© 2008 Halbert Katzen, JD
Preparado por Halbert Katzen, J.D.
[Actualizado 04/30/2008]
El informe sobre la Sábana Santa de Turín es distinto de todos los demás. Típicamente, los informes reflejan el grado de credibilidad de El Libro de Urantia; demuestran cómo nuevos descubrimientos y avances científicos apoyan cada vez más la historia de El Libro de Urantia. En este caso no es el libro el que gana en credibilidad, sino la propia Sábana Santa de Turín.
El Libro de Urantia dice que ciertos ángeles realizaron una «desintegración elemental acelerada por el tiempo» del cuerpo de Jesús\footnote{LU 189:4.7}. Esta afirmación tiene correlaciones intrigantes con la imagen que se encuentra en la Síndone de Turín. Los autores explican que el cuerpo resucitado de Jesús fue como el de un ángel, que su cuerpo físico todavía yacía en la tumba después de la resurrección, y que estos ángeles recibieron permiso, previa petición de un arcángel, para provocar la disolución acelerada de sus restos físicos. Este permiso fue solicitado y otorgado para que no tuvieran que presenciar la putrefacción del cuerpo de Jesús. Las correlaciones tienen que ver principalmente con la naturaleza superficial de la imagen de la Sábana y las teorías actuales sobre el efecto corona y sobre imágenes de medicina nuclear. Además, hay correlaciones intrigantes relacionadas con el Sudario de Oviedo, un paño que se dice que cubrió el rostro de Jesús como parte del proceso del entierro.
Debido a que este informe es radicalmente diferente a cualquiera de los otros, se impone unos comentarios de contexto para apreciar el por qué de este informe y en qué se distingue de los demás.
El objetivo principal de estos informes es documentar e informar al público acerca de las numerosas formas en que los actuales descubrimientos y avances científicos apoyan cada vez más a la historia planetaria narrada en El Libro de Urantia. [1] Su credibilidad, única y especial, se basa en el modo en que la ciencia corrobora cada vez más la información de El Libro de Urantia, información que era inconsistente con las opiniones sostenidas por la mayoría de los académicos, o que simplemente no era ni siquiera considerada por la comunidad científica, cuando El Libro de Urantia se publicó por primera vez en 1955.
No obstante, el objetivo no es intentar probar nada con respecto a los supuestos orígenes sobrehumanos de El Libro de Urantia. (Nadie dice haber escrito El Libro de Urantia; el texto afirma ser de autoría angélica). Sea el grado de credibilidad que pueda tener, estos informes no vienen a afirmar que estas coincidencias demuestren algo sobre sus orígenes o sobre cualquier otra información que se proporciona en sus páginas. El objetivo es simplemente inspirar el interés por El Libro de Urantia [2].
Aunque la investigación científica del Informe del Sudario de Turín, realizada después de 1955, proporciona correlaciones con las afirmaciones hechas en El libro de Urantia sobre lo que le ocurrió al cuerpo de Jesús, estas correlaciones no aumentan significativamente su credibilidad; las correlaciones no son corroboraciones. Dado el contexto más amplio de todos los informes publicados en UBtheNEWS, en todo caso, El libro de Urantia da más credibilidad al Sudario de Turín (TS) que a la inversa. (Se utilizará “TS” para designar al Sudario de Turín, o Sábana Santa de Turín, porque se utiliza comúnmente en la literatura científica a la que se hará referencia en este informe).
El Libro de Urantia es probablemente el único documento en el mundo que da detalles específicos sobre cómo ocurrió la resurrección de Jesús y qué fue exactamente del cuerpo de Jesús. En este sentido, es de esperar que la comunidad cristiana en general, y especialmente aquellas personas que han estado intrigadas por la Sábana de Turín, encuentren esta información extremadamente interesante.
Este informe no revisa detenidamente el gran volumen de literatura científica que se ha desarrollado con respecto a la autenticidad de la Sábana Santa. Las evidencias que se han presentado por diferentes estudiosos y que refutan la autenticidad de la Sábana Santa se ignoran en gran medida en este informe porque aquí sólo se trata de profundizar sobre las intrigantes correlaciones que existen entre la Síndone y El Libro de Urantia; en este informe no se hace ningún intento por ser «académico» o «persuasivo». Simplemente se invita a los lectores a disfrutar de este informe por lo que es, dentro del contexto de sus propias limitaciones y calificaciones autoimpuestas.
Desafíos únicos relacionados con este informe: se abordan brevemente varios desafíos especialmente relacionados con este informe, entre los que se incluyen la presentación del material de El Libro de Urantia, la autenticidad de la Sábana Santa, los problemas de credibilidad y los estándares para establecer una correlación entre la Síndone y El Libro de Urantia.
Citas de El Libro de Urantia: se proporciona una selección de citas relacionadas con este tema para dar al lector la oportunidad de tener una idea general de cómo el libro cuenta la historia, los tipos de detalles que proporciona y la manera en que la cual presenta la información.
Datación de la Síndone de Turín: se proporciona una breve presentación del problema de la datación por carbono 14; luego se examina el significado de una reliquia menos conocida pero estrechamente relacionada, el Sudario de Oviedo, y se analiza cómo estas dos reliquias se relacionan con las declaraciones hechas en El Libro de Urantia.
La imagen: se ofrece una breve revisión de algunos de los aspectos más intrigantes y difíciles de explicar desde el punto de visto científico de la imagen de la Sábana Santa. Además, se revisan algunas de las teorías más actuales que parecen proporcionar pistas importantes respecto a lo que ocurrió. Estos aspectos de la imagen están correlacionados con declaraciones hechas en El Libro de Urantia. Por último, la sección proporciona una lista de algunos de los aspectos menos controvertidos de la Sábana que se relacionan con las declaraciones hechas en El Libro de Urantia.
Conclusión: se consideran algunas declaraciones de El Libro de Urantia que reflejan la sabiduría contraintuitiva asociada con el hecho de permitir que tales reliquias se permitiera que quederan atrás. «Contraintuitivo» con respecto a las declaraciones hechas en El Libro de Urantia sobre la importancia de que Jesús no quisiera dejar reliquias. «Permitir» en el sentido de que, presumiblemente, los lienzos podrían haberse hecho desaparecer junto con el cuerpo.
(En comparación con otros informes de UBtheNEWS, este informe presenta una serie de desafíos únicos. Para una revisión de estos temas, consulte la nota a pie de página más adelante). [3]
No es posible proporcionar citas de El Libro de Urantia que se relacionen con la Sábana Santa sin tocar algunos aspectos teológicos y cosmológicos de El Libro de Urantia. En un esfuerzo por no dejar de lado estos aspectos del libro, que son áreas temáticas muy extensas y detalladas, se harán algunas declaraciones generales para ayudar al lector a comprender mejor el material citado.
Los lectores deben ser conscientes de que no se está haciendo ningún intento por usar terminología teológica y cosmológica como se usan los términos teológicos y cosmológicos en El Libro de Urantia. Más bien se van a usar para las palabras las definiciones comunes del «diccionario» para que aquellos lectores que no están familiarizados con El Libro de Urantia no necesiten una explicación sobre las formas específicas y únicas en que El Libro de Urantia usa dicha terminología.
El Libro de Urantia describe con gran detalle varias órdenes de ángeles y otros seres celestiales, proporcionando una imagen completa de la administración y organización del universo. Estas descripciones se centran especialmente en los diversos mundos a los que vamos cuando, después de la muerte, resucitamos y comenzamos una aventura de desarrollo espiritual progresivo que nos lleva a la perfección espiritual y a la presencia de Dios.
Si bien los siguientes párrafos sobre la teología y la cosmología de El Libro de Urantia sin duda generarán más preguntas que respuestas, también se espera que proporcionen a los lectores una base para comprender, más o menos, las selecciones de El Libro de Urantia que se incluyen como parte de este informe.
Aunque El Libro de Urantia apoya la existencia de un aspecto trinitario del Dios eterno, Jesús no es considerado el Hijo de la Trinidad, como así lo considera la teología cristiana. Más bien, El Libro de Urantia afirma que cuando el Dios infinito y eterno eligió crear la vida en los reinos del tiempo y el espacio, no lo hizo en todo el universo de forma directa, sino que estableció una orden de hijos perfectos para expresar este aspecto creativo de las prerrogativas del Creador. Esta orden de hijos, conocida en El Libro de Urantia como «Hijos Creadores», tiene cada uno asignado un segmento del universo, no muy diferente al modo en que una nación puede dividirse en estados. Cada uno de estos Hijos Creadores, que son «gobernadores» y creadores de su sección del universo (llamados Universos Locales), reflejan una cualidad y expresión únicas de la naturaleza combinada del Padre Universal y el Hijo Eterno. Como un prisma refracta la luz y forma un arco iris de colores, se puede decir que la realidad del espacio-tiempo refracta la luz blanca del Dios eterno en un espectro de colores, y que los Hijos Creadores expresan la personificación perfecta de los potenciales creativos inherentes a la asociación del Padre Universal y del Hijo Eterno. Según El Libro de Urantia, esta es la razón por la que Jesús declaró que «el que me ha visto a mí ha visto al Padre» y por qué se le ha confundido en el cristianismo con el Hijo Eterno.
El nombre de Michael (Miguel en español) se usa en El Libro de Urantia para designar a Jesús en su estado antes de encarnarse en este planeta y después de su resurrección. El nombre de nuestro Universo Local, la zona del universo «gobernada» por Jesús/Michael, es llamada Nebadon. El «ángel» más antiguo en la administración de Nebadon (después de Michael) es conocido como Gabriel. Con respecto a los seres espirituales que están involucrados en la administración de Nebadon, Gabriel quedó a cargo de ellos cuando Michael se encarnó como Jesús. El proceso de encarnación es un evento que ocurre «una vez en la eternidad» y que, entre otras cosas, está diseñado para proporcionar un patrón de expresión de la naturaleza del amor de Dios e inspirarnos en nuestros intentos de alcanzar la perfección divina. Además, se dice que la experiencia de la encarnación complementa la naturaleza existencialmente perfecta de Michael con una contraparte experiencial. La adquisición de esta contraparte experiencial a su naturaleza existencial es lo que proporciona la base para la enseñanza de que después de la resurrección «todo el poder en el cielo y en la tierra» fue puesto en sus manos.
Dicho esto, las personas que no están familiarizadas con El Libro de Urantia deben estar más o menos preparadas para entender razonablemente las siguientes citas selecciones relacionadas con el entierro de Jesús y su resurrección en una nueva forma de existencia:
Mientras tanto, José de Arimatea, acompañado de Nicodemo, había ido a ver a Pilatos para pedirle que les entregara el cuerpo de Jesús a fin de enterrarlo adecuadamente. No era raro que los amigos de las personas crucificadas ofrecieran sobornos a las autoridades romanas para obtener el privilegio de disponer de los cuerpos. José se presentó ante Pilatos con una gran suma de dinero, por si era necesario pagar la autorización de trasladar el cuerpo de Jesús a un sepulcro privado. Pero Pilatos no quiso aceptar dinero por esto. Cuando escuchó la petición, firmó rápidamente la orden que autorizaba a José a dirigirse al Gólgota y tomar inmediatamente plena posesión del cuerpo del Maestro. […]. LU 188:0.3 [4]
Una persona crucificada no podía ser enterrada en un cementerio judío; había una ley que prohibía estrictamente esta manera de proceder. José y Nicodemo conocían esta ley, y en el camino hacia el Gólgota habían decidido enterrar a Jesús en el nuevo sepulcro de la familia de José, tallado en la roca maciza y situado a corta distancia al norte del Gólgota, al otro lado de la carretera que conducía a Samaria. Nadie había sido nunca enterrado en este sepulcro, y consideraron apropiado que el Maestro reposara allí. […]
Hacia las cuatro y media, el cortejo fúnebre de Jesús de Nazaret partió del Gólgota hacia el sepulcro de José, situado al otro lado de la carretera. El cuerpo estaba envuelto en una sábana de lino y lo llevaban cuatro hombres, seguidos por las fieles mujeres de Galilea que habían estado vigilando. Los mortales que llevaron hasta la tumba el cuerpo material de Jesús fueron: José, Nicodemo, Juan y el centurión romano.
Transportaron el cuerpo hasta el sepulcro, una cámara cuadrada de unos tres metros de lado, donde lo prepararon rápidamente para sepultarlo. En realidad, los judíos no enterraban a sus muertos; los embalsamaban. José y Nicodemo habían traído grandes cantidades de mirra y áloes, y entonces envolvieron el cuerpo con unos vendajes empapados en estas soluciones. Cuando terminaron de embalsamarlo, ataron un paño alrededor de la cara, envolvieron el cuerpo en una sábana de lino y lo depositaron respetuosamente en una plataforma del sepulcro.
Después de colocar el cuerpo en la tumba, el centurión hizo señas a sus soldados para que ayudaran a rodar la piedra de cierre delante de la entrada del sepulcro.[…]
Mientras sucedía todo esto, las mujeres estaban ocultas cerca de allí, de manera que lo vieron todo y observaron el lugar donde había sido enterrado el Maestro. Se habían escondido así porque a las mujeres no les estaba permitido asociarse con los hombres en momentos como éste. Estas mujeres pensaban que Jesús no había sido preparado adecuadamente para ser enterrado, y se pusieron de acuerdo para regresar a la casa de José, descansar el sábado, preparar los aromas y los ung"uentos, y volver el domingo por la mañana para preparar convenientemente el cuerpo del Maestro para el descanso de la muerte. Las mujeres que permanecieron así cerca de la tumba este viernes por la noche fueron: María Magdalena, María la mujer de Clopas, Marta (otra hermana de la madre de Jesús) y Rebeca de Séforis.LU 188:1.2-7 [5]
Cuando el Jesús resucitado emergió de su tumba, el cuerpo de carne en el que había vivido y trabajado en la Tierra durante cerca de treinta y seis años yacía todavía allí en el nicho del sepulcro, intacto y envuelto en la sábana de lino, tal como había sido colocado para su descanso el viernes por la tarde por José y sus compañeros. La piedra que tapaba la entrada de la tumba tampoco había sido alterada para nada; el sello de Pilatos permanecía aún intacto; los soldados continuaban de guardia. Los guardias del templo habían estado de servicio sin interrupción; la guardia romana había sido cambiada a medianoche. Ninguno de estos vigilantes sospechaba que el objeto de su desvelo se había elevado a una forma de existencia nueva y superior, y que el cuerpo que estaban custodiando era ahora una envoltura exterior desechada, sin ninguna conexión con la personalidad morontial [6] liberada y resucitada de Jesús.LU 189:1.2 [7]
Su cuerpo material o físico no formaba parte de la personalidad resucitada. Cuando Jesús salió de la tumba, su cuerpo de carne permaneció intacto en el sepulcro. Emergió de la tumba sin desplazar las piedras que cerraban la entrada y sin romper los sellos de Pilatos. LU 189:1.7 [8]
El cuerpo material de Jesús
A las tres y diez […] el jefe de los arcángeles —los ángeles de la resurrección— se acercó a Gabriel y le pidió el cuerpo mortal de Jesús. El jefe de los arcángeles dijo: «No nos está permitido participar en la resurrección morontial de la experiencia de donación de nuestro soberano Miguel; pero quisiéramos que se nos entregaran sus restos mortales para disolverlos inmediatamente. No tenemos la intención de utilizar nuestra técnica de desmaterialización; deseamos simplemente invocar el proceso de la aceleración del tiempo. Ya es suficiente con haber visto al Soberano vivir y morir en Urantia; las huestes celestiales quisieran ahorrarse el recuerdo de soportar el espectáculo de la lenta putrefacción de la forma humana del Creador y Sostenedor de un universo. En nombre de las inteligencias celestiales de todo Nebadon, solicito un mandato que me confiera la custodia del cuerpo mortal de Jesús de Nazaret y que nos autorice a proceder a su disolución inmediata».
Después […] el arcángel portavoz de las huestes celestiales recibió el permiso de disponer de los restos físicos de Jesús tal como estimara conveniente.
Cuando al jefe de los arcángeles le hubieron concedido esta petición, llamó en su ayuda a un gran número de sus semejantes, así como a una multitud de representantes de todas las órdenes de personalidades celestiales; luego, con la ayuda de los intermedios de Urantia, procedió a hacerse cargo del cuerpo físico de Jesús. Este cadáver era una creación puramente material; era literalmente físico; no podía ser sacado de la tumba tal como la forma morontial de la resurrección había podido escapar del sepulcro sellado. Con la ayuda de ciertas personalidades morontiales auxiliares, la forma morontial puede hacerse en ciertos momentos semejante a la del espíritu, de tal manera que puede volverse indiferente a la materia común, mientras que en otros momentos puede volverse discernible y contactable para los seres materiales tales como los mortales del reino.
Mientras se preparaban para sacar el cuerpo de Jesús del sepulcro, antes de disponer de él de una manera digna y respetuosa mediante la disolución casi instantánea, los intermedios secundarios de Urantia recibieron la misión de apartar las piedras de la entrada de la tumba. La más grande de estas dos piedras era una enorme roca redonda, muy parecida a una rueda de molino, que se desplazaba dentro de una ranura cincelada en la roca, de tal manera que se la podía hacer rodar hacia adelante y hacia atrás para abrir o cerrar la tumba. Cuando los guardias judíos y los soldados romanos que estaban de vigilancia vieron, a la tenue luz de la madrugada, que esta enorme piedra empezaba a desplazarse aparentemente por sí sola para abrir la entrada de la tumba —sin ningún medio visible que explicara este movimiento— se sintieron dominados por el temor y el pánico, y huyeron precipitadamente del lugar. Los judíos huyeron a sus casas, y más tarde regresaron al templo para informar a su capitán de estos hechos. Los romanos huyeron hacia la fortaleza de Antonia e informaron al centurión de lo que habían visto en cuanto éste entró de servicio.
Ofreciéndole sobornos al traidor Judas, los dirigentes judíos habían emprendido la sórdida tarea de desembarazarse supuestamente de Jesús, y ahora, al enfrentarse con esta situación embarazosa, en lugar de pensar en castigar a los guardias por haber abandonado su puesto, recurrieron a sobornar a estos guardias y a los soldados romanos. Pagaron una suma de dinero a cada uno de estos veinte hombres y les ordenaron que dijeran a todos: «Mientras estábamos durmiendo por la noche, los discípulos de Jesús nos sorprendieron y se llevaron el cuerpo». Y los dirigentes judíos prometieron solemnemente a los soldados que los defenderían ante Pilatos en el caso de que el gobernador se enterara alguna vez que habían aceptado un soborno.
La creencia cristiana en la resurrección de Jesús se ha basado en el hecho de la «tumba vacía». En verdad es un «hecho» que la tumba estaba vacía, pero ésta no es la «verdad» de la resurrección. La tumba estaba realmente vacía cuando llegaron los primeros creyentes, y este hecho, unido al de la resurrección indudable del Maestro, les llevó a formular una creencia que no era cierta: la enseñanza de que el cuerpo material y mortal de Jesús había resucitado de la tumba. Puesto que la verdad está relacionada con las realidades espirituales y los valores eternos, no siempre se puede construir sobre una combinación de hechos aparentes. Aunque unos hechos individuales pueden ser materialmente ciertos, eso no significa que la asociación de un grupo de hechos deba conducir necesariamente a unas conclusiones espirituales verídicas.
La tumba de José estaba vacía, no porque el cuerpo de Jesús había sido rehabilitado o resucitado, sino porque las huestes celestiales habían recibido el permiso solicitado para aplicarle una disolución especial y excepcional, una vuelta del «polvo al polvo», sin la intervención del paso del tiempo y sin el funcionamiento de los procesos ordinarios y visibles de la descomposición mortal y la corrupción material.
Los restos mortales de Jesús sufrieron el mismo proceso natural de desintegración elemental que caracteriza a todos los cuerpos humanos en la Tierra, excepto que, en lo que se refiere al tiempo, este modo natural de disolución fue enormemente acelerado, apresurado hasta tal punto que se volvió casi instantáneo.LU 189:2.1-8 [9]
Un poco antes de las tres de este domingo por la mañana, cuando los primeros signos del amanecer empezaron a aparecer hacia el este, cinco de estas mujeres partieron hacia la tumba de Jesús. Habían preparado en abundancia unas lociones especiales para embalsamar, y llevaban consigo numerosos vendajes de lino. Tenían la intención de aplicar con más esmero los ungüentos fúnebres en el cuerpo de Jesús y de envolverlo más cuidadosamente en los nuevos vendajes. LU 189:4.3
Las mujeres que salieron con esta misión de ungir el cuerpo de Jesús fueron: María Magdalena, María la madre de los gemelos Alfeo, Salomé la madre de los hermanos Zebedeo, Juana la mujer de Chuza y Susana la hija de Ezra de Alejandría.
Eran aproximadamente las tres y media cuando las cinco mujeres, cargadas con sus ung"uentos, llegaron delante de la tumba vacía. En el momento de salir por la puerta de Damasco, se encontraron con algunos soldados más o menos sobrecogidos de terror que huían hacia el interior de la ciudad, y esto hizo que se detuvieran durante unos minutos; pero como no sucedía nada más, reanudaron su camino.
Se quedaron enormemente sorprendidas cuando vieron que la piedra estaba apartada de la entrada de la tumba, ya que durante el camino habían comentado entre ellas: «¿Quién nos ayudará a apartar la piedra?» Depositaron su carga en el suelo y empezaron a mirarse unas a otras asustadas y con una gran estupefacción. Mientras permanecían allí, temblando de miedo, María Magdalena se aventuró a rodear la piedra más pequeña y se atrevió a entrar en el sepulcro abierto. Esta tumba de José estaba situada en su jardín, en la ladera de la parte oriental de la carretera, y también miraba hacia el este. A esta hora había la suficiente claridad de un nuevo día como para que María pudiera ver el lugar donde había reposado el cuerpo del Maestro, y percibir que ya no estaba allí. En el nicho de piedra donde habían puesto a Jesús, María sólo vio el paño doblado donde había reposado su cabeza y los vendajes con los que había sido envuelto, que yacían intactos y tal como habían descansado en la piedra antes de que las huestes celestiales sacaran el cuerpo. La sábana que lo cubría yacía a los pies del nicho fúnebre.
Después de que María hubo permanecido unos momentos en la entrada de la tumba (al principio no distinguía con claridad cuando entró en ella), vio que el cuerpo de Jesús ya no estaba y que en su lugar sólo quedaban estos lienzos fúnebres, y dio un grito de alarma y de angustia. Todas las mujeres estaban extremadamente nerviosas; habían tenido los nervios de punta desde que encontraron a los soldados dominados por el pánico en la puerta de la ciudad, y cuando María dio este grito de angustia, se aterrorizaron y huyeron a toda prisa. No se detuvieron hasta que hubieron recorrido todo el camino hasta la puerta de Damasco. En ese momento, Juana tomó conciencia de que habían abandonado a María; reunió a sus compañeras y emprendieron el camino de vuelta hacia la tumba.
Mientras se acercaban al sepulcro, la asustada Magdalena, que había sentido aun más terror cuando no encontró a sus hermanas esperándola al salir de la tumba, se precipitó ahora hacia ellas, exclamando con excitación: «No está ahí —¡se lo han llevado!» Las llevó de vuelta a la tumba, y todas entraron y vieron que estaba vacía.
Las cinco mujeres se sentaron entonces en la piedra cerca de la entrada y discutieron la situación. Aún no se les había ocurrido que Jesús había sido resucitado. Habían estado solas todo el sábado, y suponían que el cuerpo había sido trasladado a otro lugar de descanso. Pero cuando reflexionaban sobre esta solución a su dilema, no acertaban a explicarse la colocación ordenada de los lienzos fúnebres; ¿cómo podían haber sacado el cuerpo, si los mismos vendajes en los que estaba envuelto habían sido dejados en la misma posición, y aparentemente intactos, en la plataforma fúnebre?
Mientras estas mujeres estaban sentadas allí a primeras horas del amanecer de este nuevo día, miraron hacia un lado y observaron a un desconocido silencioso e inmóvil. Por un momento se asustaron de nuevo, pero María Magdalena se precipitó hacia él y, pensando que podría ser el jardinero, le dijo: «¿Dónde habéis llevado al Maestro? ¿Dónde lo han enterrado? Dínoslo para poder ir a buscarlo». Como el desconocido no le contestaba a María, ésta empezó a llorar. Entonces Jesús les habló, diciendo: «¿A quién buscáis?» María dijo: «Buscamos a Jesús, que fue enterrado en la tumba de José, pero ya no está. ¿Sabes dónde lo han llevado?» Entonces dijo Jesús: «¿No os dijo este Jesús, incluso en Galilea, que moriría pero que resucitaría de nuevo?» Estas palabras asustaron a las mujeres, pero el Maestro estaba tan cambiado que aún no lo reconocían a la tenue luz del contraluz. Mientras meditaban sus palabras, Jesús se dirigió a Magdalena con una voz familiar, diciendo: «María». Cuando ella escuchó esta palabra de simpatía bien conocida y de saludo afectuoso, supo que era la voz del Maestro, y se precipitó para arrodillarse a sus pies, exclamando: «¡Mi Señor y Maestro!» Todas las demás mujeres reconocieron que era el Maestro el que se encontraba delante de ellas con una forma glorificada, y rápidamente se arrodillaron delante de él. LU 189:4.4-10
Cuando María intentó abrazar sus pies, Jesús le dijo: «No me toques, María, porque no soy como me has conocido en la carne. Con esta forma permaneceré con vosotros algún tiempo antes de ascender hacia el Padre. Pero id todas ahora y decid a mis apóstoles —y a Pedro— que he resucitado y que habéis hablado conmigo».
Después de que estas mujeres se hubieron recobrado del impacto de su asombro, se apresuraron a regresar a la ciudad y a la casa de Elías Marcos, donde contaron a los diez apóstoles todo lo que les había sucedido; pero los apóstoles no estaban dispuestos a creerlas. Al principio pensaron que las mujeres habían visto una visión, pero cuando María Magdalena repitió las palabras que Jesús les había dicho, y cuando Pedro escuchó su nombre, salió precipitadamente de la habitación de arriba, seguido de cerca por Juan, para llegar a la tumba lo más rápidamente posible y ver estas cosas por sí mismo.
Las mujeres repitieron a los otros apóstoles la historia de su conversación con Jesús, pero no querían creer; y no quisieron ir a averiguarlo por sí mismos como hicieron Pedro y Juan.LU 189:4.12-14
Pedro y Juan en la tumba
Mientras los dos apóstoles corrían hacia el Gólgota y la tumba de José, los pensamientos de Pedro alternaban entre el miedo y la esperanza; temía encontrar al Maestro, pero su esperanza se había despertado con la historia de que Jesús le había enviado un mensaje especial. Estaba casi persuadido de que Jesús estaba realmente vivo; se acordaba de la promesa de que resucitaría al tercer día. Aunque parezca extraño, no había pensado en esta promesa desde la crucifixión hasta este momento en que corría hacia el norte a través de Jerusalén. Mientras Juan salía precipitadamente de la ciudad, un extraño éxtasis de alegría y de esperanza brotaba en su alma. Estaba casi convencido de que las mujeres habían visto realmente al Maestro resucitado.
Como Juan era más joven que Pedro, corrió más deprisa que él y llegó primero a la tumba. Juan permaneció en la entrada contemplando la tumba, que se encontraba tal como María la había descrito. Simón Pedro llegó corriendo poco después, entró, y vio la misma tumba vacía con los lienzos fúnebres dispuestos de manera tan particular. Cuando Pedro salió, Juan también entró y lo vio todo por sí mismo; luego se sentaron en la piedra para reflexionar sobre el significado de lo que habían visto y oído. Mientras estaban sentados allí, dieron vueltas en su cabeza a todas las cosas que les habían dicho sobre Jesús, pero no podían percibir claramente lo que había sucedido.
Pedro sugirió al principio que la tumba había sido saqueada, que los enemigos habían robado el cuerpo, y quizás sobornado a los guardias. Pero Juan razonó que la tumba no habría sido dejada de manera tan ordenada si hubieran robado el cuerpo, y también planteó la cuestión de cómo podía ser que los vendajes hubieran sido dejados atrás, y aparentemente tan intactos. Y los dos volvieron a entrar en el sepulcro para examinar más atentamente los lienzos fúnebres. Cuando salieron de la tumba por segunda vez, encontraron a María Magdalena que había vuelto y estaba llorando delante de la entrada. María había ido a ver a los apóstoles con la creencia de que Jesús había resucitado de la tumba, pero cuando todos se negaron a creer su relato, se sintió abatida y desesperada. Anhelaba volver cerca de la tumba, donde pensaba que había escuchado la voz familiar de Jesús.
Mientras María permanecía allí después de la partida de Pedro y Juan, el Maestro se le apareció de nuevo, diciendo: «No dudes; ten el valor de creer en lo que has visto y oído. Vuelve a donde están mis apóstoles y diles de nuevo que he resucitado, que me apareceré a ellos, y que pronto los precederé en Galilea como les prometí».
María se apresuró a volver a la casa de Marcos y contó a los apóstoles que había hablado de nuevo con Jesús, pero no quisieron creerla. Sin embargo, cuando Pedro y Juan regresaron, dejaron de burlarse y se llenaron de temor y de aprensión. LU 189:5.1-5 [10]
Como ya era típico en él, Pedro vaciló emocionalmente todo el día entre la fe y la duda con respecto a la resurrección del Maestro. Pedro no podía olvidar la visión de los lienzos fúnebres que yacían allí en la tumba como si el cuerpo de Jesús se hubiera evaporado desde dentro. […] LU 191:0.4 [11]
Cuando los apóstoles se negaron a creer en el relato de las cinco mujeres que manifestaban que habían visto a Jesús y hablado con él, María Magdalena regresó al sepulcro, y las demás volvieron a la casa de José, donde relataron sus experiencias a la hija de José y a las otras mujeres. Y las mujeres creyeron en sus declaraciones. Poco después de las seis, la hija de José de Arimatea y las cuatro mujeres que habían visto a Jesús fueron a la casa de Nicodemo, donde contaron todos estos sucesos a José, Nicodemo, David Zebedeo y a los otros hombres que estaban allí reunidos. Nicodemo y los demás dudaron de esta historia, dudaron de que Jesús hubiera resucitado de entre los muertos; supusieron que los judíos habían trasladado el cuerpo. José y David estaban dispuestos a creer en el relato, de tal manera que se apresuraron a ir a inspeccionar la tumba, y lo encontraron todo tal como las mujeres lo habían descrito. Fueron los últimos en ver así el sepulcro, porque a las siete y media el sumo sacerdote envió al capitán de los guardias del templo a la tumba para que se llevara los lienzos fúnebres. El capitán los envolvió en la sábana de lino y los tiró por un barranco cercano.LU 190:1.2 [12]
Mucha gente tiene la impresión de que la Sábana Santa de Turín se puede clasificar definitivamente como un fraude debido a las pruebas de datación por carbono que se realizaron en 1988. Sin embargo, la opinión científica sobre el tema no es un asunto ni mucho menos resuelto. Se han planteado numerosos problemas que cuestionan la razonabilidad de utilizar estos resultados para fechar el lienzo. Aparte de otros tipos de pruebas que establecen la edad en aproximadamente 2000 años, la precisión de la datación por carbono es cuestionable por varias razones.
Existen numerosas teorías acerca de por qué la datación por radiocarbono no debe utilizarse para determinar la edad de la Sábana Santa. Debido a que la cobertura en profundidad de estos problemas está disponible en Internet, se recomienda a los lectores que visiten la sección de Para profundizar más para obtener enlaces a diversos artículos que argumentan en contra de sacar conclusiones sobre la Sábana Santa según los resultados de la datación por radiocarbono. Esta sección también incluye una selección de material del sitio web www.Shroud.com, en el que se enumera secuencialmente todos los hechos relacionados que no tienden a estar en disputa con respecto a la Sábana Santa. Esta secuencia se ha editado para incluir sólo eventos relacionados con la datación por radiocarbono.
La validez de la controversia que rodea a la datación por radiocarbono de la Sábana Santa es una proposición generalmente aceptada. La validez de esta controversia se evidencia en la siguiente cita de la página de Wikipedia dedicada a este tema:
Se han realizado varias pruebas en la Sábana Santa, pero los debates sobre su origen continúan. La datación por radiocarbono en 1988 por tres equipos independientes de científicos arrojaron resultados publicados en Nature que indican que la Sábana Santa se fabricó durante la Edad Media, aproximadamente 1300 años después de la vida de Jesús. El análisis de seguimiento publicado en 2005, sin embargo, indicó que la muestra fechada por los equipos se tomó de un área de la Sábana Santa que no formaba parte de la tela original. Este análisis en sí es cuestionado por escépticos como Joe Nickell, que razonan que las conclusiones del autor Raymond Rogers, resultan así «al comenzar primero con la conclusión deseada y trabajar luego hacia atrás hacia la evidencia». El ex editor de Nature, Philip Ball, dijo que la idea de que Rogers dirigió su estudio a una conclusión preconcebida es «injusta» y que Rogers «tiene una historia de trabajo respetable». A partir de 2005, no existe un resultado de datación de carbono universalmente aceptado para la Sábana Santa en la literatura científica.[13]
En 2005, BBC News publicó un informe que explica algunas de las objeciones más recientes a los resultados de la datación por carbono:
La Sábana Santa de Turín es mucho más antigua de lo que sugiere la datación por radiocarbono realizada en la década de 1980, según un nuevo estudio de una publicación revisada por expertos.
Un artículo de investigación publicado en Thermochimica Acta sugiere que el Sudario tiene entre 1.300 y 3.000 años de antigüedad.
Raymond Rogers dice que su investigación y pruebas químicas muestran que el material utilizado en el análisis de radiocarbono de 1988 se cortó de un parche medieval tejido en la Sábana Santa para reparar el daño del incendio.
Argumenta que fue este material el responsable de una fecha no válida asignada a la tela de la Sábana Santa original.
«La muestra de radiocarbono tiene propiedades químicas completamente diferentes a la parte principal de la reliquia de la Sábana Santa», dijo el Sr. Rogers, quien es un químico retirado del Laboratorio Nacional de Los Álamos en Nuevo México, EE.UU.
«Fue vergonzoso tener que estar de acuerdo con ellos», dijo Rogers al sitio web de BBC News.
Michael Minor, vicepresidente de la Asociación Estadounidense de Investigación de la Sábana Santa de Turín, comentó: «Esta es la noticia más importante sobre la Sábana Santa de Turín desde que se anunció la fecha del C-14 en 1988».
La datación C-14 no está en disputa. Pero [la nueva investigación] está diciendo que salieron del área retejida. [14]
Uno de los documentos más recientes y completos producidos sobre la Sábana Santa, Evidencias para probar hipótesis sobre la formación de la imagen de la Síndone de Turín, fue desarrollado por el Grupo ShroudScience en Yahoo! y es el trabajo compuesto de dos docenas de académicos y científicos de todo el mundo con una amplia variedad de excelentes credenciales. En la introducción a este documento se dice:
La Sábana Santa ha sido fechada por radiocarbono en el 1260-1390 d. C. (Damon et al. 1989), pero un gran número de científicos creen que el método utilizado para tomar la muestra y la fiabilidad de la datación por radiocarbono no son satisfactorios porque el lino sufrió muchas vicisitudes (por ejemplo, incendios, restauraciones, agua, exposición al humo de velas y el aliento de los visitantes). Por ejemplo, algunos investigadores han propuesto que el incendio de 1532 probablemente modificó la cantidad de radiocarbono en la Sábana, alterando así su datación, y otros creen en la existencia de un complejo biológico de hongos y bacterias que cubren los hilos de la Sábana en una pátina (Moroni 1997, Garza Valdés 2001). Recientemente se demostró que la muestra de 1988 no es representativa de toda la Sábana (Adler 1999 y 2000, Marino 2000 y 2002, Rogers 2002 y 2005). [15]
Al permanecer dentro de las cuatro esquinas de la Sábana, hay numerosos problemas para aceptar los resultados de la datación por carbono. Sumando poderosamente a la evidencia que llama a la cuestión de la validez de la datación por carbono realizada en la Sábana está su relación con el Sudario de Oviedo.
El Sudario de Oviedo es una reliquia que algunos creen que es el paño de la cara usado en relación con el entierro de Jesús. Debido a las correlaciones que se pueden dibujar entre las manchas de sangre y el tipo de sangre que se encuentra en la Sábana Santa y el Sudario de Oviedo, la datación por carbono en el Sudario pone en duda la validez de la datación por carbono que se realizó en la Sábana, a pesar de que no admite una fecha de 2000 años. Un artículo de On Religion por Terry Mattingly lo expresa de esta manera:
¿Qué pruebas relacionan el Sudario y la Sábana Santa de Turín?
Aquí está la línea de fondo: cuando tomas una foto del Sudario y la pones sobre una foto de la cara y la cabeza de la Sábana Santa, coinciden. «Es increíble», dijo Barrie Schwortz, el fotógrafo oficial del Proyecto de Investigación de la Sábana Santa de Turín de 1978.
Cada uno parece tener manchas de sangre y suero de la boca, nariz, barba y cabello de un hombre que fue golpeado, coronado de espinas y muerto por asfixia, lo cual es consistente con la crucifixión. La sangre en ambos parece ser de tipo AB, aunque algunos no están de acuerdo. La nariz, rota, mide 8 centímetros de largo.
Según Avinoam Danin, un botánico judío de la Universidad Hebrea de Jerusalén, la Sábana Santa de Turín contiene pólenes de una planta de cardo, el Gundelia tournefortii, que crece sólo en Medio Oriente. Esta sería una planta probable a partir de la cual crear una corona de espinas. Los pólenes de esta especie también están en el Sudario. Ambas telas contienen mirra y áloe.
¿Por qué esto importa? El Sudarium Christi ha sido venerado en la catedral de Oviedo, en España, desde el siglo VI o más. Los investigadores afirman que han encontrado documentos que se remontan a la Jerusalén del primer siglo. Esto es difícil de explicar si, como indican las pruebas de carbono-14, la Síndone se creó entre 1260 y 1390 A.D.
«Si estos patrones de sangre provinieran del contacto con la misma cara, eso significa que las fechas medieval dadas por el carbono de la Sábana Santa están separadas en seis o siete siglos y quizás más», dijo Schwortz. «En ese momento, tenemos una serie de preguntas completamente nuevas que debemos hacernos». [16]
Un artículo titulado El sudario de Oviedo: su historia y su relación con la Síndone de Turín de Mark Guscin ofrece esta información adicional:
Una de las reliquias de la catedral de la ciudad de Oviedo, en el norte de España, es una pieza de tela de aproximadamente 84 x 53 cm. No hay imagen en esta tela. Sólo manchas son visibles a simple vista, aunque hay más visible bajo el microscopio. Lo notable de esta tela es que tanto la tradición como los estudios científicos afirman que la tela se usó para cubrir y limpiar el rostro de Jesús después de la crucifixión. Vamos a presentar y examinar estas afirmaciones.
Se sabe que tal paño ha existido en el evangelio de Juan, capítulo 20, versículos 6 y 7. Estos versículos dicen lo siguiente: «Simón Pedro, siguiéndolo, también se acercó, entró en la tumba y vio el paño de lino sobre el suelo, y también la tela que había estado sobre su cabeza; esta no estaba con el paño de lino, sino enrollado en un lugar por sí solo». Juan diferencia claramente entre este paño facial más pequeño, el sudarium, y el lino más grande que había envuelto el cuerpo. [17]
El Libro de Urantia también apoya esta afirmación de que se usó un paño para el rostro en relación con el entierro de Jesús:
«Cuando terminaron de embalsamarlo, ataron un paño alrededor de la cara, envolvieron el cuerpo en una sábana de lino y lo depositaron respetuosamente en una plataforma del sepulcro». [18]
Continuando de nuevo con el artículo:
La historia del sudarium está bien documentada y es mucho más sencilla que la de la Sábana Santa. La mayor parte de la información proviene del obispo de Oviedo, Pelagio (o Pelayo), del siglo XII, cuyas obras históricas son el Libro de los Testamentos de Oviedo y el Chronicon Regum Legionensium.
Según esta historia, el sudarium estuvo en Palestina hasta poco antes del año 614, cuando Jerusalén fue atacada y conquistada por Chosroes II, quien fue rey de Persia desde 590 a 628. Fue sacado de allí para evitar la destrucción en la invasión, primero a Alejandría por el presbítero Felipe, luego a través del norte de África cuando Chosroes conquistó Alejandría en 616. El sudarium entró en España por Cartagena, junto con personas que huían de los persas. El obispo de Écija, Fulgorio, dio la bienvenida a los refugiados y las reliquias, y entregó el cofre, o arca, a Leandro, obispo de Sevilla. Lo llevó a Sevilla, donde pasó algunos años.
San Isidoro fue más tarde obispo de Sevilla y profesor de San Ildefonso, quien a su vez fue nombrado obispo de Toledo. Cuando salió de Sevilla para ocupar su puesto allí, se llevó el cofre. Permaneció en Toledo hasta el año 718. Luego se trasladó más al norte para evitar la destrucción a manos de los musulmanes, quienes conquistaron la mayor parte de la península ibérica a principios del siglo VIII. Primero se guardó en una cueva que ahora se llama Monsacro, a diez kilómetros de Oviedo. El rey Alfonso II hizo construir una capilla especial para el cofre, llamada «Cámara Santa», que luego se incorporó a la catedral.
La fecha clave en la historia del sudarium es el 14 de marzo de 1075, cuando el cofre se abrió oficialmente en presencia del rey Alfonso VI, su hermana doña Urraca y Rodrigo Díaz de Vivar, más conocido como El Cid. Se hizo una lista de las reliquias que estaban en el cofre, y que incluía el sudarium. En el año 1113, el cofre estaba cubierto con un baño de plata, en el que hay una inscripción que invita a todos los cristianos a venerar esta reliquia que contiene la sangre sagrada. El sudarium se ha mantenido en la catedral de Oviedo desde entonces.
[…]
Los estudios médicos no son los únicos que se han realizado en el sudarium. El Dr. Max Frei analizó muestras de polen tomadas de la tela y encontró especies típicas de Oviedo, Toledo, África del Norte y Jerusalén. Esto confirma la ruta histórica descrita anteriormente. No había nada que relacionara la tela con Constantinopla, Francia, Italia o cualquier otro país de Europa.
En 1994 se celebró un congreso internacional en Oviedo, donde se presentaron varios documentos sobre el sudarium. El trabajo del Dr. Frei con el polen fue confirmado y ampliado. Se encontraron especies de polen llamadas «quercus caliprimus», las cuales se limitan al área de Palestina.
También se descubrieron residuos de lo que es más probable que sea mirra y áloe, mencionados directamente en el evangelio de Juan, 19:39-40, «Nicodemo también vino… y trajo una mezcla de mirra y áloes… Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en lienzos con las especias, siguiendo la costumbre judía del entierro». [19]
El Libro de Urantia también afirma el uso de mirra y aloe:
«En realidad, los judíos no enterraban a sus muertos; los embalsamaban. José y Nicodemo habían traído grandes cantidades de mirra y áloes, y entonces envolvieron el cuerpo con unos vendajes empapados en estas soluciones». [20]
Volviendo ahora al artículo de Mark Guscin:
Finalmente, el hecho mismo de que la tela se haya conservado es un signo de su autenticidad, ya que no tiene ningún valor artístico o monetario. Todos los estudios realizados hasta el momento apuntan en una dirección, sin nada que sugiera lo contrario: el sudarium se utilizó para cubrir la cabeza del cuerpo muerto de Jesús de Nazaret desde que fue sacado de la cruz hasta que fue enterrado.
Coincidencias con la Síndone
El sudarium por sí solo ha revelado suficiente información para sugerir que estaba en contacto con el rostro de Jesús después de la crucifixión. Sin embargo, la evidencia realmente fascinante sale a la luz cuando esta tela se compara con la Sábana Santa de Turín.
La primera y más obvia coincidencia es que la sangre en ambas telas pertenece al mismo grupo, a saber, AB.
La longitud de la nariz a través de la cual el edema pleural llegó al sudarium se calculó en ocho centímetros, poco más de tres pulgadas. Esta es exactamente la misma longitud que la nariz en la imagen de la Síndone.
Si la cara de la imagen en la Sábana Santa se coloca sobre las manchas en el sudarium, la coincidencia más obvia es el ajuste exacto de las manchas con la barba en la cara. Como el sudarium se usó para limpiar la cara del hombre, parece que simplemente se colocó en la cara para absorber toda la sangre, pero no se usó en ningún tipo de movimiento de limpieza. [No limpiar la cara es coherente con las tradiciones judías con respecto a la preparación de un cuerpo para el entierro que ha sufrido una muerte violenta.]
También se ve una pequeña mancha procedente del lado derecho de la boca del hombre. Esta mancha es apenas visible en la Sábana Santa, pero el Dr. John Jackson, utilizando el VP-8 y las mejoras fotográficas, ha confirmado su presencia.
Las heridas espinosas en la nuca también coinciden perfectamente con las manchas de sangre en la Sábana Santa.
El Dr. Alan Whanger aplicó la técnica de superposición de imágenes polarizadas al sudarium, comparándola con la imagen y las manchas de sangre en la Sábana Santa. Las manchas frontales en el sudarium muestran setenta puntos de coincidencia con la Síndone, y la parte trasera muestra cincuenta. La única conclusión posible es que el sudarium de Oviedo cubrió la misma cara que la Síndone de Turín.
[…]
Conclusiones
Los estudios sobre el sudarium y la comparación de esta tela con la Síndone son sólo una de las muchas ramas de la ciencia que apuntan a que ambos cubrieron el cuerpo muerto de Jesús. La historia de la tela de Oviedo está bien documentada, y las conclusiones de esto para la datación de la Sábana Santa no necesitan más comentarios. [21]
Las correlaciones cruzadas entre la Sábana Santa, el Sudario de Oviedo y El Libro de Urantia referenciando tanto a un paño facial como a un lienzo de cobertura que se usó para el entierro de Jesús son totalmente consistentes, a excepción de las cuestiones relacionadas con la datación por carbono. Además, todas estas correlaciones también son consistentes con el registro del Nuevo Testamento. La falta de un registro histórico formal, particularmente con respecto a la Sábana Santa y al paradero de esta tela en los varios cientos de años que siguen a los tiempos de Jesús, es consistente con la necesidad de mantener estos objetos en secreto. Durante el período inmediatamente posterior a la crucifixión, habría sido muy peligroso promocionar la posesión de estas reliquias. Estas condiciones y los posteriores tiempos políticos turbulentos en esa área apoyan la creencia de que estas reliquias son auténticas.
Una revisión de las declaraciones de El Libro de Urantia sobre el destino del cuerpo de Jesús proporciona el contexto necesario para apreciar cómo los diversos estudios científicos relacionados con la imagen de la Sábana Santa se correlacionan con El Libro de Urantia:
[…] José y Nicodemo habían traído grandes cantidades de mirra y áloes, y entonces envolvieron el cuerpo con unos vendajes empapados en estas soluciones. Cuando terminaron de embalsamarlo, ataron un paño alrededor de la cara, envolvieron el cuerpo en una sábana de lino y lo depositaron respetuosamente en una plataforma del sepulcro. [22]
[…] El jefe de los arcángeles dijo: «No nos está permitido participar en la resurrección morontial de la experiencia de donación de nuestro soberano Miguel; pero quisiéramos que se nos entregaran sus restos mortales para disolverlos inmediatamente. No tenemos la intención de utilizar nuestra técnica de desmaterialización; deseamos simplemente invocar el proceso de la aceleración del tiempo. […] solicito un mandato que me confiera la custodia del cuerpo mortal de Jesús de Nazaret y que nos autorice a proceder a su disolución inmediata». [23]
Mientras se preparaban para sacar el cuerpo de Jesús del sepulcro, antes de disponer de él de una manera digna y respetuosa mediante la disolución casi instantánea, los intermedios secundarios de Urantia recibieron la misión de apartar las piedras de la entrada de la tumba. [24]
La tumba de José estaba vacía, no porque el cuerpo de Jesús había sido rehabilitado o resucitado, sino porque las huestes celestiales habían recibido el permiso solicitado para aplicarle una disolución especial y excepcional, una vuelta del «polvo al polvo», sin la intervención del paso del tiempo y sin el funcionamiento de los procesos ordinarios y visibles de la descomposición mortal y la corrupción material.
Los restos mortales de Jesús sufrieron el mismo proceso natural de desintegración elemental que caracteriza a todos los cuerpos humanos en la Tierra, excepto que, en lo que se refiere al tiempo, este modo natural de disolución fue enormemente acelerado, apresurado hasta tal punto que se volvió casi instantáneo.
[…] En el nicho de piedra donde habían puesto a Jesús, María sólo vio el paño doblado donde había reposado su cabeza y los vendajes con los que había sido envuelto, que yacían intactos y tal como habían descansado en la piedra antes de que las huestes celestiales sacaran el cuerpo. La sábana que lo cubría yacía a los pies del nicho fúnebre. [25]
Las cinco mujeres se sentaron entonces en la piedra cerca de la entrada y discutieron la situación. Aún no se les había ocurrido que Jesús había sido resucitado. Habían estado solas todo el sábado, y suponían que el cuerpo había sido trasladado a otro lugar de descanso. Pero cuando reflexionaban sobre esta solución a su dilema, no acertaban a explicarse la colocación ordenada de los lienzos fúnebres; ¿cómo podían haber sacado el cuerpo, si los mismos vendajes en los que estaba envuelto habían sido dejados en la misma posición, y aparentemente intactos, en la plataforma fúnebre? [26]
Estas declaraciones plantean tantas preguntas como respuestas. Dejando de lado por un momento las cuestiones relacionadas con una «disolución» / «desintegración elemental» «especial» y «acelerada» del cuerpo de Jesús por parte de los seres sobrehumanos, primero nos enfrentaremos a las cuestiones sobre cuándo y dónde ocurrió exactamente lo que ocurrió.
Aparentemente, fue necesario rodar la piedra para que la disolución pudiera realizarse fuera de la cámara de entierro. ¿Esto implica que las vendas se retiraron con el cuerpo, que la disolución no alteró fundamentalmente las vendas y luego se llevaron de regreso al lugar donde originalmente se colocó el cuerpo? Si es así, ¿por qué? Dos veces El Libro de Urantia se refiere a los vendajes como «aparentemente intactos». Este es un documento bien conocido por su uso preciso del lenguaje. ¿Se hace esto para sugerir que todos (las telas, la Sábana, el sudario, los vendajes y el cuerpo) fueron sacados afuera, que el problema de retirar el cuerpo de los vendajes se manejó de alguna manera por separado antes de la disolución del cuerpo, y que luego todo fue colocado nuevamente dentro?
Se dice que la Sábana Santa tiene una imagen «doble superficial». ¿Podría ser que el proceso de retirar el cuerpo de los vendajes creó una imagen y luego la disolución creó otra?
¿Ocurrió la escena de tal manera que es difícil de explicar? ¿Fueron las cosas hechas intencionalmente por los ángeles para crear una capa extra de misterio? ¿Estaban tratando de evitar que nos volvamos demasiado críticos de cosas que no tenemos ninguna esperanza real de explicar de todos modos?
Resulta claro que si los ángeles que describe El Libro de Urantia realizaron un proceso químico acelerado para hacer desaparacer el cuerpo de Jesús y no desearan dejar atrás muestra alguna de que un proceso fuera de común había sucedido, lo lógico es que hubieran retirado todos los vendajes y telas del cuerpo, lo hubieran dejado completamente desnudo, y luego hubieran procedido a realizar esa disolución.
Con todas estas preguntas y calificaciones en mente, pasemos ahora nuestra atención a los informes científicos relacionados con la imagen de la Sábana que se correlacionan con la información proporcionada en El Libro de Urantia.
El Turin Shroud Center of Colorado tiene un sitio web www.Shroudofturin.com en el que se publica un artículo titulado _The Shroud and Modern Science - An Essa_y (La Síndone y la ciencia moderna - Un ensayo). Este artículo destaca algunas de las características clave del lienzo que son generalmente compatibles con la hipótesis del «efecto corona» para la creación de imágenes. El «efecto corona» es de naturaleza eléctrico y está directamente relacionado con la creación de imágenes de las fotocopias. Con suerte, los lectores no considerarán que sea demasiado exagerado sugerir que la declaración de El Libro de Urantia sobre «la disolución casi instantánea del cuerpo de Jesús» LU 189:2.8. «Los restos mortales de Jesús sufrieron el mismo proceso natural de desintegración elemental que caracteriza a todos los cuerpos humanos en la Tierra, excepto que, en lo que se refiere al tiempo, este modo natural de disolución fue enormemente acelerado, apresurado hasta tal punto que se volvió casi instantáneo». probablemente signifique que algún tipo de actividad eléctrica se asoció con este proceso. Después de revisar algunos de los puntos destacados de The Shroud and Modern Science - An Essay, veremos más de cerca la hipótesis del «efecto corona».
El significado científico del descubrimiento de Pia [la primera persona en fotografiar la Sábana Santa] es doble. Primero, el sombreado de la imagen corporal de la Sábana Santa es como un negativo, donde los tonos de luz y oscuridad se invierten respeto de la forma en que normalmente aparecen en la experiencia visual ordinaria. Es decir, estamos acostumbrados a ver personas con reflejos claros y sombras oscuras. Pero en la Sábana Santa, esta convención de sombreado se invierte. La pregunta inmediata que surge de este resultado es cómo podría ser la Síndone sensiblemente el trabajo de un artista o un artesano. Una persona que trabajara en la Edad Media o antes, aparentemente tendría que trabajar con una estructura de sombreado absolutamente poco familiar y antinatural antes del advenimiento de la fotografía. El segundo aspecto significativo del descubrimiento de Pia es que la densidad de la información (o la correlación con las sutilezas anatómicas de un cuerpo humano) es extremadamente alta, superando con creces la esperada de las interpretaciones artísticas normales de la forma humana. Es por esta razón que la imagen de la Sábana Santa se ha comparado con una fotografía. [27]
Este mismo artículo continúa diciendo:
El 19 de febrero de 1976, Jackson llevó una fotografía de la Sábana Santa al laboratorio de análisis de imágenes de Bill Mottern. La imagen de la Síndone fue observaba con un dispositivo llamado VP-8 Image Analyzer, una computadora analógica que convierte la intensidad de la imagen directamente en relieve vertical. Sorprendentemente, la imagen en relieve se veía anatómicamente bastante plausible, incluso hasta los detalles sutiles de la cara. La figura 3 muestra el relieve VP-8 de la imagen frontal completa del cuerpo de la Síndone, junto con el negativo de la fotografía de Enrie de la que se derivó. Es interesante ver cómo el VP-8 ha interpretado los niveles de relieve correspondientes a las intensidades de varias características de la imagen en la fotografía de Enrie (por ejemplo, cara, pecho, manos, etc.). Claramente, la estructura 3D general de la imagen VP-8 se parece a una forma humana realista.
Si ahora consideramos la imagen facial en relieve, que se muestra en la figura [5], vemos (dentro de las capacidades de resolución del sistema VP-8) que se reproduce con precisión la estructura facial tridimensional completa de un rostro humano normal. Por ejemplo, vemos que la nariz es más alta en elevación que las mejillas, que son más altas que las cuencas de los ojos, etc. También podemos ver que la estructura en relieve de los labios está en una relación tridimensional adecuada con la nariz y las mejillas. Si comparamos con la imagen facial de Enrie, podemos ver precisamente por qué el relieve VP-8 tiene estas características. Vemos que la nariz está representada con mayor relieve porque tiene la intensidad más brillante (ver la figura [5]). Las mejillas son menos brillantes y, en consecuencia, terminan con un menor relieve topográfico que la nariz.
Es importante reconocer que el relieve VP-8 se generó a partir de una función «única» de relieve contra la intensidad aplicada uniformemente en toda la imagen de la Síndone. Por lo tanto, la correlación de intensidad tridimensional es una característica fundamental de la estructura de la imagen en la Síndone. La característica tridimensional es discutida en detalle por Jackson et al.
[…] Además, no conocemos ningún ejemplo artístico de la historia en el que alguien haya pensado en codificar intencionalmente la estructura de intensidad de su obra artística con un significado tridimensional. [28]
El «efecto corona» es una «descarga eléctrica alrededor de un objeto: una descarga luminosa desde la superficie de un objeto que está altamente cargado eléctricamente, causada por la ionización del gas circundante». [29] También se define como «una descarga eléctrica caracterizada por una corona [Un débil resplandor que envuelve al electrodo de campo alto en una descarga de corona, a menudo acompañado por serpentinas dirigidas hacia el electrodo de campo bajo], que se produce cuando una de las dos superficies conductoras (como los electrodos) de diferentes voltajes tiene una forma puntiaguda, dando como resultado un campo eléctrico altamente concentrado en su punta que ioniza el aire (u otro gas) a su alrededor. El efecto corona puede provocar una pérdida de energía en la transmisión de energía eléctrica, y se utiliza en fotocopiadoras y dispositivos de purificación de aire». [30]
La Wikipedia tiene una página dedicada al efecto corona. En su presentación de las aplicaciones comerciales del efecto corona afirma que «la fotografía Kirlian utiliza fotones producidos por el efecto corona» y que «el efecto corona se puede usar para generar superficies cargadas, que es un efecto que se utiliza en la copia electrostática (fotocopiado)». [31]
Se puede decir que el interés científico moderno en la Sábana Santa comenzó en 1898 cuando el fotógrafo italiano Secunda Pia tomó las primeras fotografías de la Sábana Santa. Durante el curso normal de la realización de una impresión fotográfica, Pia notó que la imagen negativa en el Sudario se parecía mucho a un positivo fotográfico, como se puede ver en la figura 2 de arriba. Este descubrimiento suscitó una atención y comenzó un interés científico continuo y creciente en la Sábana Santa hasta el día de hoy. [3:1]
En la Tercera Conferencia Internacional de Dallas sobre la Sábana Santa de Turín, celebrada en septiembre de 2005, Giulio Fanti, Francesco Lattarulo y Oswald Scheuermann presentaron un documento titulado Hipótesis de formación de la imagen corporal basadas en el efecto corona. Giulio Fanti es del Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Padua en Italia. Francesco Lattarulo es del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Electrónica, de la Politécnica de Bari en Italia. El resumen de su informe dice lo siguiente:
El presente artículo propone dos posibles hipótesis de la formación de imagen corporal de la Sábana Santa de Turín (TS) basada en el efecto corona (CD). Un mecanismo de impresión basado en CD demuestra ser el más creíble después de verificar que algunas características de la imagen TS no están totalmente de acuerdo con la hipótesis de un simple estallido de luz propuesto por K. Moran y G. Fanti en 2002.
Los resultados teóricos y experimentales relativos al plasma en el aire se presentan y discuten sobre la base de una comparación con los datos relativos a la TS, tanto a nivel macroscópico como microscópico. Incluso si las hipótesis ambientales en relación con el CD se pueden refinar, los resultados experimentales obtenidos no muestran diferencias apreciables entre las características químicas y físicas de la imagen de la TS. [32]
Una de las propiedades peculiares de la imagen de la Sábana Santa es su superficialidad. La imagen no penetra en las fibras de la tela. Esto no solo tiene relevancia para la forma en que se produce una imagen de efecto corona, sino que, sin la tecnología moderna, hubiera sido extremadamente difícil para un artista producir tal imagen.
Siguiendo con el informe sobre la hipótesis de formación de la imagen a partir del efecto corona, se nos dice:
Quizás el mayor desafío para los investigadores de la Sábana Santa (TS) es explicar cómo se formó la imagen corporal. Algunos investigadores han planteado la hipótesis de que un artista produjo la imagen artificialmente por diferentes medios. Sin embargo, G. Fanti et al. (2005) afirmaron que, entre otros hechos importantes, el color de la imagen reside solo en las fibras más altas en las partes superficiales del tejido; este color reside en la delgada capa de impureza de las superficies externas de las fibras, mientras que la médula de celulosa de las fibras en las áreas de la imagen es incolora. Además, la imagen frontal, al menos la parte correspondiente a la cabeza, es doblemente superficial. Actualmente, ninguna obra de artistas se ha probado capaz de mostrar estas características peculiares.
Muchos investigadores han sugerido un mecanismo de difusión, como R. Rogers (2002), quien propuso que la imagen corporal es el resultado de una reacción química de los gases de descomposición del cadáver con el paño de lino. Sin embargo, esto es inconsistente con algunas de las características discutidas por G. Fanti et al. (2005) que informaron que la imagen corporal no muestra evidencia de signos de putrefacción, en particular alrededor de los labios, y que no hay evidencia de ruptura del tejido (es decir, la formación de productos de descomposición líquidos de un cuerpo). [33]
Observe cómo estos últimos comentarios con respecto a la putrefacción son consistentes con lo que dice El Libro de Urantia sobre este tema, específicamente, «una disolución especial y excepcional, una vuelta del «polvo al polvo», sin la intervención del paso del tiempo y sin el funcionamiento de los procesos ordinarios y visibles de la descomposición mortal y la corrupción material» [34]
La afirmación de El Libro de Urantia de que «los restos mortales de Jesús sufrieron el mismo proceso natural de desintegración elemental que caracteriza a todos los cuerpos humanos en la Tierra, excepto que, en lo que se refiere al tiempo, este modo natural de disolución fue enormemente acelerado, apresurado hasta tal punto que se volvió casi instantáneo», al menos es sugestivo de algún tipo de proceso que involucra energía eléctrica. [35] La «desintegración elemental» presumiblemente involucraría algún tipo de descarga eléctrica o aplicación de corriente eléctrica para acelerar la disolución del cuerpo.
Un artículo fue publicado en 2001, Medicina nuclear y su relevancia para la Sábana Santa de Turín, por August D. Accetta MD, Kenneth Lyons MD, John Jackson PhD, sugiere esta otra hipótesis: «Si de hecho un cadáver creó la imagen que vemos en la Síndone, entonces la fuente de la energía recibida por la tela puede ser la energía de enlace molecular y/o las fuerzas nucleares dentro del cuerpo que interactúan de alguna manera con la tela. La herramienta práctica más cercana que tenemos para estudiar esto hoy es la medicina nuclear». [36]
La introducción a este documento establece:
La Sábana Santa de Turín lleva la imagen de un hombre aparentemente crucificado, químicamente el resultado de algún proceso conjugado de deshidratación, oxidación y posterior carbonilización de la celulosa, cuyo origen es hasta ahora enigmático. Muchas propiedades de la Sábana Santa, sin embargo, se entienden bastante bien. Por ejemplo, se entiende claramente a través del trabajo de STURP y otros que la Síndone en realidad envolvió a alguien en algún momento en el tiempo y que no es el producto de algún artista medieval.
La imagen de la Sábana Santa sugiere bastante la presencia de muchos detalles esqueléticos, por ej. huesos del carpo y metacarpiano, unos 22 dientes, cuencas oculares, fémur izquierdo, pulgares izquierdo y posiblemente derecho flexionados debajo de las palmas de las manos, así como tejido blando y lesiones en el tejidos blando; todo presumiblemente originado por alguna forma de radiación emitida por el cuerpo envuelto. Ningún modelo científico humano ha sido utilizado satisfactoriamente para ofrecer una explicación del origen de esta imagen. Muchos han postulado teorías de formación de imágenes, por ej. La «imagen latente» de Pellicori-Germans y los experimentos de contacto directo de Jackson y otros quien concluyó que tuvieron resultados bastante negativos y efectivamente han sido descartados. Otros han sugerido la difusión. Schwalbe y Rojers, sin embargo, fallaron en las propiedades no limitadas a la nitidez y claridad de la imagen. Investigadores posteriores, como Giles Carter y Thaddeus Trenn, estudiaron la biología de la radiación en un marco teórico y obtuvieron resultados prometedores en términos de superficialidad y claridad de la imagen.
El modelo de radiación humana parece ofrecer la mayor aplicación a la imagen de la Sábana Santa hasta ahora. [37]
Las conclusiones establecen:
El modelo de radiación humana que usamos generó una serie de características con paralelos en la imagen en la Sábana Santa de Turín. Cabe señalar que estos investigadores en ninguna forma afirman que reproducían cualquiera de las características exactas de la imagen de la Sábana Santa. Más bien, aquellas características que son similares pueden potencialmente ayudar a explicar mejor lo que se ve en la Sábana Santa, así como el probable origen general de su imagen. [38]
Este documento no es particularmente largo; se anima a los lectores a echar un vistazo al original. El documento muestra numerosas comparaciones entre las imágenes nucleares y la imagen en la Sábana Santa, así como las correlaciones con los aspectos de imágenes tridimensionales abordados justo antes de la sección del efecto corona. En aras de la brevedad, sólo algunos de los ejemplos se incluyen en este informe. Las imágenes y los comentarios a las imágenes que aparecen aquí provienen del artículo de 2001.
El artículo dice: «En tercer lugar, demostramos que la naturaleza de la radiación emitida es tal que produce una imagen sin un contorno nítido como el de la Sábana Santa». [39]
Con respecto a la iluminación, el artículo dice: «Cuarto, demostramos que la imagen de radiación resultante carece de ningún foco de luz, como la Síndone». [40]
Varios aspectos de la fisiología son igualmente aparentes. «En sexto lugar, el hecho de que los tejidos blandos, la información del esqueleto y la patología en estos tejidos, se puedan visualizar de forma concomitante utilizando el modelo de medicina nuclear, demuestra el paralelo con la Síndone donde se observa lo mismo».
Una de las similitudes más sorprendentes se demuestra en las figuras 12 y 13. «Novena, la proyección isométrica (VP-8) de nuestras imágenes generadas, produjo una sorprendente similitud con la imagen VP-8 de la Síndone en la caída de los dedos izquierdos. Sabiendo que esto se debe a una caída de 75-80% en la intensidad de la señal en nuestra imagen, no debe pasarse por alto su relevancia para el mismo fenómeno en la Síndone y se debe considerar seriamente que es una función de un efecto similar, es decir, una caída repentina dosimétrica de la señal o radiación».[41]
El artículo Medicina nuclear y su relevancia para la Sábana Santa de Turín termina con el siguiente resumen:
El modelo de radiación descrito en este estudio caracterizó gran parte de lo que vemos en la imagen de la Sábana Santa en términos del comportamiento de la radiación emitida por una fuente humana. Creemos que el modelo de medicina nuclear es el mejor disponible en la actualidad para ayudarnos a comprender la imagen de la Sábana Santa. Sentimos que nuestros resultados demostraron de manera plausible que la imagen de la Sábana Santa era el resultado de una emisión organizada y/o una colección organizada de radiación del cuerpo y/o tela respectivamente. [42]
Nuevamente, independientemente de la «aceleración» de la «desintegración elemental», es razonable sospechar que esto podría tener algo que ver con algún tipo de excitación controlada y/o descarga de energía nuclear.
Las cuestiones científicas relacionadas con la imagen de la Sábana Santa son numerosas y complejas. No es el alcance de este informe intentar una evaluación exhaustiva de cómo todos estos aspectos se relacionan con las declaraciones bastante limitadas hechas en El Libro de Urantia con respecto al destino del cuerpo de Jesús. En un esfuerzo por lograr un equilibrio entre limitar la longitud de este informe e intrigar a los lectores con la amplitud del material asociado con el tema, añadimos la siguiente información sin comentarios.
En el informe Evidencias para probar hipótesis sobre la formación de la imagen de la Sábana Santa de Turín, realizado por un par de docenas de académicos y científicos, su introducción concluye con el siguiente párrafo:
Algunos investigadores interesados en los problemas científicos de la Sábana Santa formaron el Grupo ShroudScience en Yahoo para discutir estos problemas a través de Internet. Un primer objetivo planteado por ellos es el relativo a la posible explicación de la formación de la imagen corporal. Para profundizar la discusión de acuerdo con el Método Científico, todos los científicos acordaron definir una lista de evidencias de la Sábana Santa en las cuales basar su debate posterior. Este documento, aún en progreso, presenta la lista de evidencias definidas por los investigadores, que pretenden ser útiles para futuras discusiones. [43]
En su «Lista de hechos y observaciones», estas investigaciones clasifican el material de la siguiente manera:
La lista está subdividida en cuatro tipos diferentes de evidencias:
Los siguientes son extractos seleccionados de esta lista. Debido a que este informe se centra en la formación de la imagen en la Sábana Santa, parte del material se deja fuera, sobre todo lo que se refiere a las correlaciones con respecto a la Sábana Santa que se utiliza en relación con alguien que fue azotado y crucificado. El Libro de Urantia proporciona muchos detalles sobre estos eventos que se correlacionan con la Sábana Santa, pero abordarlos alargaría significativamente el informe sin aumentar verdaderamente el nivel de intriga.
Como si todas las preguntas y controversias en torno a la Sábana Santa no fueran suficientes, El Libro de Urantia hace algunas afirmaciones que sugieren que deberíamos dejar atrás la Sábana Santa, el Sudario de Oviedo, y las vendas.
«6. Con el fin de que no contribuyas innecesariamente a la creación de sistemas estereotipados posteriores de creencias religiosas en Urantia, o de otros tipos de lealtades religiosas no progresivas, te aconsejamos además: No dejes ningún escrito detrás de ti en el planeta. Abstente de escribir en materiales permanentes; ordena a tus asociados que no hagan imágenes u otros retratos de tu aspecto físico. Asegúrate de que nada potencialmente idólatra se quede en el planeta en el momento de tu partida». [45]
Ups.
Lo primero que hizo Jesús [mientras estuvo en las colinas durante cuarenta días después de su bautismo], después de pensar en el plan general de coordinar su programa con el movimiento de Juan, fue revisar en su mente las instrucciones de Emmanuel (una de las cuales hemos citado más arriba). Con cuidado, pensó en el consejo que le había dado con respecto a sus métodos de trabajo y que no debía dejar ningún escrito permanente en el planeta. Nunca más Jesús escribió en nada, excepto en la arena. En su próxima visita a Nazaret, para gran pesar de su hermano José, Jesús destruyó todos sus escritos que se conservaban en las tablas del taller de carpintería y que colgaban de las paredes de la antigua casa.
Si esto fuera una desviación intencional del plan original, no sería el primero, según El Libro de Urantia. El libro dice que Jesús quería enseñar más en términos de la familia de Dios que en términos del reino de Dios, pero que la gente de ese tiempo simplemente no podía manejar la simplicidad de una verdad tan avanzada. Jesús inicialmente tenía la intención de no recurrir a manifestaciones milagrosas para transmitir su mensaje; al final, sus simpatías por los afligidos atrajeron tales fenómenos misericordiosos. Incluso el convertir agua en vino se retrata como resultado de ceder al deseo irresistible de hacer feliz a su madre.
La pregunta que debe hacerse es «¿por qué los ángeles dejarían estas reliquias atrás?» Y no sólo dejarlas atrás. Las doblaron y las colocaron. Y aparentemente, los ángeles hicieron algo misterioso en relación con los vendajes porque El Libro de Urantia, un libro conocido por ser preciso con el lenguaje y coherente internamente, se refiere dos veces a los vendajes como «aparentemente intactos» y también se refiere a ellos una vez como simplemente «intactos».
En el nicho de piedra donde habían puesto a Jesús, María sólo vio el paño doblado donde había reposado su cabeza y los vendajes con los que había sido envuelto, que yacían intactos y tal como habían descansado en la piedra antes de que las huestes celestiales sacaran el cuerpo. La sábana que lo cubría yacía a los pies del nicho fúnebre.LU 189:4.6 [^50]
Las cinco mujeres […] suponían que el cuerpo había sido trasladado a otro lugar de descanso. Pero cuando reflexionaban sobre esta solución a su dilema, no acertaban a explicarse la colocación ordenada de los lienzos fúnebres; ¿cómo podían haber sacado el cuerpo, si los mismos vendajes en los que estaba envuelto habían sido dejados en la misma posición, y aparentemente intactos, en la plataforma fúnebre?LU 189:4.6 [46]
Simón Pedro llegó corriendo poco después, entró, y vio la misma tumba vacía con los lienzos fúnebres dispuestos de manera tan particular.LU 189:5.2 [47]
Pedro sugirió al principio que la tumba había sido saqueada, que los enemigos habían robado el cuerpo, y quizás sobornado a los guardias. Pero Juan razonó que la tumba no habría sido dejada de manera tan ordenada si hubieran robado el cuerpo, y también planteó la cuestión de cómo podía ser que los vendajes hubieran sido dejados atrás, y aparentemente tan intactos. Y los dos volvieron a entrar en el sepulcro para examinar más atentamente los lienzos fúnebres.LU 189:5.3 [48]
Quizás todos estos misterios sean parte del plan. Tal vez las vendas quedaron aparentemente intactas para hacer que toda la escena fuera imposible de explicar. Tal vez el sudario y el lienzo del entierro se doblaron y separaron entre sí para ayudar a asegurar que las distintas piezas de tela fueran distinguibles y se notaran más fácilmente, de modo que, 2000 años después, despertemos nuestra curiosidad para fomentar el interés y la intriga.
Es justo conjeturar que la disposición a interesarse por estas cosas tiene más valor espiritual que el simple hecho de recibir respuestas.
Tal vez El Libro de Urantia no da detalles sobre si se encontró la Sábana Santa, sólo que se arrojó por un precipicio, para que esto pudiera desarrollarse como parte de la cultura humana. Quizás «los que están en lo alto» podrían prever que pasarían unos pocos miles de años antes de que la humanidad estuviera preparada para apreciar algunas de las verdades espirituales más avanzadas que cayeron en oídos sordos durante ese período de tiempo.
Por ejemplo, El Libro de Urantia revela que Jesús ordenó a las mujeres que predicaran el mensaje del evangelio. El estatus social de las mujeres no estaba lo suficientemente avanzado en aquella época como para que esta información encontrara su camino hacia el Nuevo Testamento. Hoy el mundo es diferente. Ahora hemos madurado lo suficiente como para manejar una presentación más completa de los aspectos del ministerio de Jesús que son consistentes con la enseñanza de que ante Dios no hay hombre ni mujer.
Sin duda, este informe plantea muchas más preguntas que respuestas. Pero como dice el dicho, «algunos misterios están destinados a ser vividos, no resueltos». «No os desaniméis; la evolución humana continúa avanzando, y la revelación de Dios al mundo, en Jesús y por Jesús, no fracasará» [49]
Según El Libro de Urantia, «de todos los conocimientos humanos, el que posee mayor valor es el de conocer la vida religiosa de Jesús y la manera en que la vivió».[50] Y este es realmente el punto principal. Este informe sobre la Sábana Santa de Turín se ofrece principalmente como una forma de fomentar la consideración de la presentación ampliada y extremadamente detallada de la vida de Jesús que se encuentra en El Libro de Urantia. Aprender acerca de la vida de Jesús en El Libro de Urantia es infinitamente más valioso que tratar de resolver y ser consciente de los misterios relacionados con la Sábana Santa de Turín.
La palabra “Urantia”, que denota Tierra, es una palabra acuñada en El libro de Urantia, con el significado etimológico de “(tu) lugar en los cielos”. ↩︎
Uno naturalmente se pregunta si un libro que muestra un patrón de estar a la vanguardia de los descubrimientos científicos en una amplia variedad de temas también podría ser claramente valioso con respecto a lo que dice sobre teología, cosmología y filosofía. Aquellos de nosotros que estamos desarrollando el proyecto UBtheNEWS, por supuesto, tenemos una opinión muy alta de estos otros aspectos del libro y alentamos la consideración del texto completo. Esto no se hace con un objetivo “secreto” de lograr que la gente se una a algo, haga algo o compre algo. (El libro de Urantia puede leerse o escucharse en su totalidad de forma gratuita en línea). Más bien, confiamos en que la gente lo utilice de maneras que sean edificantes, tanto individual como colectivamente. UBtheNEWS es un proyecto independiente creado por entusiastas de El Libro de Urantia y no está en deuda con ninguna otra organización relacionada con El libro de Urantia, a pesar de que algunos de estos grupos trabajan en cooperación con UBtheNEWS de diversas maneras. ↩︎
Desafíos únicos relacionados con este informe
La presentación de material para este informe presenta varios desafíos. Estos desafíos serán tratados en orden e incluyen:
1. La presentación de citas de El Libro de Urantia relacionadas con el entierro de Jesús y lo que le pasó a su cuerpo.
2. Las cuestiones de autenticidad que rodean la Sábana Santa de Turín.
3. Los problemas de credibilidad asociados con la interacción entre la Sábana Santa y El Libro de Urantia.
4. Las correlaciones entre temas científicos relacionados con la Síndone y declaraciones hechas en El Libro de Urantia sobre las piezas de tela relacionadas con el entierro de Jesús.
LU 188:0.3 Las referencias a material de El libro de Urantia se proporcionan en la forma que se acaba de dar. El primer número indica el capítulo (al que en El libro de Urantia se hace referencia como “Documentos”); el número de sección se da en segundo lugar; y el(los) tercer(os) número(s) hace(n) referencia(s) a párrafo(s). Un cero en la posición del capítulo indica que la cita proviene del prólogo. Un cero en la posición de la sección indica que proviene de las observaciones introductorias de ese capítulo. ↩︎
«Morontia» es un término que designa un vasto nivel que interviene entre lo material y lo espiritual. Puede designar realidades personales o impersonales, energías vivas o no vivas. La urdimbre de morontia es espiritual; su trama es física. LU 0:5.12 ↩︎
http://en.wikipedia.org/wiki/Shroud_of_turin#cite_note-rogers-3 ↩︎
http://encarta.msn.com/dictionary_1861694312/corona_discharge.html ↩︎
UB LU 189:2.7 ↩︎
UB LU 189:2.8 ↩︎
UB LU 120:3.7 ↩︎
Urantia Book LU 189:4.9 ↩︎
Urantia Book LU 189:5.2 ↩︎
Urantia Book LU 189:5.3 ↩︎
Urantia Book LU 196:3.30 ↩︎
Urantia Book LU 196:1.3 ↩︎