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Poema al Ajustador | Luz y Vida — Núm. 13 — Mayo 2008 — Índice | Noticias sobre la Conferencia Internacional AUI 2009 |
Asociación Urantia de España
El VIII Encuentro de Lectores se celebró en el hotel Osuna de Madrid, situado en una zona residencial de la ciudad, donde pudimos disfrutar de casi dos días de ambiente distendido y fraternal. Asistieron a este Encuentro 24 personas procedentes de Barcelona, Gerona, Tarragona, Burgos, Vizcaya, Sevilla, Madrid y Málaga.
A diferencia de encuentros anteriores, este fue más corto pues la organización de la conferencia internacional de la Asociación Urantia Internacional que se celebrará el próximo año en Benalmádena Costa ocupa gran parte de nuestro tiempo y de nuestra atención, pero no quisimos romper con el ritmo anual de nuestros encuentros, y más teniendo en cuenta que el próximo año no celebraremos encuentro nacional, también debido a la conferencia internacional.
Este año elegimos un documento lo bastante significativo del libro para hacer un debate libre sobre él sin introducción previa. El documento en cuestión era el 100, «La religión en la experiencia humana». Elegimos el documento por dos razones: en primer lugar, porque refleja magníficamente la actitud que sigue una persona de acuerdo con la religión personal de la que el libro nos habla continuamente. Y en segundo lugar, porque expone magníficamente el ejemplo de persona religiosa reflejado en la persona de Jesús de Nazaret. Estamos muy satisfechos pues el debate previsto para el sábado día 3 por la mañana no solo transcurrió fluidamente desde el principio, sino que se alargó incluso algo más de lo previsto.
Por la tarde celebramos la asamblea de la Asociación Urantia de España, donde informamos a los socios sobre las actividades llevadas a cabo durante el año anterior, así como los proyectos que tenemos en marcha. También se decidió unánimemente que la junta directiva, que lleva cuatro años al frente de la asociación, renueve por cuatro años más. Tras una breve pausa, seguimos hasta casi la hora de cenar tratando sobre aspectos de la organización de la conferencia. En todo momento la participación fue muy activa y se ofrecieron ideas muy interesantes acerca de cómo disponer el programa de actividades para que la conferencia permita tanto el debate del libro como la socialización entre los asistentes.
Como suele ser habitual en nuestros encuentros, disfrutamos al máximo de la compañía de otros lectores tanto en las actividades del encuentro como en los tiempos libres. Además, el lugar y el tiempo contribuyeron a disfrutar del placer de la conversación. En pocas palabras, el encuentro de este año fue corto pero intenso.
El documento 100 es un tratado de relaciones humanas. Si todos siguiéramos las enseñanzas que contiene al pie de la letra, haríamos que este fuera un mundo mejor para todos. Este documento orienta la búsqueda del ser humano hacia el crecimiento espiritual.
¿Qué es la religión? ¿Qué significa ser una persona religiosa? A la mayoría de gente le «rechina» la palabra «religión» porque la asocian inmediatamente con las religiones institucionalizadas. Durante muchos años se nos ha obligado a seguir una religión dogmática, y eso ha provocado una reacción de rechazo. Se ha confundido «religión» con «iglesia», con el agravante de que la iglesia católica ha estado muy apegada al poder político. La palabra «religión» tiene hoy día unas connotaciones muy negativas que costará mucho tiempo eliminar, si es que no se utiliza otro término en su lugar.
La religión es en realidad un sentimiento personal que nos impone unas actitudes de superación ante la vida. Es una manera de vivir, una experiencia personal. Según la vivamos, así la aplicamos en nuestra vida diaria.
«Religión» viene del latín «religare», «volver a unir». El sentido de la religión es el de unir al hombre con Dios, pero la palabra actualmente ha perdido su significado original.
Mucha gente tiene el impulso de actuar bien porque siguen inconscientemente el impulso de su Ajustador. Pero su impulso puede tambalearse en cualquier momento ante cualquier adversidad si no se obra bien por una decisión consciente y sólida.
Recordemos el pasaje en el que se menciona la escena del hombre primitivo ante el tigre de dientes de sable. Si solo nos fijamos en el hombre primitivo vemos una imagen de animalidad y agresividad, pero cuando ampliamos la perspectiva vemos que en realidad está protegiendo a su familia. Es preciso ampliar la perspectiva para poder comprender a los demás.
Nuestro ejemplo será el que hará que los demás se pregunten por valores más elevados. Jesús es un ejemplo vivo de ello. La religión es la plasmación en la vida real de una creencia que sostenemos mediante la fe. No está basada en la razón, pero es razonable. Existe una correspondencia entre una acción y sus consecuencias que nos lleva siempre a hacer el bien. El problema de las religiones organizadas es que dogmatizan lo que es correcto y lo incorrecto.
El ser humano tiene una tendencia innata a desarrollarse, a crecer, a asociarse con otras personas. No hay que atacar a las religiones institucionalizadas pues cumplieron ( y de hecho cumplen) su función: sirven para guiar a personas que necesitan ser guiadas. Las iglesias son un mal menor, que ofrecen rituales pues el ser humano en cierta manera los necesita. No hay que forzar a nadie a que despierte a la vida espiritual. Hay que explicar nuestras ideas sobre la religión solo cuando nos pregunten; de lo contrario crearíamos rechazo.
Dios está EN nosotros, y actúa en el mundo a través de nosotros. Las religiones institucionalizadas pretenden actuar A TRAVÉS DE nosotros. Nuestra obligación es interpretar la voluntad del Padre para actuar como Dios lo haría. Es fácil saber lo que hay que hacer; lo difícil es hacerlo.
El ser humano sufre porque no tiene respuestas. Las religiones organizadas ofrecen respuestas pero al percibir falta de coherencia se produce el desengaño. Ahí es donde hay que mostrar en qué consiste la religión personal. Pero hay que tener cuidado, porque el ser humano tiene muy inculcada la jerarquía y se puede caer en los errores de las religiones institucionalizadas que justamente estamos criticando.
Llevar una vida religiosa implica relativizar, intentar comprender a los demás. La comunicación con los demás no tiene por qué ser exclusivamente verbal: también intervienen los gestos, las actitudes, las conductas… Todo eso puede florecer con el tiempo y dar sus frutos. Tenemos que aprender todos de todos. La base de la ayuda al prójimo está en la fraternidad, en el sentimiento que nos impulsa a socorrer a otras personas.
A través del sacrificio y de «picar en la zanja» es como se crece espiritualmente. Ahora estamos pasando por la etapa del aprendizaje de la religión como experiencia personal. La etapa anterior debe quedar atrás, para que la religión personal cobre vida. Teniendo en cuenta lo que se nos dice en la p.1097, de que «no puede existir crecimiento sin conflicto psíquico y sin agitación espiritual».
¿Estamos ante el comienzo de un cambio espiritual? Parece que algo se está moviendo en el mundo en ese sentido, y los lectores del LU (que conforman el llamado «movimiento Urantia») tenemos nuestro papel que desempeñar en este despertar espiritual.
Las enseñanzas del LU pueden ser esa «capa superior» que se coloque encima de las diferentes creencias religiosas que hay hoy en el mundo, y que por eso mismo pueden conseguir la unidad de todas las personas religiosas, sean cuales sean sus creencias iniciales, y teniendo siempre en cuenta lo que se nos dice en la página 2086: la acción social de las religiones debería separarse de la acción espiritual. Hay que darle al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios.
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