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Los temas de esta presentación suponen una parte fundamental de las vicisitudes que experimentamos la mayoría de los humanos en este planeta, y El libro de Urantia nos revela enseñanzas e ideales cuyo objetivo es, como en todos los demás aspectos de la vida, traer el reino de los cielos a la tierra haciendo la voluntad de nuestro Padre / Madre Creador.
El trabajo, sea cual sea su naturaleza, debe enfocarse como una forma de servicio a los demás y una manera de contribuir al bienestar y el progreso de la sociedad. Es importante realizar el trabajo de manera eficiente y con una actitud positiva, así como avanzar en la importancia del trabajo en equipo.
Un ejemplo de lo anterior lo vemos en el documento LU 133:4.8, en el que Jesús le dijo a la dueña de una posada griega:
«Ofrece tu hospitalidad como alguien que recibe a los hijos del Altísimo. Eleva la faena ingrata de tu trabajo diario hasta los niveles elevados de un arte refinado, mediante la conciencia creciente de que sirves a Dios en las personas en las que él habita por medio de su espíritu, el cual ha descendido para vivir en el corazón de los hombres, intentando así transformar sus mentes y conducir sus almas al conocimiento del Padre Paradisiaco que ha otorgado todos estos dones del espíritu divino». LU 133:4.8
Cada individuo tiene un papel único en el universo y una misión espiritual en la vida. El trabajo, cuando se realiza con un propósito más elevado y una dedicación al servicio, es una oportunidad para contribuir al bienestar de la humanidad y el avance espiritual.
Todas las actividades pueden ser elevadas espiritualmente cuando se realizan con amor y dedicación. Se pone en valor el trabajo de la tierra, que se ha considerado durante miles de años como una ocupación inferior. La visión que ofrece el libro es su exaltación, como bien se dice en el documento LU 66:7.19:
«El trabajo de la tierra no es una maldición; es más bien la bendición más elevada para todos aquellos que pueden disfrutar así de la más humana de todas las actividades humanas.» LU 66:7.19
En el área de los negocios, se subraya la importancia de vivir una vida basada en los valores éticos y el respeto por los demás. En cualquier actividad, incluidos los negocios, se espera que los individuos tomen decisiones que reflejen un alto nivel de integridad y consideración por el bienestar de todos.
Los negocios deberían estar orientados hacia la creación de valor para la sociedad y la satisfacción de las necesidades de las personas.
Las enseñanzas del libro promueven valores elevados en la ética, la honestidad y la justicia de las prácticas comerciales.
Una visión de unidad y hermandad entre todas las personas influiría en la forma en que se manejan los recursos económicos y se toman decisiones financieras.
Los negocios deberían fomentar la colaboración y la unidad en lugar de la competencia destructiva, fomentando la colaboración entre naciones y culturas para abordar desafíos económicos y sociales.
En El libro de Urantia se enseña que la riqueza material no es intrínsecamente ni buena ni mala, que debemos liberarnos del amor a la riqueza, pero no necesariamente de la riqueza en sí (Doc. 163:2). Más bien, se enfatiza que el verdadero valor del dinero o la riqueza está relacionado con el uso y propósito que se le dé.
La acumulación de riqueza debe estar en línea con valores espirituales elevados y debería ser considerada como una oportunidad para el servicio y la contribución al bienestar de la humanidad, en lugar de estar enfocada a una búsqueda egoísta.
Un ejemplo es lo que se dice en el documento LU 81:6.38:
«Las civilizaciones elevadas nacen de la correlación sagaz entre la riqueza material, la grandeza intelectual, el valor moral, la habilidad social y la perspicacia cósmica.» LU 81:6.38
La administración sabia de los recursos materiales y financieros nace de la conciencia de las necesidades de uno mismo y de los demás, y la toma de decisiones han de promover el crecimiento y el bienestar sostenible, utilizando los recursos de manera eficiente, en lugar de agotarlos o malgastarlos.
Esta sabia administración de la riqueza incluye la planificación financiera, la inversión en proyectos constructivos y la generosidad hacia los menos afortunados.
En cuanto al dinero en particular, el libro expone claramente que se trata simplemente de una herramienta que facilita el intercambio de bienes y servicios. No debe ser adorado ni perseguido en exceso.
En lugar de centrarse en la acumulación de dinero por sí mismo, se enfatiza el valor de utilizar el dinero de manera consciente para avanzar en los objetivos espirituales y contribuir al bienestar colectivo.
El enfoque excesivo en la acumulación de riqueza puede distraer a las personas de su crecimiento espiritual y del propósito más profundo de la vida, por lo que se alienta a las personas a buscar un equilibrio entre las necesidades materiales y las aspiraciones espirituales.
En este sentido, es en el documento 165:4.6 donde Jesús predica lo siguiente:
«Pero no olvidéis nunca que, después de todo, la riqueza no es duradera. Con demasiada frecuencia, el amor a las riquezas oscurece la visión espiritual, e incluso la destruye. No dejéis de reconocer el peligro de que el dinero se convierta en vuestro dueño, en lugar de ser vuestro servidor.» LU 165:4.6
El libro sugiere que el verdadero valor de la vida no se encuentra en la acumulación de posesiones materiales, sino en el crecimiento espiritual y la relación con Dios a través del servicio desinteresado y la generosidad hacia los demás para contribuir en el bienestar colectivo.
La acumulación de riqueza, ya sea en forma de dinero o recursos materiales y financieros, brinda la oportunidad de compartir con los demás y participar en el mejoramiento de la sociedad en su conjunto. El acto de dar y servir tiene un valor espiritual que trasciende el valor material.
En el documento 132.5, Jesús aconseja a un hombre rico a cómo debería estimar su riqueza, clasificándola en diez métodos diferentes de acumulación de bienes y aconsejando cómo actuar en cada supuesto. Este documento nos invita a realizar un ejercicio de clasificación de nuestra propia riqueza según el origen, y nos hace reflexionar sobre si estamos verdaderamente aplicando sus directrices y consejos.
En resumen, El libro de Urantia presenta una perspectiva que valora la riqueza y el dinero como herramientas que pueden ser utilizadas para el servicio y el crecimiento espiritual. Se enfatiza la administración sabia, la generosidad y el enfoque en objetivos espirituales más elevados como fundamentales para una vida rica y significativa.
Bajo mi punto de vista, si tuviera que resumir en una frase el ideal que este libro nos expone para aplicar sus enseñanzas en estos asuntos tan materialistas, diría que se insta a las personas a buscar primero el crecimiento personal y espiritual, la búsqueda de la verdad y la conexión con la Divinidad sobre las preocupaciones materiales.