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¿Por qué Jesús tuvo que morir para enviarnos su Espíritu de Verdad? | Réflectivité — Número 378 — Abril 2024 |
Nacer de nuevo tiene que ver con la vida interior y es un proceso unificador que nos da acceso al Espíritu divino dentro de nosotros. Esta revolución interior siempre está progresando y es muy personal en la persona que la vive.
La fe es primordial en esta experiencia y los nuevos significados experimentados se integran en la experiencia del experimentador. Esta experiencia no pasa por los sentidos, sino por el sentimiento. Sin embargo, el Ajustador debe depender de la mente para expresarse y realizarse. Pero el individuo ha experimentado esta realidad de nivel espiritual en su alma y es esta experiencia la que su conciencia siente instantáneamente. Este sentimiento espiritual se convierte en la prueba de que el creyente tiene fe y este proceso se vuelve más intenso con el tiempo, pero nunca puede presentarse como prueba ante sus pares, porque es independiente de cualquier referencia externa.
Nacer de nuevo es un acto de voluntad que compromete a todo el individuo a hacer la voluntad divina. Es un proceso continuo favorecido por el Espíritu de la Verdad: en otras palabras, nuestra voluntad de hacer la voluntad de Dios que mora en nosotros es guiada por este Espíritu, que es el de Miguel que mora en nosotros y que aceptamos voluntariamente. Jesús dijo de este Espíritu que prometió enviar después de su partida (esto realmente sucedió en Pentecostés) que él es el camino, la verdad y la vida. Se trata, pues, de un proceso vivo y no dogmatizado ni osificado: una verdad en evolución que concierne a cada individuo según su progreso. La fe da así acceso a este nivel trascendido de comprensión de estos fenómenos que ocurren en nuestra vida interior y que están siempre creciendo y evolucionando. Para lograrlo, no se necesitan templos, jerarquías y rituales; sólo una fe transformadora, un acto de confianza que libera nuestras dotaciones espirituales dentro de nosotros y permite y deja que Dios obre a través de nosotros.
Jesús le dijo a Nicodemo que hay que nacer de nuevo y que sin este nuevo nacimiento es imposible tener acceso al reino de los cielos. Esto sugiere que una simple reordenación del anciano es insuficiente, porque permanecería dentro de sus mismos límites. Este cambio que aquí se analiza es un cambio importante que destruye las viejas e ilusorias creencias del individuo no transformado. Una persona que se transforma de esta manera se convierte en una fortaleza inexpugnable.
¿Por qué Jesús tuvo que morir para enviarnos su Espíritu de Verdad? | Réflectivité — Número 378 — Abril 2024 |