© 2018 Halbert Katzen, JD
Por Halbert Katzen J.D.[1]
En El Libro de Urantia se proporciona una descripción de la ubicación y las características físicas del Jardín del Edén. Se dice que la ubicación fue en una península larga y estrecha que se extendía frente a la costa oriental del mar Mediterráneo. De acuerdo con El Libro de Urantia, Adán y Eva vivieron en este lugar hace unos 38.000 años, y afirma además que esta península se hundió en el mar Mediterráneo hace aproximadamente 34.000 años. La topografía del fondo marino en un área entre Chipre y la costa siria se ajusta a la descripción y parece ser el único área que podría hacerlo. Hoy, este área frente a la costa oriental del mar Mediterráneo cae de forma abrupta, alcanzando rápidamente una profundidad de casi 1.600 metros.
Cuando se publicó El Libro de Urantia en 1955, las lecturas de sonar necesarias para crear un mapa detallado de la cuenca del Mediterráneo oriental no existían. Tales mapas no se crearon hasta décadas después de la publicación de El Libro de Urantia[2].
Según El Libro de Urantia, «Adán y Eva llegaron a Urantia 37.848 años antes del año 1934 de la era cristiana»[3]. Vivieron en «una península larga y estrecha –casi una isla– que sobresalía hacia el oeste desde las costas orientales del Mar Mediterráneo»[4]. «[…] cerca de cuatro mil años [después de que Adán dejara el Jardín] en combinación con una violenta actividad de los volcanes circundantes y la sumersión del puente terrestre que unía Sicilia con África, el fondo oriental del Mar Mediterráneo se hundió, arrastrando bajo las aguas a toda la península edénica»[5]. Estas pocas declaraciones sobre la forma, la ubicación y el destino del Jardín del Edén no son todo lo que El Libro de Urantia tiene que decir sobre este tema. Pero son suficientes para presentar el asunto.
Cuando se publicó en 1955, el mapeo de sonar aún no había proporcionado imágenes suficientemente detalladas del fondo marino del Mediterráneo oriental como para considerar los méritos de las afirmaciones de El Libro de Urantia. Hoy, las imágenes del fondo marino del Mediterráneo, creadas con el uso de tecnología avanzada de sonar que se desarrolló más de treinta años después de la publicación de El Libro de Urantia, revelan correlaciones con todas las declaraciones de El Libro de Urantia sobre la forma, la ubicación y el destino del Jardín del Edén
La historia de El Libro de Urantia sobre Adán y Eva y el Jardín del Edén es considerablemente diferente a la que se encuentra en el Antiguo Testamento. Entre otras cosas, El Libro de Urantia dice que Adán y Eva fueron genéticamente superiores al resto de la humanidad, y proporciona una extensa revisión del papel que ellos y su progenie desempeñaron en el desarrollo de la civilización humana[6]. La investigación genética publicada en 2006, que rastrea una actualización específica en la historia genética de los seres humanos, brinda un poderoso apoyo al relato de El Libro de Urantia. Véase el Informe Adán y Eva.
Junto con los avances en la tecnología de sonar y la investigación genética, la teoría de la tectónica de placas también respalda la historia de El Libro de Urantia sobre Adán y Eva y el Jardín del Edén. Esta teoría ahora ampliamente aceptada, que no se desarrolló hasta unos diez años después de la publicación de El Libro de Urantia, se correlaciona con la descripción que hace el libro del destino del Jardín del Edén. Este informe aborda el problema de la tectónica de placas lo suficiente como para informar a los lectores sobre cómo esto es armonioso con afirmaciones hechas sobre el Jardín del Edén. Vea el informe De Pangea a la tectónica de placas para una apreciación más completa de cómo las declaraciones de El Libro de Urantia sobre geofísica precedieron al amplio apoyo académico que ahora existe con respecto a Pangea (la teoría de que todos los continentes alguna vez estuvieron unidos), la deriva continental, la expansión del fondo marino, y la tectónica de placas.
Antes de revisar exactamente cómo los avances científicos están corroborando las declaraciones de El Libro de Urantia sobre el Jardín del Edén, el primer paso es echar un vistazo a la historia del mapeo del fondo de los océanos de la tierra. El Atlas Ilustrado del Mundo de Life (Life Pictorial Atlas of the World), de 1961, afirma:
El hombre había sido capaz de mapear con bastante precisión las áreas terrestres del globo antes de poder determinar la configuración del fondo de los enormes océanos que ocupaban 361.132.402 kilómetros cuadrados de superficie del mundo. No fue sino hasta 1957-1958, el Año Geofísico Internacional, que los científicos de muchas naciones trabajaron juntos como un gran equipo para compilar un retrato completo de los pisos de los océanos. Los mapas mostrados aquí y en las páginas siguientes incorporan sus hallazgos. [7]
La [Figura 1] es una fotografía tomada de una página de este atlas que muestra el lado oriental del mar Mediterráneo. Debajo de la línea amarilla hay una sombra que atraviesa la cuenca del mar Mediterráneo. Como se puede ver en la [Figura 2], esa línea amarilla es parte de una cuadrícula de longitud y latitud colocada en el globo que fue creada para representar los hallazgos mencionados anteriormente. En el lado superior derecho de la línea de longitud de la [Figura 1] hay una isla. Esta es la isla de Chipre.
El comentario y las imágenes del Atlas Ilustrado del Mundo de la revista Life, de 1961, indican que el mapeo del fondo de los océanos no se había desarrollado lo suficiente cuando se publicó El Libro de Urantia para corroborar las declaraciones que hace sobre el Jardín del Edén. Del mismo modo, un mapa del National Geographic de 1962 del Mediterráneo oriental no está particularmente detallado, ya que proporciona solo unas pocas líneas topográficas y lecturas esporádicas de profundidad (ver [Figura 3]).
Como revela la [Figura 4], en 1982 se hicieron disponibles mejores mapas, que mostraban significativamente más detalles del fondo marino. Compruebe cómo en esta imagen, la costa desciende inmediatamente y hay una cadena montañosa a lo largo de la costa. La porción sur y central de la cuenca mediterránea oriental es generalmente plana, mientras que el área entre la isla de Chipre y la costa tiene una topografía que parece coincidir con la descripción de El Libro de Urantia de una «península larga y estrecha» que se proyecta hacia el oeste desde la costa oriental. Pero aún así, estas imágenes no son tan reveladoras como las que se crearon a partir de lecturas de sonar recopiladas por los rusos en 1989, utilizando tecnología de sonar aún más avanzada.
Conseguir imágenes con suficiente detalle para considerar los méritos de las afirmaciones de El Libro de Urantia supuso utilizar tecnología de sonar desarrollada más de treinta años después de que se publicara el libro. Para apreciar la importancia de estos mapas más detallados, primero debe familiarizarse con las declaraciones específicas hechas en El Libro de Urantia sobre el tamaño, la forma, la ubicación y la topografía del Jardín del Edén, así como su descripción de cómo se hundió esta península al fondo del mar Mediterráneo.
El Libro de Urantia dice:
La comisión encargada del emplazamiento […] Realizó un informe favorable sobre tres emplazamientos posibles: El primero era una isla del Golfo Pérsico; el segundo era un emplazamiento fluvial que fue ocupado más tarde por el segundo jardín [entre los ríos Tigris y Eúfrates]; y el tercero era una península larga y estrecha —casi una isla— que sobresalía hacia el oeste desde las costas orientales del Mar Mediterráneo.
[…]
Esta península mediterránea tenía un clima salubre y una temperatura uniforme; este tiempo estable se debía a las montañas que la rodeaban y al hecho de que esta zona era casi una isla en un mar interior. Llovía abundantemente en las tierras altas circundantes, pero rara vez en el propio Edén. Pero cada noche «se levantaba una niebla», procedente de la extensa red de canales artificiales de riego, que refrescaba la vegetación del Jardín.
El litoral de esta masa de tierra estaba considerablemente elevado, y el istmo que la unía al continente sólo tenía cuarenta y tres kilómetros de ancho en el punto más estrecho. El gran río que regaba el Jardín descendía de las tierras más altas de la península, corría hacia el este por el istmo peninsular hasta llegar al continente, y desde allí atravesaba las tierras bajas de Mesopotamia hasta el lejano mar. Estaba alimentado por cuatro afluentes que se originaban en las colinas costeras de la península edénica, y éstas eran las «cuatro cabeceras» del río que «salía del Edén», y que más tarde se confundieron con los brazos de los ríos que rodeaban al segundo jardín.[8]
[…] Los planes arquitectónicos del Edén preveían viviendas y tierras abundantes para un millón de seres humanos. [9]
[…] Después de que Adán dejara el Jardín, […] noditas inferiores ocuparon la península durante cerca de cuatro mil años; entonces, en combinación con una violenta actividad de los volcanes circundantes y la sumersión del puente terrestre que unía Sicilia con África, el fondo oriental del Mar Mediterráneo se hundió, arrastrando bajo las aguas a toda la península edénica. Al mismo tiempo que se producía esta extensa sumersión, la costa oriental del Mediterráneo se elevó considerablemente. Y éste fue el final de la creación natural más hermosa que Urantia haya albergado jamás. El hundimiento no fue repentino, sino que se necesitaron varios cientos de años para que toda la península se sumergiera por completo.[5:1]
La [Figura 5] y [Figura 6] se proporcionan por cortesía de Robert Sarmast[10]. Se crearon a partir de las lecturas de sonar rusas realizadas en 1989. El color rojo indica dónde comienza la costa. Los tonos marrones representan la tierra. Las áreas en el fondo del océano representadas en turquesa y azul indican una profundidad de 1.200 a 1.500 metros. Las flechas negras en la [Figura 5] y [Figura 6] muestran una distancia de 43 kilómetros. Estas flechas se incluyen porque, según El Libro de Urantia, el «istmo que la unía al continente sólo tenía cuarenta y tres kilómetros de ancho en el punto más estrecho». Estas flechas también ayudan a proporcionar una perspectiva sobre las diferentes escalas que tuvieron que usarse para la dimensión vertical. Al observar la repentina caída vertical de la costa sureste de Chipre, podemos ver que esta distancia vertical en la imagen, que representa aproximadamente 1.600 metros de profundidad, es como dos tercios de la longitud de la flecha negra que representa una distancia de 43 kilómetros. Esta diferencia de escala hace que las alturas se vean más pronunciadas.
En la [Figura 5] y [Figura 6], la topografía entre Chipre y Siria se ajusta razonablemente bien a la descripción en El Libro de Urantia de cómo podría verse una «península larga y estrecha» con «montañas que la rodeaban», y «que sobresalía hacia el oeste desde las costas orientales del Mar Mediterráneo», si se hubiera hundido aproximadamente 1.600 metros debajo del mar Mediterráneo hace unos 33.000 años. La representación en la [Figura 7] de las placas tectónicas que se unen en esta región agregan apoyo adicional a la teoría de que esta formación entre Chipre y Siria se relaciona con la descripción del Jardín del Edén de El Libro de Urantia. Observe cómo la línea al este de Chipre que marca la convergencia de las placas de Anatolia y Sinaí se encuentra precisamente en el área donde se produce la topografía de la «península larga y estrecha».
Geofísicamente hablando, la cuenca del Mediterráneo oriental es un área activa, tanto hoy como en el pasado. Un artículo de 2006 del Geophysics Journal International (GJI) explica algunas de las características fundamentales de este área, al tiempo que reconoce que aún hay más por aprender. Los trabajos de investigación sobre la actividad de la placa tectónica están impregnados de la terminología de esta disciplina. Dadas las numerosas imágenes incluidas en el artículo del GJI (que no es muy largo), es más o menos asequible para alguien que no sea experto en este campo, suponiendo que uno esté dispuesto a buscar las definiciones de algunos de los términos clave. Debido a que la información relevante está suficientemente aportada por la [Figura 7] y porque el apoyo principal para las declaraciones de El Libro de Urantia sobre el Jardín del Edén provienen de las imágenes del sonar, este informe no va a hacer un análisis en profundidad del artículo del GJI. Solo se mencionarán aquellos aspectos que se relacionan más directamente con la interpretación de las imágenes del sonar.
Este área marca la convergencia de tres placas tectónicas. Según el artículo del GJI, «[…] McClusky et al. (2000) presentan en sus mapas dos arcos, uno al norte y otro al sur de Chipre, lo que sugiere que Chipre se comporta como un bloque independiente […]»[11]. Esta declaración sobre el comportamiento independiente de Chipre, junto con el hecho de que Chipre y el área del Jardín del Edén estén separados por la línea que delimita las placas de Anatolia y Sinaí, respalda la teoría de que la topografía entre Chipre y Siria podría haberse hundido en el Mediterráneo independientemente de la actividad geofísica histórica de Chipre.
El artículo del GJI también establece que el «Arco de Chipre está sujeto a subducción, colisión y procesos tectónicos transcurrentes»[12]. A diferencia del lado occidental del arco, donde la placa Nubia está experimentando principalmente un proceso de subducción (hundiéndose por debajo de la placa Anatolia), el lado oriental del arco está experimentando una confluencia de varias fuerzas de placas tectónicas. Con toda probabilidad, estas fuerzas hasta cierto punto distorsionarían la topografía de la península al hundirse en el mar Mediterráneo.
Con estas fuerzas en mente, ahora considere en la [Figura 5] y [Figura 6] las dos áreas elevadas (en color verde) que convergen en la orilla cerca de la línea negra con dos flechas y luego corren más o menos paralelas entre sí cuando se proyectan hacia el oeste desde la orilla oriental del mar Mediterráneo. La convergencia cerca de la costa es consistente con la descripción de El Libro de Urantia de un «istmo» que se estrechaba hasta los «cuarenta y tres kilómetros de ancho». Aunque las áreas elevadas convergen en un espacio de menos de cuarenta y tres kilómetros, la costa aquí es notablemente más accidentada que la costa descendente más suave justo al sur. Precisamente al norte de la convergencia hay una caída más profunda en comparación con todo lo demás al norte. Dada la profundidad hacia el norte, el terreno más accidentado en el rango de cuarenta y tres kilómetros cerca de la costa y la confluencia de las fuerzas de placas tectónicas en esta área, la descripción de El Libro de Urantia del Edén y su destino parece en general consistente con la topografía revelada en la [Figura 5] y [Figura 6].
Además, observe cómo en el lado occidental la línea elevada del norte se rompe y reaparece más al sur a medida que se acerca al extremo sureste de Chipre. También, en su mayor parte, esta cresta norte está menos definida que la cordillera sur. Según la posición de la línea que separa las placas tectónicas en la [Figura 8], parece que el lado norte de lo que sería la península ahora sumergida está situado más directamente sobre la convergencia de las placas. Esto se puede apreciar al notar que el lugar donde la línea de la placa tectónica rompe en la orilla también es la ubicación del extremo más al norte en la línea con dos flechas que se ve en la [Figura 5] y [Figura 6].
La descripción del Libro de Urantia de lo que sucedió con el Jardín del Edén es consistente con:
La [Figura 8] (también proporcionada por cortesía de Robert Sarmast) es útil para considerar los méritos de lo que dice El Libro de Urantia con respecto al tamaño de la península. «Los planes arquitectónicos del Edén preveían viviendas y tierras abundantes para un millón de seres humanos». Curiosamente, la isla de Chipre ofrece una masa de tierra convenientemente ubicada para apreciar cuánta tierra se necesita para un millón de personas. Según la Enciclopedia Británica, la población de toda la isla de Chipre en 2005 era de 968.000 personas y la Wikipedia da una cifra igual[13].
Directamente al sur de la esquina sureste de Chipre, el agua se vuelve particularmente profunda. Usando la [Figura 5] como referencia y comparando la depresión con la línea negra de doble flecha de cuarenta y tres kilómetros de largo, la depresión parece ser de aproximadamente cuarenta y ocho kilómetros de este a oeste y treinta y dos kilómetros de norte a sur. Suponiendo que el lado oriental de esta depresión marca el borde occidental de lo que habría sido el Jardín del Edén, la longitud y el ancho del Edén corresponden aproximadamente al tamaño de Chipre. Chipre es un poco más grande, pero también tiene una serie de montañas que cubren la mayor parte del área interior. El monte Olimpo de Chipre (no confundirlo con su homónimo de Grecia) se eleva hasta 1.952 metros[14]. En contraste, la topografía entre Chipre y Siria que coincide con la descripción del Edén de El Libro de Urantia muestra cadenas más estrechas de «montañas que la rodean» (como la de la costa norte de Chipre), dejando la llanura central del Edén más fácilmente habitable que región central de Chipre.
La última correlación que se hará con la descripción de El Libro de Urantia del Jardín del Edén se refiere a las siguientes dos declaraciones: «El gran río que regaba el Jardín descendía de las tierras más altas de la península, corría hacia el este por el istmo peninsular hasta llegar al continente, y desde allí atravesaba las tierras bajas de Mesopotamia hasta el lejano mar». «Al mismo tiempo que se producía esta extensa sumersión, la costa oriental del Mediterráneo se elevó considerablemente». En la [Figura 10] y [Figura 11] se puede ver una depresión en las montañas que corre paralela al ángulo en el que la península ahora sumergida sobresale de la orilla, y también está alineada con el lugar donde las crestas convergentes se encuentran con la orilla.
En la [Figura 10], la línea en la orilla representa la distancia de cuarenta y tres kilómetros marcada por la línea negra de flechas dobles en la [Figura 5] y [Figura 6]. La línea que se superpone a la [Figura 11] marca la depresión en las montañas que también se puede ver en la [Figura 10] directamente arriba donde aparece el nombre de la ciudad costera Al Lathqiyah. Compruebe también a partir de la [Figura 7] que esta sumersión de las montañas está justo donde se encuentran las placas de Anatolia y Sinaí.
El lado oriental del Mediterráneo fue y sigue siendo un geofísico activo. Es fácil especular acerca de cómo esta área pudo haber sido afectada hace 33,000 años por los cambios de la placa tectónica, los terremotos y la actividad volcánica, y las inundaciones ocasionadas por una inmersión de un puente terrestre desde Sicilia a África. Sin embargo, estas diversas influencias hacen que sea un área difícil para que los geofísicos puedan hacer declaraciones definitivas sobre la historia de este área. Con el tiempo, a medida que los geofísicos continúen desarrollando su comprensión de este área, puede que se desarrollen aún más corroboraciones del Jardín del Edén con respecto a El Libro de Urantia.
Por ahora, al menos los avances en la tecnología de sonar nos permiten ver una topografía entre Chipre y Siria que está en armonía con todas las declaraciones del Libro de Urantia sobre el tamaño, la forma y la ubicación del Jardín del Edén. Incluso la descripción de cómo fluyó el agua de la península se puede correlacionar con la topografía de esta región. Además, la teoría de la placa tectónica, que no se desarrolló hasta más de una década después de su publicación, también respalda la descripción que hace El Libro de Urantia del destino del Edén.
Con un agradecimiento especial a Robert Sarmast. ↩︎
La investigación de los últimos años, que rastrea una actualización específica en la historia genética de los seres humanos, también brinda un poderoso apoyo la narración de la historia de Adán y Eva en El Libro de Urantia. Véase el informe Adán y Eva ↩︎
El Atlas Ilustrado del Mundo de Life (Life Pictorial Atlas of the World), Revista Life y Randy McNally, 1961. Se han convertido las millas cuadradas a km2. ↩︎
La investigación de Robert Sarmast, publicada en Discovery of Atlantis (First Source Publications, 2006), lo llevó a concluir que existe un vínculo entre la mitología de la Atlántida y los relatos religiosos relacionados con Adán y Eva. Él cree que la historia de la Atlántida se desarrolló porque una nueva tribu de personas llegó a ocupar la península edénica desarrollada arquitectónicamente después de que Adán, Eva y su progenie abandonaran este área. Cuando la península se hundió, unos 4.000 años después de que Adán y Eva se fueran, se había disociado con la civilización que habían comenzado. Según la investigación de Sarmast, la conexión entre el Jardín del Edén y la Atlántida es que tenían la misma ubicación geográfica, pero se asociaron con dos culturas diferentes. Sarmast intentó encontrar vestigios de civilización humana en este lugar entre Chipre y Siria. Se puede aprender más sobre su trabajo visitando https://web.archive.org/web/20180417053508/http://discoveryofatlantis.com/ (el enlace original está roto). Muchas gracias a él por permitir que el proyecto UBtheNEWS use las imágenes que se crearon en relación con su trabajo. ↩︎
Shimon Wdowinski, Zvi Ben-Avraham, Ronald Arvidsson, Goran Ekström, Seismotectonics of the Cyprian Arc, enero 2006, Geophysical Journal International, https://academic.oup.com/gji/article/164/1/176/2071574, [Artículo GJI], p. 179. ↩︎
[Artículo GJI] p. 176. ↩︎