© 2007 Luis Coll
© 2007 Asociación Urantia de España
–Un problema tan antiguo como la humanidad misma, el conservadurismo de las religiones antiguas, y el choque de nuevas ideas y creencias sobre Dios y religión de las nuevas generaciones–.
¿Qué hacer cuando uno es de mente abierta y tiene unas creencias personales sobre Dios y la religión?
Cuando nos encontramos con algún religioso de esos conservadores, de miras estrechas y chapados a la antigua –no importa de qué religión sea– y tratamos de exponerle algunas nuevas ideas sobre Dios y nuestras creencias personales. Podemos encontrarnos con un largo y serio debate y discutirlo hasta ponernos colorados y no sacar nada en concreto «Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera el vino nuevo romperá los odres y se derramará, y los odres se perderán. Mas el vino nuevo en odres nuevos (nueva juventud y nuevas generaciones) se ha de echar y lo uno y lo otro se conservarán» (Lucas 5:37,38)
Si una persona tiene alguna creencia religiosa personal y fuera de lo normal y que no se ajuste al «Status Quo» de las religiones oficiales y establecidas, enseguida es tildado de lo que hoy en día está tan de moda –secta, o sectario–
Aquí están unas frases de un Libro no muy famoso (de momento) que muy bien nos dan una idea de lo que ocurre cuando nos encontramos con un conflicto así.
Pero el comprometimiento de la iglesia en el comercio y en la política no tiene excusa; estas alianzas profanas son una traición flagrante al Maestro. Y los verdaderos amantes de la verdad mucho tardarán en olvidar que esta poderosa iglesia institucionalizada frecuentemente se atrevió a sofocar una fe recién nacida, persiguiendo a los que llevaban la verdad si por azar aparecían envueltos en atavíos no ortodoxos.(LU 195:10.13)
Los creyentes o pequeños grupos de personas que han aparecido al azar con nuevos conceptos e ideas sobre Dios, siempre han sido perseguidos por las grandes religiones.
Y no olvidéis: no hemos atacado en forma directa ni las personas ni la autoridad de los que se sientan en el trono de Moisés; tan sólo les ofrecimos la nueva luz, que ellos tan vigorosamente rechazaron. Tan sólo los hemos asaltado con la denuncia de su deslealtad espiritual a las mismas verdades que profesan enseñar y salvaguardar. Tan sólo nos pusimos en conflicto con estos líderes establecidos y potentados reconocidos, cuando se interpusieron directamente en el camino de la predicación del evangelio del reino a los hijos de los hombres. Aun ahora, nosotros no los atacamos, sino que son ellos los que buscan nuestra destrucción. No os olvidéis que estáis comisionados para salir a predicar sólo la buena nueva. No debéis atacar las viejas costumbres; más bien habéis de mezclar hábilmente la levadura de la nueva verdad en la masa de las antiguas creencias. Dejad que el Espíritu de la Verdad realice su obra. Dejad que la controversia se produzca sólo cuando los que desprecian la verdad os fuercen a ello. Pero cuando os ataca el descreído obstinado, no titubeéis en defender vigorosamente la verdad que os ha salvado y santificado (LU 178:1.16)
El más grande Maestro de todos los tiempos nos enseño que la religión era un asunto de la experiencia personal de cada individuo y de su relación con Dios.
El Padre Universal nunca impone ninguna forma de reconocimiento arbitrario, de adoración formal, ni de servicio servil a las criaturas volitivas inteligentes de los universos. Los habitantes evolucionarios de los mundos del tiempo y el espacio deben por sí mismos –en su corazón– reconocerle, amarle, y voluntariamente adorarle. El Creador rehúsa ejercer coerción o imponer la sumisión al libre albedrío espiritual de sus criaturas materiales. La afectuosa dedicación de la voluntad humana a hacer la voluntad del Padre es el regalo más selecto que el hombre puede hacer a Dios; en efecto, tal consagración de la voluntad de la criatura constituye la única dádiva posible de verdadero valor que puede hacer el hombre al Padre Paradisiaco. En Dios, el hombre vive, se mueve, y tiene su ser; no hay nada que el hombre pueda dar a Dios excepto esta elección de atenerse a la voluntad del Padre, y estas decisiones, efectuadas por las criaturas volitivas inteligentes de los universos, constituyen la realidad de esa adoración auténtica que es tan satisfactoria para la naturaleza del Padre Creador dominada por el amor.(LU 1:1.2)
¿No crees en Dios y en las religiones? ¡Muy bien! Entonces estás listo para la mayor aventura de todas.
En el mundo ha habido grandes aventureros y exploradores que se han lanzado a explorar nuevas tierras y mares aun arriesgando sus vidas para descubrir nuevas metas y objetivos, incluso hasta llegar a la conquista de la Luna.
Entonces tú también puedes empezar la mayor aventura de todas – la del hombre que busca a Dios a través de su experiencia personal iy al fin lo encuentra!
…tenéis que avanzar desde el lugar donde os encontráis (LU 195:10.1)
Pero si realmente lo queréis, pero si verdaderamente lo deseáis, seguramente la herencia de las edades será vuestra, y algún día serviréis a lo largo y a lo ancho de los universos en vuestro carácter verdadero: hijos del Dios Supremo de la experiencia e hijos divinos del Padre del Paraíso de todas las personalidades. (LU 112:7.19)
L.Coll
Nota: Para un estudio más detallado sobre este tema. –Libro de Urantia capítulos LU 194, LU 195, LU 196.