» (LU 156:1.5)
La familia canina estaba representada por diversos grupos, principalmente por los lobos y los zorros; la tribu felina, por las panteras y los grandes tigres con dientes de sable; estos últimos aparecieron por primera vez en América del Norte. Las familias felina y canina modernas aumentaron en el mundo entero. Las comadrejas, martas, nutrias y mapaches prosperaron y se desarrollaron en todas las latitudes septentrionales. (LU 61:3.13)
El perro fue el primer animal que se domesticó, y la difícil experiencia de domarlo empezó cuando cierto perro, después de seguir a un cazador durante todo el día, lo acompañó efectivamente hasta su casa. Durante miles de años, los perros se utilizaron como alimento, para la caza y el transporte, y como animales de compañía. Al principio los perros se limitaban a aullar, pero más tarde aprendieron a ladrar. (LU 69:7.4)
Estas seis razas evolutivas están destinadas a mezclarse y a ser realzadas mediante su amalgamación con la progenie de los mejoradores adámicos. Pero antes de que estos pueblos se mezclen, los inferiores y los incapaces son eliminados en su mayoría. El Príncipe Planetario y el Hijo Material, con otras autoridades planetarias adecuadas, se pronuncian sobre la aptitud de los linajes reproductores. La dificultad para ejecutar un programa radical como éste en Urantia consiste en la ausencia de jueces competentes para decidir sobre la aptitud o la incapacidad biológica de los individuos de las razas de vuestro mundo. A pesar de este obstáculo, parece ser que deberíais ser capaces de poneros de acuerdo sobre la exclusión biológica de vuestros linajes más acusadamente incapaces, deficientes, degenerados y antisociales. (LU 51:4.8)
Si las razas actuales de Urantia pudieran liberarse de la maldición de sus estratos más bajos de especímenes degenerados, antisociales, mentalmente débiles y marginados, habría pocas objeciones para llevar a cabo una fusión racial limitada. Y si estas mezclas raciales pudieran producirse entre los tipos más elevados de las diversas razas, habría aún menos objeciones. LU 82:6.4
La sociedad cultural contemporánea es más bien un fenómeno reciente, y este hecho está bien demostrado en la supervivencia actual de unas condiciones sociales tan primitivas como las que caracterizan a los aborígenes australianos y a los bosquimanos y pigmeos de África. Entre estos pueblos atrasados se puede observar algo de la antigua hostilidad tribal, la desconfianza personal y otros rasgos extremadamente antisociales tan característicos de todas las razas primitivas. Estos restos deplorables de los pueblos asociales de los tiempos antiguos atestiguan elocuentemente el hecho de que la tendencia individualista natural del hombre no puede competir con éxito con las organizaciones y asociaciones más potentes y poderosas que promueven el progreso social. Estas razas antisociales atrasadas y desconfiadas, que hablan un dialecto diferente cada sesenta u ochenta kilómetros, demuestran en qué tipo de mundo estaríais viviendo ahora si no hubiera sido por las enseñanzas combinadas del estado mayor corpóreo del Príncipe Planetario y los trabajos posteriores del grupo adámico de mejoradores raciales. (LU 68:1.6)
La asociación social es una forma de seguro de supervivencia, y los seres humanos han aprendido que es beneficiosa; por eso la mayoría de los individuos está dispuesta a pagar las primas de sacrificio de sí mismo y de reducción de la libertad personal que la sociedad exige a sus miembros, a cambio de esta protección colectiva cada vez mayor. En resumen, el mecanismo social de hoy en día es un plan de seguro a base de ensayos y errores, destinado a proporcionar cierto grado de seguridad y protección contra un retorno a las terribles condiciones antisociales que caracterizaban las experiencias iniciales de la raza humana. (LU 81:5.4)
La vida durante esta era es agradable y provechosa. La degeneración y los productos antisociales finales de la larga lucha evolutiva han sido prácticamente eliminados. (LU 52:7.5)