© 2023 Jerry Prentice
© 2023 The Urantia Book Fellowship
por Jerry Prentice La unidad también es una preocupación mundial. ¿Qué pasaría si nosotros, las religiones y las naciones del mundo, pudiéramos formular una declaración de ética que fuera aceptable para todos los pueblos? El Parlamento de las Religiones del Mundo ha iniciado ese proceso. No encuentro nada objetable en su declaración inicial. ¿Tú?
DECLARAMOS:
Somos interdependientes. Cada uno de nosotros depende del bienestar del todo, por lo que respetamos la comunidad de seres vivos, las personas, los animales y las plantas, y la preservación de la Tierra, el aire, el agua y el suelo.
Asumimos la responsabilidad individual de todo lo que hacemos. Todas nuestras decisiones, acciones y omisiones tienen consecuencias.
Debemos tratar a los demás como deseamos que nos traten a nosotros. Nos comprometemos a respetar la vida y la dignidad, la individualidad y la diversidad, para que cada persona sea tratada humanamente, sin excepción. Debemos tener paciencia y aceptación. Debemos ser capaces de perdonar, aprendiendo del pasado pero sin dejarnos esclavizar nunca por los recuerdos del odio. Al abrir nuestros corazones unos a otros, debemos hundir nuestras estrechas diferencias por la causa de nuestra comunidad mundial, practicando una cultura de solidaridad y relación.
Consideramos a la humanidad nuestra familia. Debemos esforzarnos por ser amables y generosos. No debemos vivir sólo para nosotros mismos, sino que también debemos servir a los demás, sin olvidar nunca a los niños, los ancianos, los pobres, los que sufren, los discapacitados, los refugiados y los solitarios. Ninguna persona debe ser considerada ni tratada como un ciudadano de segunda clase, ni ser explotada de ninguna manera. Debería haber una asociación igualitaria entre hombres y mujeres. No debemos cometer ningún tipo de inmoralidad sexual. Debemos dejar atrás toda forma de dominación o abuso.
Nos comprometemos con una cultura de no violencia, respeto, justicia y paz. No oprimiremos, heriremos, torturaremos ni mataremos a otros seres humanos, renunciando a la violencia como medio para resolver diferencias.
Debemos luchar por un orden social y económico justo, en el que todos tengan las mismas oportunidades de alcanzar su máximo potencial como seres humanos. Debemos hablar y actuar con sinceridad y compasión, tratando justamente a todos y evitando los prejuicios y el odio. No debemos robar. Debemos ir más allá del dominio de la codicia por el poder, el prestigio, el dinero y el consumo para crear un mundo justo y pacífico.
La Tierra no puede mejorarse a menos que primero se cambie la conciencia de los individuos. Nos comprometemos a aumentar nuestra conciencia disciplinando nuestra mente, mediante la meditación, la oración o el pensamiento positivo. Sin riesgo y sin disposición al sacrificio no puede haber un cambio fundamental en nuestra situación. Por lo tanto, nos comprometemos con esta ética global, con entendernos unos a otros y con estilos de vida socialmente beneficiosos, que fomenten la paz y sean respetuosos con la naturaleza.
Invitamos a todas las personas, sean religiosas o no, a hacer lo mismo.
Para leer más sobre la Ética Global del Parlamento de las Religiones del Mundo, visite:
https://parliamentofreligions.org/wp-content/uploads/2023/05/Global-Ethic-PDF-2020-Update.pdf
Asumimos la responsabilidad individual de todo lo que hacemos.
Todas nuestras decisiones, acciones y omisiones tienen consecuencias.