© 2009 Jan Herca (licencia Creative Commons Attribution-ShareAlike 4.0)
Los apóstoles llamados Santiago y Judas en los evangelios han sido siempre objeto de cierta confusión por parte de los exégetas. Puesto que dos de los hermanos de Jesús han aparecido mencionados con estos nombres, se ha dado por suponer que eran las mismas personas, y por tanto que Jesús tuvo a dos hermanos entre sus doce íntimos seguidores. Pero esto no encaja con un hecho notorio. Los evangelios mencionan en varios pasajes poco claros a unos personajes llamados Santiago y Judas:
«Un poco más adelante vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan» Mc 1:19
Menciona a un Santiago, pero especifica claramente que es hijo de Zebedeo y hermano de Juan. El motivo de esta aclaración es lógica, se trata de distinguir a este Santiago de otro.
«Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el hijo de Alfeo, Tadeo, Simón el Cananeo» Mc 3:18
Aparece aquí el otro Santiago, a quien se llama, para distinguirlo más del precedente, hijo de Alfeo. También aparece un apóstol llamado simplemente Tadeo.
«y Judas Iscariote, el que lo entregó» Mc 3:19
Aparece otro Judas pero queda claramente identificado como otro Judas distinto, pues se le llama Iscariote, y ya sabemos por el relato que sería el traidor. Luego no hay confusión de este Judas con el que nos ocupa.
«¿No es éste el carpintero, el hijo de María, el hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón?» Mc 6:3
Aparece otro Santiago. Pero este Santiago es claramente mencionado como hermano de Jesús e hijo de María (¿y de José, no?). Aparece también como hermano de Jesús otro Judas. Pero está claro que el Judas de Mc 3:19 y éste son distintas personas, pues en ese caso, ¿cómo no iba a mencionar el evangelista en Mc 3:19 que Santiago era hermano de Jesús, algo tan trascendental? Además, en Mc 3:19 aparece mencionado como hijo de Alfeo, lo cual nos dejaría como única solución el que María se hubiera casado en segundas nupcias con un hombre llamado Alfeo. Si esto fuera así, ¿porqué los nazarenos hablan de este Santiago como hijo de María, porqué no dicen «hijo de Alfeo»?
Los nombres de los otros hermanos de Jesús son José y Simón.
«Algunas mujeres contemplaban la escena desde lejos. Entre ellas María Magdalena, María, la madre de Santiago el menor y de José, y Salomé» Mc 15:40
¡Aparece otro Santiago más! Ahora la madre de este Santiago se llama María, a este Santiago le llama el evangelista «el menor», apodo que no había utilizado hasta ahora con ningún otro Santiago, y encima es hermano de un tal José. ¿Quién es? Podría referirse a los hermanos de Jesús, Santiago y José, que acabamos de ver, pero entonces, ¿por qué el evangelista no dice claramente «María, la madre de Jesús»? Obviamente, porque no es ella. Por tanto había otra mujer llamada María con dos hijos, uno llamado Santiago, y otro José, aparte de María la madre de Jesús.
«Pasado el sábado, María Magdalena, María la de Santiago y Salomé compraron perfumes para ir a embalsamar a Jesús» Mc 16:1
Volvemos a ver aquí a la anterior María, y de nuevo, en vez de decirnos, María la madre de Jesús se nos vuelve a decir “María la de Santiago”, con el propósito de distinguirla de otras Marías. Luego queda claro que María la madre de Jesús y esta María eran personas distintas y ambas tenían hijos llamados Santiago. En definitiva, que tenemos tres Santiagos: el hijo de Zebedeo, un hijo de María y hermano de Jesús, y un tercer Santiago, hijo de otra María. Queda por ver si este último Santiago es el que aparece mencionado como apóstol y como hijo de un tal Alfeo.
«Mateo, Tomás y Santiago, el hijo de Alfeo, Simón llamado Zelota, Judas el hijo de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor» Lc 6:16
Lucas introduce un cambio significativo en la lista de apóstoles. Marcos hablaba de un tal “Tadeo”, pero aquí este apóstol desaparece y es reemplazado por un tal Judas, el hijo de Santiago. ¡Otro Santiago y otro Judas más!! ¿Son Tadeo y este Judas la misma persona?
Estos son todos los pasajes con algún dato (los repetidos en otros evangelistas no se han incluido).
Otras fuentes apócrifas mencionables
Como vemos, con sólo estas menciones, resulta del todo imposible dar con una unanimidad sobre la identidad de estos dos oscuros apóstoles. Todo se complica más si consideramos además que Alfeo, que aparece como padre de Santiago, también aparece como padre de Leví. ¿Son el mismo Alfeo o distintos? Y ya para terminar de liarlo Juan aparece mencionando a una María mujer de Cleofás al pie de la cruz, cuando resulta que hemos visto que había una María, madre de Santiago, y mujer de Alfeo. ¿Son este Cleofás y Alfeo la misma persona o diferentes?
Toda esta confusión ha hecho que diferentes iglesias cristianas hayan adoptado distintas soluciones a las relaciones familiares entre las personas que se escondieron tras estos nombres.
El Libro de Urantia ofrece una visión propia. Santiago y Judas aparecen como hermanos gemelos e hijos de un hombre llamado Alfeo (LU 139:10.1-11), y su madre se llamaba María (LU 189:4.4). Sus sobrenombres, Tadeo para Santiago (¡atención, no para Judas, como siempre se ha supuesto!), y Lebeo para Judas, eran exactamente los sobrenombres que circularon en los manuscritos apócrifos. Los dos apóstoles, como hemos visto antes, no eran los dos hermanos de Jesús (Santiago y Judas) que aparecen mencionados en los evangelios como tales, y que cobraron mucho protagonismo en los inicios de la iglesia cristiana. Tampoco existía ninguna relación de parentesco entre Santiago y Judas de Alfeo con la familia de Jesús. Jesús no conocía a estos hombres de antemano, y fueron presentados a él por Santiago y Juan Zebedeo (LU 138:4.1).
¿Por qué razón entonces escritores como los evangelistas, que se suponen que eran seguidores directos de apóstoles o de discípulos que habían conocido a Jesús, no recogieron el hecho de que estos apóstoles Santiago y Judas eran hermanos y además gemelos? El Libro de Urantia (LU 139:10.1-11) tiene una respuesta clara: estos hombres, una vez Jesús desapareció, regresaron a su hogar y renunciaron a la gran empresa de ser predicadores en nombre de Jesús. No se sentían capaces, y simplemente volvieron a sus redes y a su vida rutinaria. Un motivo más que convincente para comprender que en pocos años estos hombres fueron casi olvidados y se dejó de recordar que se trataba de dos hermanos.
Varios autores, El Libro de Urantia, 1955.
Nuevo Testamento, La Casa de la Biblia, 1992.
Wikipedia — Judas el Zelote, Carta a los Apóstoles