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No es nada fácil hacer un trabajo basado en el LU sobre la personalidad y su unificación, cuando los reveladores mismos nos dicen que la personalidad es un misterio incluso para ellos; pero como nos dicen lo que es la diversidad, voy a comenzar este trabajo con la siguiente cita de El Libro de Urantia:
«Si éste fuera un universo mecánico, si la Gran Fuente-Centro Primera sólo fuera una fuerza y no también una personalidad, si toda la creación fuera un inmenso conjunto de materia física dominado por leyes precisas caracterizadas por actividades energéticas invariables, entonces podría prevalecer la perfección, a pesar incluso del estado incompleto del universo. No habría ningún desacuerdo; no habría ninguna fricción. Pero en nuestro universo evolutivo de perfección e imperfección relativas, nos alegramos de que los desacuerdos y los malentendidos sean posibles, porque aportan la prueba del hecho y de la actividad de la personalidad en el universo. Y si nuestra creación es una existencia dominada por la personalidad, entonces podéis estar seguros de que la supervivencia, el progreso y la consecución de la personalidad son posibles; podemos confiar en el crecimiento, la experiencia y la aventura de la personalidad. ¡Qué universo tan magnífico, porque es personal y progresivo, y no simplemente mecánico o incluso pasivamente perfecto!» LU 75:8.7
Fantástico entonces que tengamos malentendidos, rozamientos y puntos de vista divergentes, ya que, como nos explican, por estas razones se hace manifiesta la realidad y las acciones de la personalidad en el universo. Por lo tanto no debemos tener el menor reparo en dar nuestras opiniones y puntos de vista, ya que sabemos muy bien que siempre, siempre, y por la eternidad, existirán personalidades que opinarán total y absolutamente distinto a nosotros, y eso no es razón para peleas ni discusiones, sino más bien de respeto por el otro, máxime con esta información que poseemos.
«La personalidad es un nivel de realidad deificada, y se extiende desde el nivel humano e intermedio de mayor activación mental de la adoración y la sabiduría, y asciende a través de los niveles morontiales y espirituales hasta alcanzar el estado definitivo de la personalidad. Ésta es la ascensión evolutiva de la personalidad de los mortales y de otras criaturas similares, pero existen otras muchas clases de personalidades en el universo» LU 0:5.1
Perfecto saber que la personalidad, nuestra personalidad, es un nivel de la realidad deificada, y es así porque proviene directamente del Padre Universal. Qué responsabilidad con nosotros mismos, y con nuestros semejantes, el saber y comprobar este pequeño gran detalle. ¡Que revelación! Vemos que se encuentra desde nosotros, el nivel mortal, y de nuestros primos hermanos, los seres intermedios, que por lo que vemos, en ellos, en sus mentes, también actúan los espíritus ayudantes de adoración, el 6, y de sabiduría el 7, y obviamente que así debe de ser ya que ellos son concebidos acá. Primero los primarios, con la venida del séquito de los 100 de Caligastia, con seres de la raza aborígen de Urantia, los andonitas y, luego con la venida de Adán y Eva y su hijo Adanson, y Ratta, su esposa nodita, la ultima descendiente pura del sequito corpóreo, quienes reprodujeron a los seres intermedios secundarios. Con los logros experienciales que obtengamos acá, primero nos convertiremos en moronciales, con los logros en la moroncia nos convertiremos en espirituales y de ahí, a ser finalistas, la finalidad de estado de la personalidad. Ese será nuestro destino. Y también lo será el de nuestros primos hermanos, aunque les faltan edades y más edades, ya que tendrán que esperar que tanto el planeta como el universo local, lleguen a luz y vida. Ufff, cuánto tiempo para que comiencen su ascenso al Paraíso. No olvidemos que ellos no nos consideran habitantes permanentes de este planeta, y en verdad no lo somos. Somos seres de paso, nada más.
«La realidad está sometida a la expansión universal, la personalidad a una diversificación infinita, y las dos son capaces de coordinarse casi ilimitadamente con la Deidad y de estabilizarse de manera eterna. Aunque el campo metamórfico de la realidad no personal está claramente limitado, no conocemos ninguna limitación a la evolución progresiva de las realidades de la personalidad» LU 0:5.2
Maravilloso punto; estamos sujetos a diversificación infinita, y junto con la realidad nos coordinamos ilimitadamente con la Deidad. Y, lo más lindo de este punto, la maravilla, lo maravilloso: no existen límites a las evoluciones progresivas de las realidades de la personalidad. No tenemos límites, no tenemos más que grandes aventuras y crecimiento, si dedicamos nuestra personalidad a hacer la voluntad de nuestro Padre Universal.
«En los niveles experienciales conseguidos, todas las clases de personalidades y todos los valores de la personalidad son asociables e incluso cocreativos. Incluso Dios y el hombre pueden coexistir en una personalidad unificada, tal como lo demuestra de manera tan exquisita el estado actual de Cristo Miguel —Hijo del Hombre e Hijo de Dios» LU 0:5.3
Que tenemos aquí; pues ni más ni menos que, a través de los logros de la experiencia, todas las órdenes y los valores de la personalidad son asociables, en nuestro caso con el don del Padre, los Ajustadores del Pensamiento, y con ellos cocrearemos ese nuevo ser en el que nos convertiremos al coexistir ambos en la misma personalidad, la nuestra, y así seremos una personalidad unificada. Pero entender esto nos traerá más estudio y, por qué no decirlo, más discernimiento. No olvidemos que nosotros estamos evolucionando hacia adentro y hacia arriba, de hombre a Dios, y los Ajustadores lo hacen hacia afuera y hacia abajo, de Dios a hombre, y la unión divina y de hombre será finalmente y eternamente, el hijo del hombre y el hijo de Dios. El ejemplo de esto es Cristo Miguel. No olvidemos, además, que para todos los efectos de nuestras vidas, mientras vivamos en el universo local, Él es nuestro Padre y el máximo ejemplo a seguir.
«Todas las clases y fases subinfinitas de personalidad son accesibles mediante la asociación y son potencialmente cocreativas. Lo prepersonal, lo personal y lo super-personal están todos unidos por un potencial mutuo de consecución coordinada, de realización progresiva y de capacidad cocreativa. Pero lo impersonal nunca se transmuta directamente en personal. La personalidad nunca es espontánea; es el regalo del Padre Paradisiaco. La personalidad está superpuesta a la energía y sólo se encuentra asociada con los sistemas de energía vivientes; la identidad puede estar asociada con arquetipos de energía no vivientes» LU 0:5.4
Aquí va quedando más claro. Nosotros, en este momento de nuestras vidas, estamos pasando por la etapa subinfinita. Somos asociativos, alcanzables y potencialmente cocreativos, junto a nuestros Ajustadores, lo prepersonal, y lo superpersonal con los seres que están por encima de nosotros ayudándonos a lograr la meta del Padre, pero que a su vez ellos también siguen la misma meta. Y, nos recalcan y aclaran definitivamente, que la personalidad no es espontánea ni nada que se le parezca: es un don de nuestro Padre Universal y no hay que confundirla con la identidad. Por ejemplo: nuestros refrigeradores tienen identidad, nuestros automóviles tienen identidad, mas nunca personalidad. Más aun, pese a lo que nos dicen que la personalidad está asociada solo con sistemas vivientes de energía, en el caso de los animales son sistemas vivientes de energía y no poseen personalidad, pero sí identidad. Identidad viviente, pero solo identidad. Tienen solo 5 ayudantes en sus mentes, nosotros 7.
«Al reflexionar sobre la Deidad, el concepto de la personalidad ha de ser despojado de la idea de corporeidad. Tanto en el hombre como en Dios, un cuerpo material no es indispensable para la personalidad. El error de la corporeidad aparece en los dos extremos de la fílosofía humana. En el materialismo, el hombre deja de existir como personalidad puesto que pierde su cuerpo al morir; en el panteísmo, puesto que Dios no tiene cuerpo, por consiguiente no es una persona. El tipo superhumano de personalidad progresiva ejerce su actividad en una unión de mente y de espíritu» LU 1:5.12
Avanzando sobre el tema, sabemos que la personalidad esta superpuesta a la energía, puede manejar ciertas fases de la energía, y lo hace a través de la mente. Y está asociada solamente con los sistemas vivientes de energía, como lo dice en el punto tocado anteriormente, pero eso es para la existencia en un planeta, que es el caso nuestro acá. Pero en este otro punto nos dicen que la corporeidad no es necesaria para la personalidad. Un cuerpo material no es indispensable para la personalidad ni en el hombre ni en Dios, y al final del punto nos aclaran que el tipo superhumano de personalidad, algo que iremos alcanzando paso a paso en los mundos de estancia, funciona en la unión de la mente y el espíritu.
«El hombre no lleva a cabo su unión con Dios como una gota de agua podría encontrar su unidad con el océano. El hombre consigue la unión divina mediante una comunión espiritual progresiva y recíproca, mediante unas relaciones de personalidad con el Dios personal, alcanzando cada vez más la naturaleza divina mediante una conformidad sincera e inteligente a la voluntad divina. Una relación tan sublime sólo puede existir entre personalidades» LU 1:7.2
Aquí nos brindan una clave fantástica de cómo, a través de la comunión espiritual, vamos logrando una relación divina con el Dios personal, y esto solo puede existir entre personalidades y a través de una conformidad inteligente y sincera con la voluntad divina. Una conformidad inteligente, ¿qué les parece esta frase? No nos piden una conformidad como la entendemos nosotros aquí y en este estado, como casi siempre que nos tenemos que conformar con diferentes situaciones de la vida, donde una y otra vez lo hacemos porque no hay otra solución. No, ellos nos piden una conformidad inteligente, porque todo, absolutamente todo lo que pasa es para mejor, y no estamos en un universo inmanejable y abandonado a su suerte. No, aquí hay ley y orden.
«La mente transmuta los valores del espíritu en los significados del intelecto; la volición tiene el poder de hacer que los significados de la mente fructifiquen tanto en los dominios materiales como en los espirituales. La ascensión al Paraíso implica un crecimiento relativo y diferencial en espíritu, mente y energía. La personalidad es la unificadora de estos componentes de la individualidad experiencial» LU 9:4.6
Aquí vamos definitivamente entrando en materia. La mente cambia los valores espirituales en significados del intelecto; la voluntad tiene el poder de hacer reales los significados de la mente a los valores material y espiritual; y, muy importante este puntito, el ascenso al Paraíso es un crecimiento relativo y diferencial del espíritu, la mente y la energía, y es la personalidad, lo que me trajo a este estudio, la unificadora de esos componentes de la individualidad experiencial. Ojo entonces: el crecimiento, por una parte, debe ser armónico, no se nos pueden disparar unos en desmedro de los otros, manteniendo cada uno sus diferencias siempre, y será la personalidad y en ella donde se deberán unificar.
«Para una amistad entre dos personas, cierto grado de afinidad moral y de armonía espiritual es esencial; una personalidad amorosa difícilmente se puede revelar a una persona desprovista de amor. Incluso para acercarse al conocimiento de una personalidad divina, el hombre debe consagrar enteramente a ese esfuerzo todos los dones de su personalidad; una devoción parcial y poco entusiasta será ineficaz» LU 1:6.5
Esto nos pasa a todos los seres humanos a diario. No nos conectamos o nos hacemos a un lado de esas personas que no nos producen empatía, cercanía, sentimientos de afinidad, etc. Pero, sí nos podemos entender y aún más, convivir bien con las personalidades a las cuales sentimos desde el amor. Para poder acercarnos a la personalidad divina que sea, hay que consagrarse absolutamente a ese esfuerzo. Los resultados de ser parciales serán infructuosos; o sea, que para contactar con las personalidades divinas debemos concentrarnos y pensar muy bien en lo que hacemos.
«No permitáis que la magnitud de Dios, su infinidad, oscurezca o eclipse su personalidad. «Aquel que diseñó el oído, ¿no oirá? Aquel que formó el ojo, ¿no verá?» El Padre Universal es la cúspide de la personalidad divina; él es el origen y el destino de la personalidad en toda la creación. Dios es a la vez infinito y personal; es una personalidad infinita. El Padre es verdaderamente una personalidad, a pesar de que la infinidad de su persona lo sitúa para siempre más allá de la plena comprensión de los seres materiales y finitos» LU 1:5.1
Primero que nada el Padre es una personalidad, es la cumbre de la personalidad divina, el origen y el destino de la personalidad a través de toda la creación. Y esto significa que la personalidad que tenemos, o que somos, tiene su origen en Él, y luego de pasar por la evolución del animal a través de toda la carrera ascendente, hasta su presencia, ahí recién estará en su destino, o estaremos en nuestro destino. Fantástico destino el que nos aguarda, inmejorable, y fantástico camino de aventuras y desafíos el que tenemos día a día, mundo tras mundo, sistemas y constelaciones por recorrer y experimentar. Esto nos tiene que llamar a la alegría mas grande, la de tener las certezas de que las cosas son así, y no meramente mecánicas y sin control como lo exponen algunas teorías humanas.
«La personalidad no es simplemente un atributo de Dios; representa más bien la totalidad de la naturaleza infinita coordinada y de la voluntad divina unificada que se manifiesta en una expresión perfecta eterna y universal. En el sentido supremo, la personalidad es la revelación de Dios al universo de universos» LU 1:5.13
Por lo que leemos en este último punto, podemos ver que la personalidad, la del Padre, representa para nosotros toda su naturaleza infinita coordinada y la voluntad unificada que se exhibe en la eternidad. Vaya ejemplo, algo difícil para nosotros, máxime desde este puntodond e nos encontramos. Es expresión universalmente perfecta, es su revelación a los universos, y lo puede hacer por medio de su personalidad. Y de qué otra forma; ninguna, pues los seres personales nos distinguimos por la personalidad, y es de esa única forma por la que contactamos con la divinidad, y mediante la cual podemos entendernos, orar y adorar a nuestro Padre.
«…La ascensión al Paraíso implica un crecimiento relativo y diferencial en espíritu, mente y energía. La personalidad es la unificadora de estos componentes de la individualidad experiencial» LU 9:4.6
En estas tres líneas se resume todo este trabajo, y las palabras para explicarlas definitivamente están de más. Pero vale la pena destacar lo que sale un poco antes de esta misma página que nos dará aun más claridad: La energía es objeto, (en nuestro nivel, nuestro cuerpo) la mente es significado, (para nosotros, es en ella donde nos pasan las experiencias, es donde tenemos la conciencia, el intelecto, etc.) y el espíritu es valor (en nosotros, los Ajustadores del Pensamiento) Y, en definitiva, la personalidad es el unificador de estos componentes de la individualidad experiencial. Por lo tanto, es la personalidad la que debe unificar todas las partes que componen nuestra existencia.
«El espíritu es la realidad personal fundamental en los universos, y la personalidad es fundamental para todas las experiencias progresivas con la realidad espiritual. Cada fase de la experiencia de la personalidad en cada nivel sucesivo de progresión universal rebosa de indicios que conducen al descubrimiento de atractivas realidades personales. El verdadero destino del hombre consiste en crear metas nuevas y espirituales, y luego en responder a los atractivos cósmicos de esas metas celestiales que tienen un valor no material» LU 12:9.1
Aquí nos dejan más claro aún la importancia de la personalidad; es la realidad personal básica de los universos, y a su vez es básica para toda experiencia progresiva con la realidad espiritual. Todos los seres personales tienen personalidad, y nosotros que poseemos personalidad, para lograr contactar con la realidad espiritual, con lo seres espirituales, lo haremos por medio de la personalidad. En el ascenso, tendremos pistas para descubrir fascinantes realidades personales; esto se refiere a fascinantes seres espirituales dotados de personalidad. Y por último nos dan la clave, como tantas en este maravilloso libro azul, de nuestro destino, algo que jamás se ha sabido en este planeta, crear metas nuevas y espirituales y responder a los atractivos cósmicos de tales metas excelsas de valor no material. ¡!!! Qué maravilla ¡!!! De valor no material, por eso nos dicen también varias veces que desde ya, ahora, desde aquí podemos empezar a sentir la moroncia, dejar a nuestros Ajustadores hacer su trabajo, no ponerles obstáculos, como el temor, la impaciencia, el prejuicio y la peor de todas nuestras taras: la ansiedad. Por aquí, dominando estos asuntos que tanto nos dominan, es que iremos logrando el control necesario para llegar a unificar nuestra personalidad.
_Vuestra estancia en Edentia y en sus esferas asociadas se dedicará principalmente a dominar la ética colectiva, el secreto de las relaciones agradables y beneficiosas entre las diversas órdenes universales y superuniversales de personalidades inteligentes.
En los mundos de las mansiones terminasteis de unificar la personalidad humana en evolución; en la capital del sistema alcanzasteis la ciudadanía de Jerusem y consentisteis en someter vuestro yo a las disciplinas de las actividades colectivas y de las empresas coordinadas; pero ahora, en los mundos formativos de la constelación, tenéis que conseguir hacer realmente sociable vuestra personalidad morontial evolutiva. Esta adquisición cultural celestial consiste en aprender a:_ (Aquí vienen 7 puntos que no voy a incluir, pero están todos relacionados con el tema. Se pueden ver en LU 43:8.3-4)
Por lo que vemos, será recién en la capital de la constelación donde empezaremos a saber de la ética de grupo. Ese es el secreto de las relaciones agradables y benéficas de relación con los demás, y más, con personalidades inteligentes universales y superuniversales. Aquí estaremos en contacto pleno con seres de otros universos, y tendremos que trabajar con ellos. (Cómo hace falta la ética en nuestro mundo, y cuán diferente sería la sociedad si se aplicara esta simple regla) Aquí hay un punto clave en la construcción de este trabajo: EN LOS MUNDOS DE LAS MANSIONES TERMINASTEIS DE UNIFICAR LA PERSONALIDAD HUMANA EN EVOLUCIÓN. Por lo visto, será entonces y ahí donde lograremos la unificación de la personalidad, donde completemos la unificación, ya que es un trabajo arduo, duro y difícil desde este mundo. Desde nuestro estado incompleto, pero paso a paso, lento como es todo en la evolución, desde este mismo instante podemos empezar como jugando si es que sirve como fórmula, el ir dominando nuestras partes constituyentes por medio de nuestra personalidad, dejándole la guía a nuestros Ajustadores. No nos olvidemos que ellos son prepersonales, no tienen personalidad, y vienen por la nuestra luego de seleccionarnos, y poniendo toda nuestra voluntad a hacer la voluntad de nuestro Padre Universal. En la capital del sistema logramos la ciudadanía en Jerusem, y no menos importante: alcanzaremos el deseo de someter el yo a las disciplinas de las actividades de grupo y a las empresas coordinadas. Esto visto desde aquí no es fácil, someter el yo, más aún tener el deseo de someter el yo, aquí. Es muy difícil a menos que sea algo muy placentero; a los humanos no nos interesa mucho someter el yo. Y por último, y con la personalidad unificada, con el deseo de someter el yo a distintas disciplinas lograremos la verdadera socialización de nuestra personalidad. Recién seremos seres socializados, sociales y capaces de vivir con millones de otros seres de otros mundos y universos. Y estos serán logros evolutivos de cada uno.
«Sin embargo, la individualidad con dignidad de personalidad, humana o divina, inmortal o potencialmente inmortal, no tiene su origen ni en el espíritu, ni en la mente ni en la materia; es el don del Padre Universal. La interacción de la gravedad espiritual, mental y material tampoco es un requisito previo para la aparición de la gravedad de la personalidad. El circuito del Padre puede abrazar a un ser mental-material que es insensible a la gravedad espiritual, o puede incluir a un ser mental-espiritual que es insensible a la gravedad material. El funcionamiento de la gravedad de la personalidad es siempre un acto volitivo del Padre Universal» LU 9:6.4
Nos dejan más que claro que la individualidad de la dignidad personal, humana o divina inmortal, o como la nuestra, potencialmente inmortal, se origina en nuestro Padre Universal, es su dádiva. Tampoco son operativas la gravedad mental y material, requisitos para que aparezca la gravedad de personalidad, porque dicha gravedad es un circuito de Él. Y lo aclaran más aun; el circuito del Padre puede incluir a un ser de mente material, como nosotros, que no responda a la gravedad espiritual. De esto tenemos ejemplos por millones en nuestro mundo actual, o a un ser de mente espiritual que no responda a la gravedad material. A ese tipo de seres nosotros no los vemos. Sabemos de ellos, por algo somos agondonteros, creemos sin ver, pero por ahora solo nos tenemos que conformar con nuestra fe. Sabemos ya que existen la gravedad espiritual, que es del Hijo Eterno; la gravedad mental, que es del Espíritu Infinito y, como nos aclaran nuevamente aquí, la gravedad de la personalidad es siempre un acto volitivo del Padre Universal.